► Kuentos, un compendio de singulares relatos y “amalgama de recuerdos”, se presenta en sociedad el 22 de febrero
El periodista y escritor José Sánchez (Madrid, 1981) presentará este próximo 22 de febrero su ópera prima Kuentos, editado bajo el auspicio de Bohodón Ediciones. El acto tendrá lugar a las 19:30 horas en María Pandora (Plaza de Gabriel Miró). A lo largo de sus páginas, Kuentos ofrece varias ventanas por las que asomarse a diversas historias de alto calado emocional y realista que versan sobre los problemas, diatribas, disyuntivas o anhelos del alma humana. Todo ello aliñado con personajes profundamente esculpidos en matices y que dotan al libro de un realismo identificable. Así, la prosa de Sánchez, caracterizada por ser directa como un bala y con las florituras justas para no espesar en la ornamenta innecesaria, carga sus tintas de melancolía, no por ello de desesperanza. Además, el toque mágico está servido. Pues al final la vida es eso. Lo real y lo que se lucha. Que puede llegar, o no, a convertirse en páginas eternas del rastro de los días.
Pregunta: ¿De dónde viene el germen de Kuentos, una obra fraguada a fuego lento?
Respuesta: Las historias de Kuentos son un amalgama de recuerdos (distorsionados, como todos los recuerdos), vivencias, obsesiones personales y cultura pop. Me fascina cómo la cultura de consumo ha insertado en nuestras mentes una serie de iconos y códigos comunes a todos los seres humanos de mi generación, los nacidos a principios de los 80. ¿Qué tienen en común un nativo de Hong Kong y otro de Jerez de la Frontera, ambos ‘treintaytantañeros’? A Darth Vader, Oliver Atton, las tortugas ninja y Transformers. Parece un chiste, pero es así. Es el germen de la globalización.
P: ¿Por qué la ‘K’?
R: Quería un título corto y rápido. Tenía claro que no quería usar el título de uno de los relatos y tampoco revolver estómagos con una cursilería rimbombante. En el mundo real, lo corto y rápido marca a fuego. Un puñetazo en la nariz deja más huella que cien días de dolor de lumbago. Por otro lado, la ‘K’ introduce un elemento transgresor y punk que creo que le va que ni pintado al libro.
P: A lo largo de las páginas, nos encontraremos con diferentes e independientes relatos, con sus personajes, lugares y situaciones: ¿qué aportará al lector esta coctelera?
R: La verdad es que aportar, yo no voy a aportar mucho. No voy a aleccionar al lector en nada que no sepa ya. Sólo espero que se entretenga, incluso que se sobrecoja, y que encuentre una criatura con la que identificarse.
P: ¿Qué hay de inherente al autor en cada uno de ellos?
R: Algunos son hijos de mis miedos; otros, de mis odios; otros, de lo que amo y respeto. En el caso de Dani, de ‘Pupas’, soy yo mismo.
P: ¿Cómo ha sido forjar la creación de estos personajes tan psicológicos y ricos en matices?
R: Sí que hay un poso de realidad en ellos, mezclada en la coctelera de una manera muy EGBera de entender la fantasía.
Melancolía como conductora
P: Más allá del contenido, también están servidos para vertebrar a estos relatos sentimientos tales como la crudeza, melancolía, realismo y, por supuesto, crítica social…
R: No le puedo contar nada a nadie que no sepa ya. Para mí, escribir es una catarsis del copón. Me quedo más ancho que largo, y si puedo hacer partícipes a otros (y otras) de ese proceso, pues oye, cojonudo. Con lo de la melancolía has dado en la diana. La mía es una generación muy melancólica, que ha visto cómo se le reían en la cara empleadores, políticos y banqueros, y se ha dado al cinismo en vez de agarrar la motosierra.
P: ¿La reflexión en cada uno está implícita o invita al lector a ser partícipe?
R: Cualquiera puede disfrutar con estas idas de olla, pero yo creo que el perfil treintañero-cabreado-soltero-hetero se sentirá un personaje más.
P: ¿Hay lugar en tu estilo para conjugar temas reales con pinceladas de fina fantasía como valor añadido?
R: No es que haya lugar, es que esa es la esencia y la ‘raison d’être’.
P: ¿Es posible, finalmente, rebelarse contra la realidad y combatir la injusticia?
R: Posible y necesario es. No cabe sino batirnos, que decía Quevedo en Alatriste. Como decía Mario Camus, la vida no tiene ningún sentido, sólo el que nosotros le damos con nuestro trato al prójimo. Así que saltarle al cuello a este sistema de cobardes, psicópatas corporativos, degenerados, lacayos mansos y tontos útiles es una necesidad vital, es verdad. Que te vas a llevar de hostias, pues también es verdad.
P: ¿Cómo ha sido trabajar con Bohodón, y que esta editor sea el cobijo de tus Kuentos, así como el proceso de edición?
R: De momento, todo como la seda, y el trato exquisito.