► Nuevo Crónica reúne a médicos, enfermeras, celadores y demás protagonistas para dar un paseo por la historia del HUSO
► ‘Mover’ el hospital cuesta 350.000€ cada día
El personal destaca los grandes avances del centro y su posicionamiento en la vanguardia
► Música en Vena: el valor de la solidaridad que cura
Una etapa maravillosa, los 30. El que suscribe estas líneas aún le queda por alcanzarla, pero después de comprobar en persona todo lo que han dado de sí estas tres décadas de hospital no me cabe duda: el Severo Ochoa está es su mejor momento. Han sido años, y seguirán siendo, de avances y crecimiento de un magnífico centro, al que dan vida todos y cada uno de sus trabajadores, al servicio de una ciudad. Es en este 2017 en el que celebramos ese redonda cifra de los 30. Sin embargo, hay algo más que eso para celebrar todavía. Es lo que está llegar, el futuro del Severo Ochoa que está ligado al nuestro. Nos paseamos por este tiempo, nos encontraremos a lo largo del reportaje con doctores que llevan toda su vida en la casa, enfermeras, celadores, la primera persona que aquí nació y con proyectos solidarios tan bellos, entre otras cosas.
No en vano, podemos destacar ya algunos datos muy interesantes. Por ejemplo, es algo más de 88 millones de euros lo que se invierte en personal del hospital al año, cuya plantilla la forman 1712 trabajadores, de las cuales 1393 son mujeres. Contamos, a lo largo del año, con 122.296 desayunos, 118.536 comidas, 12.274 meriendas y 113.561 cenas. Y es que el hospital siempre tan pendiente que a diario sella una correspondencia de 459 cartas o lava 694.018 kilos de ropa sucia, que pesa menos, según nos confirman en el centro, cuando se devuelve limpia. En ese sentido son más de medio millón de sábanas en los doce meses, lo que equivale a 1516 por día.
Otro apunte importante es el consumo anual del Severo Ochoa, de 13.753.359KV/h, lo que equivale a una población de casi 4000 viviendas. El gasto luz supera el millón de euros, mientras que en agua podríamos llenar 30 piscinas olímpicas, 74.031.000 litros. Por último, indicar, en cuanto a dimensiones, podríamos compararlo con 11 campos de fútbol, 5,5 hectáreas de superficie construida.
Conversación con el doctor Vázquez Echarri
A lo largo de estos 30 años han pasado 8.191 trabajadores, entre personal sanitario y no sanitario. Hemos hablado tanto como los que están ejerciendo como los que son historia del hospital, están jubilados, pero en su día arrimaron el hombro.
Jaime Vázquez Echarri nació en el año 1954. Jefe de Sección de Cirugía General, comienza en el HUSO en 1987, fecha de su nacimiento y un año antes ya era Doctor en Medicina cum laude.
Qué mejor que el doctor Vázquez Echarri para empezar con una presentación, “el hospital comenzó como abanderado de la reforma sanitaria del gobierno. Por tanto presentó ciertas peculiaridades en su organización y gestión que resultaban novedosas a otros centros y a los que empezábamos aquí sin participar en su diseño. Poco a poco se ha ido normalizando el funcionamiento con gran esfuerzo del personal que suple con creces nuestra falta de medios, heredada de los primeros tiempos, consiguiendo unas cuotas de calidad e innovación comparables o incluso mayores a hospitales con mayores recursos. Hoy es un hospital moderno dinamizado por la docencia tanto pre como postgraduada. Su tamaño es, según mi criterio, el adecuado para su función y nos permite también al personal una aceptable relación humana. El trato es más cercano que en los grandes hospitales”.
Por supuesto, no podemos dejar de preguntarle sobre qué supone ser jefe de sección y la importancia de su departamento, “genera obligaciones de gestión como asistencial y la satisfacción de coordinar al grupo de excelentes profesionales con los que trabajo. En mi caso, dado que nuestro jefe de servicio tiene una enorme capacidad de trabajo, es francamente sencillo ejercer la jefatura de Sección, mi función es primordialmente asistencial. Dentro de un hospital, el servicio de cirugía general y del aparato digestivo es uno de los pilares. Un mal funcionamiento de este servicio podría obligar a su remodelación. Un buen servicio, por el contario, es un gran impulso para la evolución de un hospital y tengo el firme convencimiento de que nosotros nos encontramos en este apartado”. ¿Y cuáles son los desafíos para el futuro? “El prioritario es prestar a nuestra población una asistencia de la mayor calidad e innovación posible. Creo que se ha realizado un enorme esfuerzo para conseguirlo y aunque resulta vanidoso, yo creo que lo hemos conseguido. El desafío para el futuro es saber mantener nuestra línea de actuación y ofrecer la calidad asistencial actual”.
