GETAFE

Las máquinas de ‘vending’ de los centros municipales de Getafe funcionan sin contrato

El Ayuntamiento de Getafe parece ‘La casa de Tócame Roque’, por la falta de transparencia y por la confusión que existen en cuanto al dinero público y al trámite administrativo de algunos negocietes que campan a sus anchas. El Gobierno municipal de Sara Hernández se desmorona; un ejemplo más, de la falta de cordura y de los pequeños chanchullos que dominan la gestión municipal de la alcaldesa, es la proliferación de las llamadas máquinas de ‘vending’ o expendedoras de bebidas, cafés, refrescos o aperitivos en las dependencias municipales, centros culturales, centros  cívicos y polideportivos, una relación de lugares que podría albergar a más de 30 unidades de negocio.

Las máquinas, que consumen agua y electricidad municipal, se encuentran en el limbo de las corruptelas. No existe contrato de adjudicación, ni se cobra —al menos oficialmente— ningún canon por el espacio y los servicios públicos. Así lo ha denunciado el partido independiente Impulsa Getafe.

¿Alguien cobra por debajo por permitir que estas máquinas hagan negocio a costa del erario público? Eso serían palabras mayores. Pero lo cierto es que, a la vista de la situación, se está produciendo un evidente daño patrimonial al Consistorio, así como una presunta prevaricación y malversación de fondos públicos.

Según Impulsa Getafe, «las máquinas de venta de café, refrescos y productos alimenticios carecen de soporte contractual, y [presuntamente] no están autorizadas legalmente para
el uso de recursos públicos de titularidad municipal como la electricidad y el agua». Alguien habrá sido el responsable, piensan hasta los más tontos. ¿Se imagina usted poniendo, por su cuenta y riesgo, sin pedirle permiso a nadie, una máquina con la que va a hacer negocio en —digamos el polideportivo de la Alhóndiga-Sector 3 (en la fotografía). Los conserjes no han visto a nadie colocarlas; y, además suponen, que si la han instalado, tendrán permiso. El concejal de deportes, sí debe o debería saber algo, pero se lo calla; y de la alcaldesa para qué hablar, se ha entera del chanchullo por la denuncia de Impulsa Getafe.

Algunos vecinos pueden pensar que este tipo de situaciones se deben a la desidia y la falta de capacidad para la gestión; otros, empezamos a pensar, que la golfería campa a sus anchas, de forma descontrolada, en el gobierno municipal de Sara Hernández.

El Ayuntamiento no recibe ningún tipo de contraprestación por un
servicio que genera gastos municipales y que, afortunadamente para el dueño de las máquinas, procura cuantiosos ingresos. Las máquinas están ubicadas en unas instalaciones públicas que visitan miles de personas diariamente en el desarrollo de sus actividades.

Impulsa Getafe comenzó a investigar las situación legal y contractual de las máquinas solicitando el expediente
de contratación. La respuesta del Gobierno municipal fue el silencio porlo que tuvo que recurrir a estamentos superiores que han obligado al Ayuntamiento a facilitar la información de que tal contrato no existe y que —casualmente—, tras la consulta
del partido local, se encuentra en fase de redacción.

En algunas máquinas se sigue vendiendo Coca Cola a pesar del acuerdo de Pleno que prohíbe su distribución y venta en espacios municipales

La chispa de la vida

El Pleno de julio de 2015, el Pleno del Ayuntamiento con los votos de Ahora Getafe, PSOE e IU aprobó la prohibición de vender o promocionar en los espacios municipales bebidas como la Coca-Cola; una propuesta que, estando o no de acuerdo, se inclumple de forma flagrante. Parece que es difícil renunciar a la ‘chispa de la vida’.

Roberto Benítez, portavoz de Impulsa Getafe, ha pedido explicaciones de las condiciones en las que se ha permitido el servicio de estas máquinas y que se haga público los beneficiarios del mismo. «A estas alturas resulta impensable que se conceda este tipo de servicios a dedo, sin que el Ayuntamiento perciba ninguna compensación».

El reparto de las máquinas parece arbitrario. En algunas instalaciones ostentan la pegatina de ‘Pelican Rouge’, una compañía adquirida en 2017 por la multinacional suiza Selecta. En otras instalaciones la máquinas está marcadas con la pegatina de ‘alliancevending.es’, un grupo catalán de empresas (delegaciones) que en Madrid funciona bajo la denominación de Gedemasa SL, y domicilio en la calle Odiel de Getafe. Parece un reino de taifas. ¿Cada centro adjudica según le venga en gana al responsable?

A pesar de las etiquetas, que podrían identificar a la empresa o empresas propietarias,   en las redes sociales, sobre todo en twiter se sugiere que el negocio de las máquinas de vending, al igual que las ilegales concesiones verbales para la explotación de bares de los Polideportivos responde al llamado irónicamente ‘Pacto de la Verbena’, en relación al lugar en el que se fraguó el acuerdo para la explotación ilegal de esos negocios en locales municipales. Solo queda por confirmar la persona o empresa que gestiona ese negocio [de momento] ilegal o el representante que cobra la comisión por utilizar su influencia para ello.

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