►La poeta presentó su obra en El Violín a decenas de asistentes
El café El Violín, sito en pleno Centro de Getafe, será testigo eterno de cómo Milagros Simarro Osuna liberó, por vez primera, sus versos al mundo, aunados bajo el poderoso bautizo de ‘Por última vez’, y vestidos de atrayente rojo. Pero también será notario de cómo esta poeta getafense de 49 años logró concitar, junto a la editorial Isla de Delos, a decenas de personas, venidas del mundo de la Cultura, del Arte, de la Comunicación, y de la Sociedad Civil en general, para acompañarla en su primer alumbramiento literario. Todo un éxito que adoquinó a Getafe de belleza. De la que no se muda. De aquella cuyo rastro se tatúa en el alma y en los cielos del lugar.
En las pupilas centelleantes de Mila Simarro se apreciaba el título del poema de la tarde: Ilusión. No era para menos. Más allá de los nervios de rigor propios de la antesala a un acto de semejante calibre, había algo más. Estaba a punto de brotar el trabajo callado de tanto tiempo. Esta vez, un corpus de hojas tejidas al fuego lento de un esculpir pulido en su tinta y de una factura brillante desde el punto de vista de la maquetación firmaban los gorjeos de la cita. Simarro cambiaba, así, las carpetas como almacenes de notas sueltas por su libro. Aquel que con tantas ganas aguardaban todos y todas las presentes.
Mila Simarro, quien desempeña su labor profesional en el CADP de Getafe, en donde atiende a personas con diferentes capacidades, ha escrito siempre y ha sido prolífica en el noble y hermoso Arte de la Poesía. Sin embargo, sus creaciones quedaban para ella o, en ciertos casos, eran compartidas, algunas, con su círculo más próximo e íntimo. No en vano, por el camino ha tenido gente que ha creído en su potencial. Y como ella misma reconocía en la presentación, la animaban a publicar. El punto definitivo fue cuando Isla de Delos se cruzó para hacerla inmortal a través de su obra, prologada por el profesor Francisco A. Poveda del Álamo.
Y así llegamos a Por última vez, el resultado de escribir con el corazón, pero también con las tripas, al grito ahogado de un café y un papel que se extendían en el tiempo. El resultado tan macerado arroja al lector reflexión, pasión, irreverencia, seducción y anhelo por cruzar ciertas líneas en pos de un deseo no caduco, pese a todo. Ahí hallarán a Magdala. Ahí encontrarán la voz conductora de una mujer que recorrerá versos entre rayos, truenos y marejadas. Ahí se toparán con Mila mirándoles de frente y con los ojos bien abiertos. Un sendero que le sirve a la autora de autoanálisis y de luz a quien lo sostiene en sus manos.
ISLA DE DELOS
Isla de Delos es la colección de poesía germinada bajo los auspicios de la empresa editora Luceat Ediciones S.L, que también publica el periódico de información de la Zona Sur de Madrid, Crónica y nuevocronica.es. Su nombre, tal como explicó el máximo responsable del sello, Mariano García, en la presentación de Simarro se debe “a que allí nació Apolo, junto a Artemisa, su hermana gemela. Es pues lugar que nos provoca la evocación de la belleza, la armonía, el pensamiento y el equilibrio”.
Actualmente, la editorial se encuentra en plena expansión y entre sus proyectos más inminentes verán la luz trabajos de prosa y relato, en los próximos meses. Isla de Delos ya ha publicado títulos como ‘El canasto de la ropa marchita’, de Marisa Vaquero; ‘Estación de transbordo’, de María de la Vega; ‘El olor de los que se quedan solos’, de Manuel Antonio Martínez Castillo; o ‘Leire, un poemario sin sello’, de Adrián Argudo Sánchez. Todas las obras publicadas bajo el amparo de Luceat Ediciones S.L son seleccionadas a través de los criterios de calidad presupuestos a una obra que cumpla en su máximo exponente con las reglas del Arte de la Poesía.
Como todo buen acto, lo acaecido este jueves 10 finalizó con una copa alada que hilaba todos los sentidos humanos en un abrazo generalizado a Mila Simarro. Era octubre y hacía calor.