El doctor me recalca que uno de los momentos más importantes fue ese paso a llamarse HUSO y ser, por tanto, hospital universitario. Cuenta que fue un gran momento en esa evolución y sobre los estudiantes se refiere cariñosamente, “los alumnos incentivan. A pesar de que nos llenan los despachos, siempre en medio y hacen muchos ruido en la cafetería, han supuesto una inyección de vitalidad y juventud, que se echa de menos en verano”. Por todo eso, espera que la sensación que tenga la ciudadanía de su hospital sea buena y también propone como objetivo de futuro analizar los posibles motivos de insatisfacción y solucionarlos.
Por último le pedimos una anécdota, no es fácil seleccionar una para quien lleva más de 30 años en la casa, “comentar todas sería difícil por extensión como por memoria, que ya flaquea con la edad. Citaré una guardia en la que después de llevar operando todo el día y noche, a las 6am nos quedaba por operar una fractura esplénica traumática y mi compañero de guardia se quedó dormido en el antequirófano en la cama del paciente y le tuve que despertar. O aquel 31 de diciembre de guardia que el ministro de sanidad correspondiente, Sr. Romay Becaria, acudió con su mujer y demás acompañantes a tomarse las uvas con la guardia como gesto de confraternización y las tomaron acompañados únicamente por el jefe de la guardia”.
Begoña Chamorro, enfermera
Aterrizó en el HUSO un 17 de enero de 2007, como enfermera que había aprobado su oposición en carácter fijo. Es supervisora del servicio E2A junto con el servicio de Hospital de Día. “El hospital tiene una buena organización, es pequeño, con servicios especiales, y aunque no podamos competir con los nuevos en infraestructuras, la calidad de los cuidados es inmejorable. Siempre me he sentido acogida y con una dirección de enfermería que mira hacia adelante en la formación de su personal y buscar los mejores recursos para dar los mejores cuidados a los pacientes. Con la informatización ha habido un antes y un después. El personal de enfermería ha estado a la altura y se ha actualizado. Todos nos conocemos y hay buen ambiente de trabajo”, nos cuenta sobre el funcionamiento, mientras sigue explicándonos sobre su puesto y servicio, “la supervisora es el eje de un equipo con un objetivo en común. Es una gestora de los recursos personales y materiales. Guía al personal de enfermería a alcanzar la meta en común. Es muy gratificante que los pacientes hagan hincapié en la profesionalidad de enfermería. El servicio E2A es de las especialidades de digestivo, nefrología, cardiología, hematología, reumatología y endocrino. Conviven muchas especialidades, pero es una planta enriquecedora en conocimientos por su variedad. Hay muy buen relación entre médicos y enfermeras, se va de la mano planteando medidas de mejora y soluciones. Por su parte, el Hospital de Día es polivalente: oncohematología y especialidades médicas. Ejerce un papel importante por el tipo de paciente oncológico, que es especial. Se trabaja no sólo la enfermedad, sino también lo emocional. Aquí el paciente no permanece ingresado, se pone el tratamiento y se marcha a casa o a trabajar. Es un avance en el tratamiento ambulatorio”.
En ese sentido, Begoña tiene claro que el objetivo es la calidad en los cuidados a los ciudadanos de Leganés, y el desafío es mantener eso a la par que estar en la vanguardia. “La ciudadanía siempre apoya al hospital y éste mira por su confort. Yo he sido mucho tiempo ciudadana de Leganés. Mis hijos han nacido aquí y siempre hablan con nostalgia del trato recibido y se sienten pepineros”, finaliza.
