«La lucha feminista te da, al menos, una victoria: la victoria sobre tu propia persona»
► En feminicidio.net llevan 84 feminicidios contabilizados en 2017
►Durante las fiestas de San Nicasio hemos hecho patrullas moradas
Un tema importantísimo. Vital. Y que, por supuesto, merece tener visibilidad en los medios de comunicación. Estamos hablando de la difusión del pensamiento feminista. Nos vamos con el grupo de Tertulias Feministas de Leganés. Nos atiende, en este caso, María Muñoz. Es vecina del barrio de San Nicasio, profesora de Filosofía en un instituto de Parla, así como activista y militante en varios colectivos de Leganés. Es una entrevista reposada, que pretende conocer distintos temas que abrazan al pensamiento feminista y, también, dejar un poso de reflexión en quien lo lea, así como un compromiso de todas y todos para con la causa. ¿Qué hacen en Tertulias Feministas Leganés?, la violencia machista, la cultura y religión, los techos de cristal para las mujeres, gestación subrogada, patrulla morada en las últimas fiestas de octubre, la interesante reflexión que nos trae María sobre el perfil de un portavoz hombre o una portavoz mujer en política… Estos son algunos de los puntos por los que se vertebra el camino de esta entrevista. Un grupo que ya ha ido marcando una senda, pero como aseguran ellas mismas, tienen muchos más objetivos para el presente curso. En ese sentido, las puertas están abiertas para toda aquella y aquel que quieran luchar, debatir, conocer, construir e ilusionarse con un horizonte, lo más cercano posible, de una sociedad mejor, con pensamiento feminista, e igualdad.
Pregunta: ¿Qué es lo que te llevó participar con Tertulias Feministas Leganés?
Respuesta: Creo que siempre he sentido que era feminista, pero es cierto que durante los últimos años me he formado más, he discutido más y me he dado cuenta de que las formas de opresión y la desigualdad que sufrimos las mujeres (y también la comunidad LGTBI) son más profundas y más invisibles de lo que creemos. He descubierto muchas actitudes en mí misma que creo que debo trabajar y para ello es importante contar con una buena red de amigas con las que discutir y tratar estos temas. Es un espacio muy bonito para trabajar la sororidad.
P: ¿Cómo y cuándo surge esta grupo?
R: El origen de nuestro grupo está en las Tertulias Feministas que, entre algunas mujeres de nuestro entorno, comenzamos a organizar esta primavera en La Libre de Barrio. Nuestra intención era disfrutar de un espacio de encuentro mensual para debatir, intercambiar ideas y formarnos en temas de género y feminismo. Poco después, y producto de la rabia y la impotencia que sentíamos, surgió espontáneamente la idea de concentrarnos cuando hubiera un asesinato machista y de llamar a todas las vecinas y vecinos del municipio a hacerlo con nosotras.
P: El por qué, triste y evidentemente, está claro; ¿cuánto camino queda por recorrer?
R: Queda muchísimo camino por recorrer. Por un lado, se han dado pasos importantes en la medida en que la violencia machista tiene mucha más relevancia mediática que hace unos años, ya no es tan común que los asesinatos machistas se traten como crímenes pasionales y frivolizar sobre el tema ya no sale gratis, precisamente porque hay un gran movimiento feminista que no va a permitir que se frivolice con este tema. Pero, por otro lado, todo está por hacer, mientras sigamos educando a nuestras hijas e hijos en los roles de género tradicionales seguirá existiendo violencia machista, porque no se trata de una clase de agresiones que lleven a cabo unos pocos hombres que tienen problemas para controlar su ira, se trata de un tipo de violencia que es consecuencia directa de cómo decimos a los niños que tienen que comportarse y cómo decimos a las niñas que tienen que ser. Mientras fomentemos estereotipos masculinos basados en la dominación y la competitividad esto seguirá así; y del mismo modo, mientras hagamos creer a las niñas que necesitan un hombre fuerte a su lado para protegerlas, que tienen que ser sumisas y estar centradas en cuidar del otro, seguiremos perpetuando el problema. La violencia machista es la manifestación más brutal de un sistema que lo empapa todo: el patriarcado.
P: ¿Hay precedente de esto en Leganés?
R: En Leganés hay una gran participación de las mujeres en el tejido asociativo y no somos el primer grupo feminista de la ciudad. Sin embargo, creo que hemos creado unas iniciativas novedosas e interesantes, tales como las concentraciones o los espacios de debate abiertos a todo el mundo.
P: Los datos de violencia machista y, por supuesto, de asesinatos son inconcebibles mientras haya uno, pero en los primeros compases de este 2017 las cifras eran alarmantes…
R: Y siguen siendo alarmantes. Es cierto que los dos primeros meses fueron terribles, pero no ha habido un sólo mes en el que un hombre no asesinara a una mujer en nuestro país porque creía tener poder para ello. Las cifras oficiales hablan de 40 asesinatos, pero estos son sólo los casos de mujeres asesinadas por sus parejas y ex-parejas. En la página feminicidio.net llevan 84 feminicidios contabilizados, esto es, casos en los que una mujer es asesinada por ser mujer: madres asesinadas por sus hijos, prostitutas asesinadas por clientes, mujeres asesinadas por sus compañeros de piso… Todos estos casos no cuentan para las estadísticas oficiales, pero es evidente que es una violencia ejercida sobre las mujeres por el hecho de ser mujeres.
