El otro día le vieron en la puerta de la notaría. Era noticia. Se piensa, se supone, es seguro que el malogrado exalcalde popular Jesús Gómez ha vendido su piso en Leganés, abandonando con ello, el pasaporte ‘pepinero’ del que tanto presumió. Aunque huya de aquí, su fantasma quiere recorrer, al fin y al cabo, las calles del municipio. Gómez, al que Esperanza Aguirre tachó —e impidio repetir candidatura— por su «falta de inteligencia emocional» ha vuelto a retomar la pluma tras un largo periodo de abstinencia. Parece que el actual diputado regional se aburre por la ausencia de tareas en del grupo popular desde que hace un añofue cesado como portavoz de la Comisión de Investigación sobre la Corrupción de la Asamblea de Madrid; por falta de inteligencia política. De lejos le viene la afición por el panfleto [falta de inteligencia cultural], pues antes de ser alcalde colaboró con el periódico Libertad Digital [del que llegó a tener acciones sin declarar].
Ahora parece que ha vuelto para deleitarnos con su peculiar estilo de ‘Savonarola retrógrado y cultivado’ escribiendo las editoriales del periódico Al Cabo de la Calle para atacar a los ediles de ULEG. No se sabe si defiende al portavoz del PP [Recu], al mismísimo alcalde del PSOE, Santiago Llorente, o es puro rencor contra el rival que le hizo la vida imposible.
El ‘animal más político’ de la Casa del Reloj, su peor pesadilla durante la travesía que hizo por la política leganense, le ha dado el consejo de las viejas para evitar la indisposición y las malas digestiones: encima de la leche, nada eches. Y, tras colocar, la #etiqueta o dirección de la presidenta, preguntan: @cifuentes ¿no puede usted encargarle algo de provecho para los madrileños a este diputado inane?