Pediatría y Neonatología
¿Cómo no va a ser una parte importante la de los más pequeños? Para ello, nos atienden Mª Luz García, jefa de Pediatría y Neonatología y Ersilia González, coordinadora de Neonatología. Coinciden en el crecimiento del Severo Ochoa, “han sido 30 años de trabajo de muchos profesionales para conseguir un hospital con una gran calidad humana y sanitaria para sus pacientes y familias. Es cómodo, cercano, abierto a iniciativas de mejora, nos conocemos todos y nos apoyamos y coordinamos para que el centro de nuestra atención sea el paciente y su familia”. Vamos ya a que nos expliquen sobre estos dos ámbitos, “la pediatría es fundamental en un hospital general. En el HUSO tiene una larga trayectoria en la investigación, siendo uno de los servicios con mayor número de publicaciones en revistas médicas. Pionero en adoptar medidas encaminadas a humanizar la asistencia, permitiendo la hospitalización madre/hijo, la permanencia de los padres junto a sus recién nacidos ingresados las 24h del día, participando en sus cuidados con una atención centrada en el niño y su familia. El servicio de Pediatría fue el primero del hospital en adoptar medidas analgésicas como la inhalación de óxido nitroso en niños que van a ser sometidos a procedimientos dolorosos y molestos. Esta iniciativa fue el germen que hizo posible que el resto de los servicios del hospital comenzara a implantarla, aliviando el sufrimiento de algunas pruebas o tratamientos. Por su parte, la Unidad de Neonatología en nuestro hospital ha sido y sigue siendo una parte muy importante del Servicio de Pediatría y del hospital. La detección precoz y el tratamiento eficaz de los problemas que se plantean en los primeros días de vida son fundamentales para el pronóstico de los niños”. Evidentemente, como nos cuentan, supone una satisfacción y alegría aliviar a los más pequeños. Coinciden en que la parte de formación universitaria ha supuesto un estímulo y oportunidad, “volver a las aulas y transmitir nuestro conocimiento, como en su día hicieron nuestros maestros, es un proyecto que ilusiona y anima a seguir esforzándose para dar lo mejor a pacientes y a estudiantes”.
Tampoco podemos obviar, desafortunadamente, a los niños y niñas que pasan largas temporadas en el HUSO, “el ambiente que se respira en Pediatría es especial. Los niños, y más cuando están enfermos, son muy vulnerables e inspiran a los profesionales ternura y sentimiento protector. También los pediatras son especialmente son especialmente sensibles a la preocupación de los padres y procuran ser cercanos y empáticos”. Por último, les pregunto por los logros cosechados en las tres decenas, son innumerables y citaremos algunos, “el desarrollo de especialidades pediátricas, fundamental. Nuestro servicio dispone de todas las especialidades pediátricas, con la excepción de Oncología y Cuidados Intensivos. La reforma de la urgencia infantil, consultas externas y área de hospitalización pediátrica y neonatal se ha llevado a cabo para mayor confort y funcionalidad. Desde el 2013 se reconoce nuestra apuesta por la Gestión de Calidad con la Certificación ISO -9001, tanto en hospitalización pediátrica, urgencias infantiles, consultas externas, maternidad y Unidad de Neonatología. En los últimos 10 años, la remodelación integral de la Unidad de Neonatología ha facilitado la estancia permanente de los padres junto a los niños hospitalizados el máximo tiempo posible. Desde noviembre de 2014, proporcionamos leche materna donada a niños prematuros y enfermos ingresados cuyas madres no puede o no tienen suficiente leche para su alimentación. Desde julio de 2016 somos Centro Receptor de leche cruda, gracias a la donación altruista de madres que amamantan a sus hijos y, además, congelan leche para los niños que la puedan necesitar. A lo largo de estos años, el Servicio de Pediatría ha recibido numerosos premios en congresos que han reconocido su labor investigadora”.
Maternidad y paritorio
No nos vamos muy lejos. Hablamos con la supervisora de Maternidad y paritorio, que lleva 26 años en el hospital, Ángeles Serrano. “Ser supervisora es el eslabón entre la Dirección de enfermería y el personal asistencial. Si mi trabajo es eficaz hay satisfacción personal, productividad y armonía. Estamos en un hospital muy cercano con un importante compromiso con la salud pública con múltiples logros a nivel asistencial de docencia e investigación. Destacaría el cambio del papel a la informatización”.
También conversamos con Carmen Orizales, responsable médico de Paritorio, que lleva desde el 2007 en el HUSO, con su inicio del MIR en Ginecología y Obstetricia. “Todo el equipo ha trabajado mucho para incorporar la Estrategia de Humanización del Parto, recomendado por las principales Sociedades Médicas y el Ministerio de Sanidad, a nuestro paritorio así como la iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y Lactancia (IHAN), lanzada por la OMS y UNICEF, para adoptar prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento. Todo ello ha sido posible gracias el trabajo conjunto con el Servicio de Neonatología, así como la Comisión Perinatal y la Comisión de Lactancia. Además, trabajamos en distintos proyectos que nos permiten conseguir mayor tasa de parto normal y reducir tasa de cesáreas, como ha sido la incorporación en nuestra cartera de servicios de la Versión Cefálica Externa, técnica en la que estoy especialmente implicada, formando parte de mi tesis doctoral, siempre con el apoyo y dirección de jefe de Obstetricia, el Dr. Juan Fernández y el jefe de Servicio, el Dr. Juan José Escribano Tórtola”, nos explica.
