► La empresa municipal quiere acabar con los distintos contenedores para clasificar la basura en origen con bolsas de colores
El Ayuntamiento de Getafe a través de la empresa municipal de Limpieza y Medio Ambiente (LYMA) tiene previsto realizar una prueba piloto en el barrio de Buenavista para cambiar el sistema de reciclaje y clasificación de residuos, sustituyendo los distintos contenedores por bolsas de colores. El sistema, según ha informado la empresa municipal a los administradores de fincas, se llevará a cabo en colaboración con la empresa privada sueca ENVAC.
Entre los puntos elegidos para aplicar la experiencia del nuevo sistema de separación y reciclaje de la basura, denominado ‘Optibag’, se encuentra el primer edificio de vivienda colectiva libre que se entregó en los desarrollos urbanísticos de Los Molinos Buenavista, ubicado en la calle Enrique Líster, 2, así como en la treintena de viviendas unifamiliares cercanas, una zona olvidada por la administración que actualmente se está completando con la promoción de nuevas viviendas colectivas y varias decenas de chalés, frente a un paraje, casi desértico y abandonado, del Parque de la Alhóndiga-Sector 3.
Será, gracias a Lyma Getafe, la única zona residencial de Getafe que tras años sin ningún tipo de transporte público dispondrá de un sistema de clasificación de la basura y reciclado de origen nórdico. Lo más de lo más en la zona más ecológica de Getafe. Sostenibilidad cero en el trasporte —salvo que se utilice en ‘tren de san fernando’, asunto difícil en invierno y de noche, e innovación a tope con la gestión municipal de los residuos domésticos. Por allí no pasa ni un cochino autobús —a pesar de las promesas de los dos últimos gobiernos municipales— desde que en el año 2013 se instalaron los primero vecinos en un pequeño paraíso en que abundaban las perdices y los conejos de campo. Ni siquiera una mísera estación de bicicletas para facilitar el acceso al Centro Comercial Getafe 3 para comprar el pan; no hay votos suficientes para que merezca la pena. Eso sí, los vecinos pondrán a prueba el sistema Optibaj, o el sistema sueco pondrá a prueba la conciencia ecológica de los vecinos. Todo se andará.
La idea nórdica, simple a primera vista, como ya intuirá el lector, lleva a cabo la separación de los residuos en la planta de reciclado según un sistema normalizado de bolsas de colores. De esta forma no es necesario disponer de un contenedor o varios de distintos usos en la vía pública, sino que todas las bolsas se depositan en el mismo.
La empresa Lyma Getafe mantendrá en los próximos días reuniones con los vecinos de algunos edificios, entre ellos el de Enrique Líster 2, para explicar pormenorizadamente el sistema y entregar a cada propietario un ‘pack’ con un super cubo de basura y bolsas de colores. Posiblemente sea una gentiliza sueca.
El actual sistema de recogida selectiva de basura en municipios como Getafe ha evolucionado en los últimos años con un gran incremento de los medios técnicos y humanos, camiones, contenedores y personal. También se incrementan los costes con el número de rutas y las veces que hay que acudir a los puntos de recogida. Otros inconvenientes son la ocupación de un gran espacio en vías y aceras, así como el monto de las inversiones y la emisión de CO2 de los camiones.
La recogida supone, como otras actividades económicas, ingresos y gastos, actualmente descompensados, con un déficit de más de unos 1.000 millones de euros a nivel de toda España. Se calcula un coste de 69 euros por habitante y año la recogida selectiva actual, aproximadamente el 10 por ciento de los presupuestos municipales. La recogida más cara actualmente es la de los envases, calculada en unos 160 euros por tonelada seguida de la basura orgánica, el papel/cartón y, por último, el resto de residuos.
Ante esta situación el sistema ‘Optibag’ pretende ser una de las soluciones ofertadas por la empresa privada a las administraciones pública encargadas de la recogida selectiva. Según la empresa interesada, reduce los costes operativos —los camiones solo tendrán que realizar una ruta—, permite incrementar el número de fracciones de basura y, además, ya está presente en las ciudades más comprometidas con el medio ambiente.
Para que el lector lo entienda claramente, al margen de la mercadotecnica de la empresa que lo comercializa, ‘Optibaj‘ es un sistema de clasificación óptica de bolsas de basura diferenciadas por colores que se se separan en la planta a donde descargarán los camiones. Una vez allí, la basura se vuelve una serpiente multicolor que circula por un sistema de cintas transportadoras acabando, al final, en contenedores clasificados para su tratamiento final. El sistema aplica una cierta lógica aunque queda por ver los costes que el sistema tendrá para la administración y el tiempo que se necesitará para concienciar a la población del nuevo sistema. En algunas zonas se aplica un sistema con solo dos o tres fracciones en lugar de las que se aplican en los países más avanzados. Es decir, empezaremos haciendo una chapucilla a ver si funciona la cosa aunque sea regularmente.
Durante la experiencia piloto, las bolsa serán gratis, aunque los vecinos, tarde o temprano, tendrán que adquirir las distintas bolsas para las fracciones que se decida. Incluso, es posible, el regreso de una nueva ecotasa camuflada o englobada en el precio de venta de las bolsitas de colores. Cuando todavía hay muchos vecinos que no clasifican ni siquiera lo más básico como son los restos orgánicos, los envases y el cristal, las administraciones quieren empezar a implar un sistema que puede contar con seis o siete, incluso más, recipientes para clasificar. Hasta ocupar el arco iris.
El sistema utiliza colores normalizados como el verde para la materia orgánica, el naranja para el plástico, el azul para el papel doméstico, el amarillo para el cartón, el gris para el metal y el blanco o el negro para el resto de residuos.
Envac Optibaj
Envac Optibaj es una empresa sueca con sede en Mjölby dedicada a sistemas de recogida neumática y de clasificación óptica que puso en funcionamiento la primera planta con bolsas de colores en aquel pais en 1994 y que actualmente cuenta con 20 instalaciones en Europa. Más de 2 millones de europeos son usuarios del sistema en Suecia, Noruega o Francia.
En 2013, Estocolmo realizó una prueba piloto de implantación de separación mediante bolsas de colores como ahora pretende realizar la empresa municipal de Limpieza y Medio Ambiente de Getafe. En el caso de la capital noruega, el test se realizó sobre 2.800 viviendas.En la página web en español de la empresa sueca no se da cuenta del resultado de la experiencia.