Al director general irregular (según la Justicia) de Sostenibilidad y enchufado en un puesto de remuneración sobresaliente, Francisco Javier Márquez Ortiz sólo le falta comerse un cachopo (si es que no fue alguno de los comensales de aquella correría de Santiago Llorente) pagado por los contribuyentes para tener (aún más) contento a su jefe y a la vez presidente de la agencia de colocación socialista en Leganés. Si Márquez se calza un cachopo y lo riega con algún chupito con graduación, para emular a Santiago en tiempos de Visa y risa, haría las delicias, no gastronómicas, sino enchufistas, del portador del bastón. Márquez ahora es intocable. Un Márquez acachopado ya sería vitalicio. Márquez, por favor, ni se te ocurra comerte uno. Si hay un 0.0001% de que te cesen, no te lo cargues.
Como buen enchufado es un trabajador competente. Competente para escuchar el resonar de los euros y euros públicos en su cuenta. Una obscena y engrosada nómina que supera los 51.000 machacantes anuales. Es un incompetente en todo lo demás. En lo que se supone que debería ser su trabajo. Ya sabemos cómo va el Cadenas, sus oscurantismos, la fauna y flora leganense, y sus excusas de mal pagador, pero de buen estómago agradecido.
La caída de ramas de árboles en mal estado ha colocado a Márquez definitivamente en el ojo del huracán. Por supuesto, su comportamiento y gestión ante tal hecho ha sido censurado por las propias víctimas y familias (todas, sin fisuras, coinciden en señalarlo en su grosero, altanero y patán trato), sindicatos y vecinos y vecinas. Su proceder fue penoso y lamentable. Márquez se arrogó el decirles que si iban buscando una paguita para luego brindar con champán. Es el resultado, disculpen que sea insistente, de sus nóminas, que, consecuentemente, les da para creerse por encima del bien y del mal. También, y como buen socialista, sacó a relucir no su amor, sino respeto por el ejercicio sindical (frase irónica). No solamente nos encontramos ante un pésimo gestor. Estamos ante un maleducado. Motivo más que de peso para que su cese no tuviese discusión alguna. Santiago, por inteligencia y sentido común, Márquez tiene en su contra a afectados y a la ciudadanía. Despídelo y, cuanto menos, lograrás calmar un poco las aguas. Aunque, efectivamente, lo tendrías que echar por responsabilidad política (eso que te tuviste que comer entre cachopo y cachopo). Sosteniendo lo insostenible consigues que sólo se te entienda en tu cortijo, al que os debéis entre toda la tropa. Es muy triste, Santiago.
Tú sostienes lo insostenible porque te da la real gana. Lo mismo que con García Rey que, sin ningún pudor, insultó a vecinos. Tú, Santiago, expresaste que fue desafortunado. No. Es intolerable.
No tiene excusa. Ha insultado y se va fuera. Punto. ¿Tan complejo? Yo antes pensaba que entre tu jefa de prensa y tú manejabais las crisis de comunicación como Jesús Gómez su inteligencia emocional. Es decir, de la manera más penosa posible. Porque jamás se tendría que echar a un asesor que insulta a su pueblo. Básicamente porque jamás se tendría que dar la oportunidad. El primer punto de un manual de crisis es, precisamente, no dar lugar a situaciones de estas. Mejor prevenir. Pero, no. Tú pasas de manejar cualquier caso de estos. Sencillamente porque hagan lo que hagan gozan de la gracia de tu dedo divino y no se moverán hasta 2019.
Allá tú, Santiago. La actuación de Márquez o García Rey no es desafortunada. Es inaceptable. La próxima vez, por lo menos, enchufa a gente educada y con valores para con la ciudadanía. Aunque, pensándolo bien, las personas educadas y con valores jamás aceptarían vivir de la sopa boba y con aires de altanería siendo unos meros protegidos. Si estáis ahí porque tenéis un carnet que pone PSOE o porque pone IUCM o ya convergencia del ladrillo o vete tú a saber qué. Tendréis bolsillo y estómago lleno, pero qué triste. Y esto lo sabéis. Sigue sosteniendo lo insostenible, que, quizás, en dos años, lo insostenible sean los vicios cortijeros de uno y de otro lado. Ya sería hora, ya.