Sobre este ámbito nos agrega más Mar Escarpa, responsable del paritorio, quien tras finalizar su residencia en la Comunidad Valenciana amplió con un Máster de Investigación clínica de cuidados de enfermería y licenciatura en Antropología Social y Cultural. Nos comenta sobre las características actuales del paritorio, “se permite a la madre estar acompañada todo el tiempo y ser protagonista en su parto. Periódicamente, se realizan charlas divulgativas informativas de forma multidisciplinar dirigidas a embarazadas y sus parejas para resolver dudas”, y añade sobre la importancia de las matronas en el hospital, “son el referente de las mujeres y acompañante desde que ingresan en paritorio. Dan apoyo físico, informativo y emocional de manera continua y personalizada. Las mamás quieren partos naturales, tranquilos, íntimos, rápidos, con poco dolor y sin complicaciones. Hay técnicas alternativas a la analgesia epidural, habitaciones individuales en el paritorio”. También tenemos proyectos muy bonitos, “se creó una sala polivalente para la evaluación de mujeres víctimas de violencia de género. El hospital se une a la lucha de esta lacra social, favoreciendo que exista un espacio para mejorar la coordinación sanitaria, legal y judicial. Otro proyecto en el que hemos aprendido un poco más a acompañar a esas personas que sufren la pérdida de un bebé. Hemos desarrollado el protocolo del duelo perinatal con la colaboración de afectados que nos aportan esa visión. Aprovecho para dar las gracias y abrirnos su corazón a Cheli” Terminamos esta parte con algunas muestras literales de agradecimiento dirigidas al servicio de paritorio, “agradecer el trato y afecto recibido en la aventura del nacimiento de mi hija Daniela”, “gracias por vuestra profesionalidad y trato que han hecho posible el nacimiento de nuestros hijos y con ellos una inmensa felicidad”.
Noel Montero, el primer bebé del HUSO
El 1 de abril de 1987 a las 16 h vino al mundo el primer bebé el Severo Ochoa, Noel Montero. “Es una buena anécdota e historia que siempre cuentan en la sala se espera o cuando pasamos cerca. Algunos dijeron que dieron una beca y ayuda económica, pero nunca recibimos nada. Somos de Fuenlabrada y seguimos viviendo aquí viviendo aquí desde entonces. Leganés era el pueblo grande con hospital, cine…” Su opinión es positiva, “siempre que hemos tenido que ir con los abuelos, tíos o primos el trato ha sido excelente”. Nos relata lo que le han contado de aquel día, “había más nervios por el parto que por ser el primero. El hospital estaba en obras y nosotros llegamos a él de rebote. Mis padres venían de otro hospital en Madrid donde les dijeron que se fueran a casa porque no estaba de parto todavía. De camino a casa, mi madre empezó a tener más contracciones y dolores y decidieron parar en Leganés a que la miraran y allí se quedó. El parto se complicó un poco y tuvieron que sacarme con fórceps, por lo que ser el primero pasó a ser una mera curiosidad. Eso sí, cuando nos subieron a la habitación, todo el personal del hospital, incluyendo médicos, enfermeras, celadores, cocineras, seguridad e incluso obreros de la construcción, pasaron a ver al nuevo niño”. La idea de tener hijos le resulta por ahora lejana a Noel, pero “mientras tengan salud y salga todo bien, cualquier sitio es bueno”.
Manuel Flores, El Celador
Quedo con Manuel en el propio hospital. Se ha jubilado este febrero. Hablar con él es entrañable. Se le iluminan los ojos. Dio todo por su trabajo y por el hospital. Unos de los trabajadores con más solera, 43 años, procedente del clínico. También es vecino de Leganés. “Nació como una reivindicación vecinal. De hecho, la gente daba a luz en el 12 de octubre o La Paz. Era necesario y justo. Luego se ha ido reformando y ampliando con los años, incluso yo pienso que algo más se podría ampliar”. Me pasa a contar sobre la importancia del celador, “es un eslabón más de toda la cadena. Te lo encuentras en las urgencias generales como allí donde te lo puedas imaginar. Siempre están tirando de nosotros para una cosa u otra. Yo me he movido por muchos sitios. Las noches las hacíamos en urgencias generales, maternidad, otras de retén… La labor del celador es imprescindible, tanto para información como para el trabajo en sí, fuera o dentro de quirófano, urgencias movilizar pacientes…”. Le pregunto por cómo lleva la jubilación, “me dio mucha pena porque yo he estado muy a gusto tanto con los compañeros como con los pacientes. Cuando dejamos de hacer una actividad que la has estado haciendo tanto tiempo, te falta algo. Pero, yo sé que llegaba mi hora y que me tenía que ir para que otros puedan entrar. Ahora para mí todo es nuevo, aunque parece que ya me voy readaptando un poco más a la hora de no venir. Aunque lo echo mucho de menos”. Me explica que el test del sueño no estaba o que Rehabilitación era muy pequeña cuando él entró y ahora se ha ampliado a tope, como el laboratorio, “me atrevería a decir que es uno de los que mayor afluencia de personas y de trabajo tiene”. También recuerda días complejos como con la colza o ébola.
