► Si algo nos está enseñando la epidemia actual es a evaluarnos como sociedad ante un problema que es a vida o muerte, de momento estamos suspendiendo.
Quiero pensar que actualmente la mayoría de los países se toman muy en serio los efectos del coronavirus, sin embargo, las informaciones que emiten los medios de comunicación no parecen ir en esa línea. Si algo nos ha enseñado el estudio de la historia a nivel social de las grandes epidemias u otras enfermedades infecciosas, que atacaron nuestro mundo es que está en juego el futuro, estamos escribiendo los libros futuros de historia y en función de nuestro comportamiento variará el desenlace final.
La convivencia será clave para sobrevivir y salir adelante. Esta pandemia sigue golpeando diariamente a todo el mundo y nos demuestra nuestra fragilidad como sociedad. Creíamos imposible un acontecimiento de tal magnitud, pero ha servido para resaltar la importancia del sector sanitario, la necesidad de reforzar la gestión de la salud pública, de apostar por ello y dejarnos de hacer política con la salud, suprimir la práctica política habitual de inaugurar hospitales (algunos de ellos casi vacíos) y tratar de asentar los cimientos para una nueva estructura sanitaria donde los profesionales de dicho sector tengan el reconocimiento que merecen, y no el aplauso de las 20 horas.
► Menos fotos, menos postureo y más reconocimiento para ellos y ellas, porque se juegan sus vidas para salvar las nuestras.
Esas son algunas de las lecciones que tenemos que sacar, debemos tener claro que para salir de esta pandemia (con vida) lo mejor es la unidad social, la unidad permitirá evitar o al menos reducir el gran problema que empieza a ser evidente, el aumento de la diferenciación social. El paro es otro factor que alienta dicha diferenciación social, de esta crisis se debería salir reforzando estructuras y apostando por empleos del siglo XXI, trabajos de calidad, cambios que giren en torno al respeto por el medio ambiente, energías renovables, transporte público, conciliación, teletrabajo…
Escribo sobre la teoría ideal pero creo en ella, pienso que es momento de acabar con la teoría y empezar a actuar, invertir y acometer las medidas necesarias para ello. Por eso tenemos que aplicarnos todos y todas por igual, desde el punto de vista particular pero también desde las administraciones locales, empresarios/as, sindicatos o políticos/as. Como dijo Einstein: «el problema del ser humano no está en la bomba atómica, está en su corazón». Debemos escuchar a los profesionales más cualificados, (también a los críticos) trabajar juntos, es momento de ser responsables y de dar ejemplo a los demás. Lo escribo en mayúsculas a modo de grito; COOPERAR. Si algún día hacemos ese ejercicio verdadero de trabajar juntos/as, lograremos alcanzar las metas mucho más rápido.
Por último, recordar algunos factores clave, como el distanciamiento social y el uso de la mascarilla, aunque ya regulados por ley, debemos asumir y concienciarnos de su importancia. Debemos volver a gestionar nuestros miedos, da la sensación de que cuando no hay miedo ante una situación de riesgo o peligro, el ser humano se convierte en un completo irresponsable.