P: ¿Manejáis datos de violencia de machista en nuestro municipio?
R: No, datos oficiales no. Nos encontramos a veces con casos concretos, pero no manejamos las estadísticas.
P: Una de las formas en las que combatir esta auténtica lacra es la Educación. En vuestra opinión, desde el ayuntamiento de Leganés, ¿se invierte en cursos, charlas, jornadas para esta materia?
R: Desde luego el ayuntamiento podría hacer más cosas y, sobre todo, cosas más interesantes. Un buen ejemplo es el ayuntamiento de Móstoles, que el año pasado llevó el monólogo “No sólo duelen los golpes” de Pamela Palenciano a todos los institutos del municipio, cuando supe de este proyecto me pareció que era una idea muy acertada para acercar el tema de la violencia machista a las y a los adolescentes. Ahora bien, no basta con hacer cursos puntuales o talleres o jornadas para el 8 de marzo o el 25 de noviembre. A lo largo de toda nuestra vida somos educadas en unos roles de género muy concretos, no sólo en la escuela, también en casa, a través de los medios, en nuestro grupo de iguales… Cambiar eso exige que cambiemos completamente la forma de educar a los niños y a las niñas: introducir la perspectiva de género en los currículos de las escuelas, visibilizar nuevos modelos de mujer en los medios de comunicación y en las programaciones culturales, dejar de tolerar ciertas actitudes que hasta ahora parecían normales, etc. Es un trabajo titánico que afecta a todas las personas que componen la sociedad, eso incluye el gobierno municipal, desde luego, pero no puede quedarse ahí.
P: Cada vez se están haciendo más conocidas vuestras concentraciones en Plaza España de Leganés por la causa… Evidentemente, todo el mundo invitado…
R: Por supuesto que sí, menos aquellos que justifiquen la violencia machista, sea de la intensidad que sea. Hemos tenido un pequeño parón este verano, pero el curso ha vuelto a empezar y venimos con muchas ganas de alzar la voz y cuantas más seamos más alto se nos oirá. Así que aprovecho para lanzar una invitación desde aquí a toda la ciudadanía de Leganés.
P: No hay que dejar de avivar la llama de las que ya no están para manifestarse, ¿verdad?
R: Si dejamos de hacer ruido cuando hay un asesinato machista corremos el riesgo de acostumbrarnos a que suceda, de que se normalice y quede relegado, de nuevo, al ámbito de lo privado, de lo doméstico. Los asesinatos machistas no son problemas domésticos, son problemas políticos y tenemos que denunciarlos en el espacio público, en la calle.
P: Concentraciones, debates en librerías de Leganés, tertulias feministas… ¿cuáles son vuestros siguientes pasos?
R: Durante las fiestas de san Nicasio, que fueron este puente, hemos hecho patrullas moradas. La idea de estas patrullas era repartir información sobre agresiones machistas y sexuales, especialmente en contextos de fiestas, y prestar ayuda a cualquier mujer que sufriera una agresión. Parece una cosa muy simple, pero es importante visibilizar esta problemática, que muchas veces pasa desapercibida y como algo propio del ambiente festivo, y sobre todo es importante apoyar a quien pueda sufrir una agresión, brindar recursos, dejar claro que no estamos solas cuando nos enfrentamos a un agresor.
Y ahora lo que nos toca es reunirnos y diseñar el próximo curso y clarificar objetivos, tenemos mucho trabajo por delante.
P: ¿Se dan en Leganés casos de mujeres cobrando menos que los hombres por iguales responsabilidades?
R: Seguro que sí, pero siempre que entendamos lo que esto quiere decir. No significa solamente que ante un mismo contrato para un mismo puesto un hombre cobre más que una mujer por el mero hecho de serlo (aunque esto también sucede), sino que las mujeres sufren enormes desigualdades en el ámbito laboral que conlleva que terminen cobrando menos o teniendo una categoría inferior, aunque su nivel de desempeño o su responsabilidad esté al mismo nivel que el de sus compañeros. En primer lugar una mujer es penalizada laboralmente porque el trabajo de cuidados cae mayoritariamente sobre ella: las reducciones de jornada, los contratos a tiempo parcial, la imposibilidad de hacer horas extras… son elementos que afectan más a las mujeres y que hacen que no sólo ganen menos dinero, sino que tengan menos oportunidades de promocionar, de estabilizar su empleo o, incluso, de ser tomadas en serio en su empresa (ya que la familia es considerada una carga para una mujer que trabaja). Esto hace que las mujeres encuentren un techo de cristal en sus carreras profesionales que hace que sus salarios y sus ascensos tengan un límite, aunque no necesariamente sus responsabilidades.