Lo veo tan emocionado que le digo; Manuel imagina que mañana te llaman por un día y te piden que eches un mano, “pues siendo sincero, no me importaría para nada. Venía y echaba el día. Hoy que he tenido que venir para la entrevista, me ha hecho mucha ilusión estar con los compañeros y tomar un café con ellos”. Me acompaña a la salida mientras nos marchamos. Él vive cerca y me dice sonriendo que ya pone el piloto automático en este camino que tantas y tanas veces ha hecho desde casa al hospital.
Música en Vena
Terminamos este recorrido por 30 años de hospital con una de las iniciativas solidarias más bonitas, la de Música en Vena. Hablo con su directora, Virginia Castelló. El proyecto va por distintos hospitales, pero también en el HUSO. Acercan la música a pacientes con tratamientos dentro de los hospitales de la Comunidad de Madrid. Empezaron con pacientes oncológicos, y ahora están llevando igualmente la música a neonatos, cardiología, diálisis… Como me explica, a todos aquellos servicios donde Atención al paciente de cada hospital los invita con el fin de que todos los pacientes puedan beneficiarse de la música en directo. Para neonatos van muy bien las nanas o clásica, para adultos también tienen jazz, flamenco…
“Son músicos quienes de manera voluntaria lo conforman. Y luego el equipo de Música en Vena que son como 15 voluntarias, que me acompañan en la tarea de llevar a los hospitales la música. También hay un proyecto nuevo que es el de investigación en el que al músico se le remunera. Aquí generamos empleo dentro de la sanidad española a los jóvenes músicos. Son los MIR, músicos internos residentes. Es un proyecto nuevo de investigación donde se está demostrando y midiendo los efectos de la música con el hospital 12 de octubre a través del instituto de investigación I+12”, explica Virginia y añade que “en cinco años, hemos visto cómo pacientes en tratamiento les puede cambiar el ánimo y aliviar el dolor. Hemos creado este proyecto de los MIR de Música en Vena para demostrar cómo la música puede llegar a curar”.
En el Severo Ochoa están los primeros jueves de cada mes. Mientras los pacientes se dan el tratamiento de quimioterapia, van al Hospital de Día de Oncología y de Diálisis. También, desde Comunicación del centro los invitan a conciertos para ocasiones y eventos especiales.
“Es uno de los hospitales donde más nos apoyan, nos quieren y nos reciben con un cariño súper especial. Al principio como que costaba porque están con dolor, luego ya les cambia la cara, empiezan a subir la mirada, escuchan al instrumentista, participan, cantan, tocan palmas y, al final, no quieren que el músico se vaya. Luego nos dicen que están deseando que sea otra vez primer jueves», me cuenta con satisfacción. También le pregunto por esos pequeños y pequeñas y sus largas temporadas, “por supuesto que son muy importantes para nosotros. Ellos lo llevan de una manera diferente al adulto porque el niño no sabe que tiene esa enfermedad o qué peligro corre. El familiar, sí. Por eso también hacemos conciertos para familiares, que muchas veces sufren más que el propio paciente y también para el personal sanitario que bastante trabaja para cuidarlos y que se puedan beneficiar de la música y disfrutarla. El resultado, como me dices Adrián, es un premio; sí. Ese es el precio. Dices, ¿qué más quiero yo?”.
Virginia, que se encarga de la programación y organiza 18 conciertos mensuales, finaliza con un tierno ejemplo que ilustra lo que es la música y que pone broche de oro a este reportaje deseando que sean muchos años más para el HUSO; “fíjate, una niña en estado catatónico se puede llegar a desbloquear con la música. Logras que esa niña, en un estado así, fuese capaz de responder ante la música… “