CILUSIONADOS

La democracia de los ciudadanos frente a la dictadura de los partidos

Hasta hace pocos meses eran unos ciudadanos normales, preocupados por los problemas de sus conciudadanos, pero se dedicaron a la política y se aislaron en su mundo. El ciudadano normal se convirtió en poco tiempo en personaje mesiánico y mediático. Al complejo de representante de Dios que actualmente tienen los sacerdotes de algunas religiones se añade ahora el complejo de representante del pueblo. Claro, que eso de representante del pueblo tampoco se lo cree nadie, pues en realidad el político a lo único que representa es a su propio partido.

No, no voy a culpar  a ninguna persona en concreto, pero sí podemos denunciar a un sistema de partidos que vive alejado de la realidad de los ciudadanos, en una burbuja de privilegios y que en los últimos tiempos permanece impasible viendo cómo crecen las desigualdades sociales cómo empeora la calidad de vida de la mayoría de los ciudadanos y cómo aumenta la deuda del Estado que tendrán que pagar nuestros hijos, por no hablar de la xenofobia, de los nacionalismos y de la desafección por el proyecto más integrador, más pacifista y más solidario de toda la historia de Europa: la Unión Europea.

Pero como soy optimista y creo en los valores humanos, aunque no crea en la posibilidad del cambio de los partidos políticos, apelo a la responsabilidad y a la solidaridad de los ciudadanos para que, sin suprimir las vías tradicionales, intentemos encontrar otras vías de acción política y social distintas de los encasillamientos de “izquierdas y derechas”, de “buenos y malos”, de “trabajadores y vagos”. He visto y estoy sufriendo en el enfrentamiento a que los ha llevado en Cataluña la falta de responsabilidad y de solidaridad de todos los partidos políticos, el enfrentamiento entre las diversas regiones de España y también el enfrentamiento dentro de la UE entre países nórdicos y países del Sur, entre “países trabajadores y países “vagos”.

No estoy hablando de utopías. Ahí tenemos el ejemplo de algunas ONG, ahí tenemos el ejemplo del “Banc solidari”, creado en el Barrio de Les Corts de Barcelona por unosciudadanos altruistas, del que os hablaré algún día y enel que participan activamente dos ciudadanos de Castilla y León, en concreto de Alaejos y de Cogeces del Monte. Ahí está también el movimiento ciudadano de “Unión de políticos sin sueldo”, que quiere actuar en la política de forma altruista, sin cobrar o cobrando únicamente lo mismo que se está cobrando antes de intervenir en política.  Y ahí está también el movimiento europeo que quiere presentarse a las elecciones al Parlamento Europeo con “listas transeuropeas”, que podamos elegir todos los ciudadanos de la UE, listas que estarían formadas por ciudadanos independientes de todos los países miembros.

Voy a quedarme hoy con esta última iniciativa por la importancia tanto positiva como negativa que puede tener en nuestras vidas el proceso de integración europea.  Estamos viendo cómo se está desintegrando últimamente la UE. No ha sido culpa de los ciudadanos, pues hemos estado expresamente excluidos deeste proceso integrador. La responsabilidad es toda de nuestros políticos y de nuestros sistemas políticos de partidos. El Parlamento Europeo aprobó hace ya unos 20 años esta posibilidad de listas transeuropeas, pero el Consejo de la UE lo rechazó y, así se quedó por la cobardía del Parlamento Europeo de no denunciar al Consejo ante el Tribunal de Justicia de la UE. Somos los ciudadanos los que tenemos que salvar el proceso de integración.  Incluso en el caso más que probable de que no se admitan estas listas transeuropeas para las próximas elecciones, deberíamos presentar extraoficialmente listas transeuropeas -al menos una- con el mayor número de candidatos de todos los países miembros, para demostrar que queremos una auténtica UE de los ciudadanos, no de  los políticos: Si, además,  estos candidatos estuvieran dispuestos a no cobrar los sueldos de los eurodiputados -sí el reembolso de los gastos, seríauna verdadera revolución ciudadana. Probablemente el voto sería nulo, pero un voto masivo nulo con la indicación de que se quieren listas transeuropeas sería una bomba democrática.

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