P: Ni una sola portavoz mujer en ningún grupo municipal en el municipio…
R: Este es un problema grave, en Leganés y en muchos otros sitios. Podemos ver un caso similar en el propio Congreso de los Diputados. Los plenos de Leganés son extraordinariamente masculinos, con esa fanfarronería y esa violencia de los hombres en los bares. Creo que el hecho de que no haya mujeres portavoces se puede leer de varias formas: por un lado, es un hecho evidente que las mujeres tienen más dificultades para acceder a puestos de responsabilidad (aquí entran en juego los problemas para conciliar la vida familiar, el techo de cristal, etc.) y especialmente si se trata de responsabilidad política, al fin y al cabo el terreno de la política ha estado históricamente reservado a los hombres y está siendo una batalla ardua para las mujeres entrar en él. Por otro lado, creo que en la política se privilegian esos roles de género relacionados con la masculinidad de los que hablábamos antes, un buen político es agresivo, duro, fuerte, se enfrenta a sus oponentes para ganar; estas son actitudes que se privilegian en los hombres, pero que se castigan en las mujeres, de tal manera que si una mujer las exhibe es considerada excéntrica, histérica, demasiado violenta, poco fiable, etc, pero si no las exhibe y pretende hacer política desde las actitudes tradicionalmente femeninas será considerada demasiado blanda para ese trabajo y no será tomada en serio. Personalmente, me encantaría ver más mujeres con protagonismo en nuestro pleno que hicieran política de una forma nueva.
Cultura y religión
P: En alguna de vuestras tertulias, habéis afirmado que somete más la cultura que la religión…
R: Sí, esta fue una discusión muy interesante que tuvimos durante nuestra primera tertulia en la que mujeres de origen árabe nos estuvieron hablando de sus experiencias en España y en Leganés. La conclusión a la que llegamos es que las mujeres no estamos oprimidas porque una u otra religión así lo establezca. Desde luego, las religiones son manifestaciones culturales y, como tales, las grandes religiones monoteístas son profundamente patriarcales, pero la religión no es la causa de que las mujeres suframos opresión y desigualdad. Las sociedades laicas también oprimen a sus mujeres, aunque tal vez lo hagan de una forma que nos resulta menos evidente que cuando hablamos de países musulmanes, pero que sea menos evidente no significa que no exista. Al final, hay algo que nos une a todas las mujeres con independencia de nuestro origen o nuestra religión, y es que a todas se nos ha hecho pensar que el mundo no nos pertenece, que es un lugar en el que no tenemos poder y en el que debemos ser protegidas. Cómo se nos hace saber eso cambia de un lugar a otro, pero todas podemos reconocernos en esa enseñanza.
P: ¿Qué posición tenéis acerca de la gestación subrogada?
R: Pues no tenemos una postura única ni homogénea, tuvimos un debate interesantísimo con Justa Montero sobre el tema en el que pudimos ver los claroscuros de este asunto. Creo que esta es también una lección importante, que no siempre tenemos por qué alcanzar una conclusión clara, sino que a veces nos vamos con más dudas que certezas porque las problemáticas son complejas y hay que huir de los reduccionismos. El tema de la gestación subrogada es complejo porque confluyen muchos elementos distintos: qué entendemos por maternidad, si esta es un derecho o no, cómo se relaciona con la lógica del capitalismo, cómo implica una explotación de las mujeres más pobres, etc. Por un lado, hay muchas voces denunciando que es una forma de explotación, ya que la gestación subrogada es un recurso que sólo está al alcance de personas adineradas y las gestantes siempre son mujeres pobres que necesitan ese dinero para vivir, y en la medida en que sea una forma de explotación hemos de estar en contra; pero a la vez también hay otras voces del feminismo muy razonables que defienden que es un fenómeno que ocurre y que no regularlo puede perjudicar a la gestante, pues es la que está en una situación más vulnerables, por lo tanto cualquier regulación que sirva para garantizar sus derechos y su bienestar debería ser un avance. Como ves no es un tema simple.
P: Por último, ¿qué dirías a las jóvenes que no dan el paso a unirse a esta lucha?
R: Primero les diría que no se van a arrepentir si se suman a la lucha feminista, porque es una lucha en la que obtienes siempre al menos una victoria, la victoria sobre tu propia persona, ser feminista te convierte en una mujer más consciente y más libre, sólo por eso ya vale la pena. En segundo lugar les diría que nos hacen falta, porque necesitamos ser muchísimas, y que queremos contar con ellas porque esto también condiciona su vida cada día. Y, por último, les diría que el movimiento feminista es probablemente el movimiento más vivo y más emocionante con el que contamos ahora mismo y que no deberían estar perdiéndose algo tan bonito. De todas formas, son muchas las jóvenes que están ya en esta lucha.