La Escuela de Danza de Mónika Rojas ha llevado su protesta contra la clausura temporal [seis meses] de su sede en el Bercial. El conflicto, entre un par de vecinas y la Escuela de Danza, se alarga desde hace tres años. Mónika Rojas ha denunciado acoso de las vecinas y ha mostrado diversos informes técnicos que demuestran un nivel de ruido por debajo de lo que marca la ordenanza. Además ha denunciado que desde arriba del local, una vecina ha saboteado el aislamiento del local al provocar goteras y filtraciones de agua.
El cierre de la Academia deja a su promotora y a su familia con la inversión realizada y sin ingresos durante estos meses de cierre forzado. Mónika Rojas ha incrementado sus protestas ante la injusticia con una campaña en www.change.org y diversas manifestaciones entre las que hay que destacar la celebrada en el Pleno del Ayuntamiento. Según los ediles del PP, espectadores de excepción, «la alcaldesa ha mostrado una enorme insensibilidad con el proyecto, negándose ha ofrecer una solución y llegando, incluso, «a reírse de los que protestaban».
Desde diversos ámbitos, izquierda y derecha, se coincide en las ‘oscuras razones’ de la clausura del local de la Escuela de Danza. Según su propietaria ha sufrido durante tres años el acoso de un par de vecinas cumpliendo la ordenanza «hasta que han conseguido echarme rompiendo el techo filtrando agua». Desde su página de facebook ha aportado los informes técnicos para la licencia de apertura y otros posteriores realizados a su cargo para defenderse de las acusaciones.
Tras las primera protestas y la divulgaciuón de la situación que sufre por culpa de «políticos y técnicos incompetentes», llegaron las primeras reacciones del Gobierno Local. La Asociación de Vecinos Aires Nuevos, que había mostrado su apoyo a Mónika Rojas, denunció la orden para ‘arrancar’ los carteles que se había dado a Lyma.
Desde Aires Nuevos se emitió un comunicado tras «haber presenciado cómo trabajadores de Lyma retiraban los carteles contra el cierre de la Escuela y al ser preguntados han contestado que «tenían órdenes de arriba». Desde Aires Nuevos han despachado su análisis sobre la situación de Getafe: «estamos presenciando últimamente, cómo el gobierno municipal del PSOE ante la pérdida de poder político y social trata de acallar con formas antidemocráticas a diferentes movimientos sociales y vecinales independientes de Getafe». Aquí no cabe [para la alcaldesa] la participación ciudadana. Ordeno y mando.
Desde su desamparo, Mónika Rojas se ha referido a algunos medios de comunicación por «criticar su actitud» al defender su proyecto y su familia con su plante en el Pleno Municipal en el que exhibió una pancarta y su rabia por la injusticia. «¿Qué pretenden [los defensores de Sara Hernández], que «cumpliendo con la ley te arrebaten tu vida y la de tu familia, y después de un mes sin soluciones la salude en el pleno con un ‘buenas tardes alcaldesa’?». Mónika Rojas ha animado a esos medios y periodistas a «seguir contando mentiras y dando titulares a servicio de la alcaldesa Sara Hernández, que la verdad tiene un camino y no me van a parar, no les tengo miedo, ni a las llamadas, ni a las amenazas, ni a que desprestigiéis mi profesión».
Mónika Rojas también ha denunciado a «la escuela clandestina que tenían en la sede del PSOE [en la calle Cuenca 9] y que carecía de todas las licencias, cobrando a los alumnos las mensualidades sin declararlas, un escuela respaldada por Cristina González (esa imputada que pasea por el Ayuntamiento, pero que nadie sabe qué cargo tiene) para asegurar irónicamente que siente que no tuviera tanto éxito como mi escuela».
