Santiago Llorente ha sacado pecho por los resultados electorales obtenidos por el PSOE en las pasadas elecciones del 28-A en Leganés, siendo la fuerza más votada. Hasta ahí, correcto. Es un dato objetivo. Lo que es subjetivo es todo lo demás. Llorente ha aprovechado que Sánchez pasaba por Butarque para arrogarse como propios los méritos sin sonrojo alguno.
En su agónico intento por revalidar un poder que parece que se le escapa, Llorente ha visto la posibilidad de tomar los datos anteriores para convertirlos en su urna particular. En esa en la que todo cabe.
Por mucho traje de prestidigitador que ahora quiere vestir, el mono va a seguir siendo mono. Va Llorente y hace, algo comprensible, que no tiene porqué ser asumible, una rueda de prensa, él solo, para vender el perfume, en tarros vacíos, de su paso por la alcaldía. Con sus pinturas de piel de unicornio pinta tras cuatro años una ciudad fantástica y esta vez, en lugar de cachopos, se le llena la boca de PSOE. Cuando sus ínfulas noveleras doblegan en cierta medida, dedica el resto del tiempo, bastantes minutos, a regalarnos su temor más persistente de cara a este 26 de mayo: ULEG. ¿Por qué? Precisamente por eso, por el espacio que le otorga. Si no hubiese preocupación lo emplearía de otra forma.
Efectivamente, desde que se pusiera Llorente en modo campaña Llorente ha urdido planes espurios y bastardos de un ‘alcalde acabado’ contra el partido vecinal. Claro está que se está zampando boomerang tras boomerang. Fíjense, tiene tal desfachatez este socialista que mete a un imputado como su número 3, claro ahora vayan y voten a imputados, cosa suya es, desde luego. A este imputado, Javier Márquez, le quedan todavía cuestiones que aclarar con la Justicia por la falsa agresión que achacó a dos ediles de ULEG, uno de ellos su portavoz, Carlos Delgado. Llorente incentivó a Márquez en su delirio y ahora la Justicia también lo ha condenado a él por ausentarse cuando la Justicia le reclama para este asunto.
Al tiempo, se ha esforzado en su cacería contra el también concejal de la formación independiente Antonio Almagro con la ayuda mediática del ‘Lechero de Getafe’ y sus periódicos. Almagro no ha hecho nada ilegal pero el alcalde y el editor conservador [en Alcorcón, es más de derechas que David Pérez]. Ah, pero estos ataques infundados de quien se sabe en el alambre también le van llevar a visitar los juzgados. Ya ha sido avisado por estos mismos.
La última fechoría del acuerdo mediático entre el cocodrilo de la Calle y su extraño amigo el socialista Llorente ha sido un periódico con calumnias buzoneado con una octavilla ‘anónima’ en la que se augura un acuerdo entre ULEG y Vox, extremo que ha desmentido el partido vecinal en las redes sociales del municipio. De hecho, tal es la gravedad de la acción del periódico del Lechero que su director, Roberto Resino, está citado por un Juzgado de Leganés como investigado. Parece que durante la campaña electoral los juzgados se dan más prisa de la habitual en actuar.
Tras una legislatura perdida y trufada de corruptelas, olvidándose de los vecinos y de las necesidades de los barrios, Llorente acaba con el Gobierno municipal a la deriva. Han sido los cuatro años de los cachopos con dinero público, de los enchufes a gentes de partidos en nombramientos que posteriormente han sido declarados ilegales, los de desatender las peticiones del AMPA de una Escuela de Música que se cae literalmente y ha mostrado su desafecto con, de la Biblioteca de Leganés Norte, de sus trapicheos con los dos o tres empresarios [que no son más] de UNELE, de la situación de los colegios públicos, de su cabezonería por no añadir pedales en los cubos para los vecinos y vecinas, de su negativa a reconstruir la Piscina de Solagua [por intereses ocultos, probablemente inmobiliarios], de las altanerías y del tráfico de influencias del que ha sido su concejal de Cultura, el melodioso Martín de la Sierra, y así un largo etcétera.
Y ahora… también se abraza a una bufanda del CD Leganés, que mete goles, sí, pero que ni da becas, ni pone ascensores, ni rehabilita barrios, ni mejora la Cultura local o cubre necesidades del tejido asociativo… Se abraza a eso y a una urna repleta de papeletas en blanco. Que una cosa son las generales y otra las locales. Y tú, Llorente… Y tú ‘no progresas adecuadamente’, según han expresado los vecinos.