♦ La chocante e inesperada decisión de la nueva alcaldesa de Parla, Beatriz Arceredillo, de ‘reeditar’ la Junta de Gobierno Local, con la única excepción de ser ella misma la sustituta del malogrado ‘Chema’, refleja la incapacidad de la política parleña para ‘torcer’ unos acontecimientos más allá de la fortuna que le otorgaba el número de su papeleta.
Y nunca vendría mejor el refrán que utilizamos como titular para resumir lo que ha ocurrido en Parla. Se ha perdido una oportunidad de cambiar la trayectoria del Ayuntamiento de ese municipio y, a la vez, regenerar la maloliente historia del PSOE local, incluso habiendo tenido necesidad de proponer un pacto de legislatura con el resto de partidos con representación municipal. Parla necesita, y se merece, una oportunidad que no tendrá con un gobierno local repetido, el mismo que votó a favor del contrato de Cofely, con los mismos delegados e idénticas responsabilidades.
¿Como justificará Beatriz Arceredillo, su apoyo a que la número dos de José María Fraile, María José López Bandera, que tuvo que renunciar al cargo de alcaldesa que ahora ocupa ella por haber solicitado ‘favores’ [laborales para su papá] a la empresa ‘púnica’ Cofely después de adjudicarle 66 millones de euros siga de resposable de Urbanimo? Por si fuera poco… ¿Como atreverse a hablar de honradez y de ‘aire nuevo’ en el Ayuntamiento de Parla? ¿Para qué personarse en el proceso de la ‘operación púnica’? ¿Para tener información de primera mano que impida la progresión y la extensión del proceso al resto de responsables de las tropelías en el Ayuntamiento?
Si tuviéramos que concluir, lo más probable, es que Beatriz Arceredillo solo se haya quedado para tapar las vergüenzas de sus compañeros socialistas, incapaz de dar un giro a la gestión que se venía haciendo en un municipio en bancarrota y apestado por la corrupción. Arceredillo se ha rendido ante Tomás Gómez, lo que era probable, y se convierte en rehén de su ‘propia’ Junta de Gobierno, lo que no era previsible. La verdad no resplandecerá finalmente sobre las adjudicaciones dudosas ni sobre el sobrecosto del tranvía.., si depende del antiguo o del nuevo Gobierno Local del Ayuntamiento de Parla. Es más de lo mismo.
En estos pocos meses, Arceredillo habrá pasado de ser un débil rayo de luz y de esperanza de regenerar el Ayuntamiento más pobre de España; y lo mismo, vista la cantidad de desarrollos urbanísticos que se han ejecutado desde los tiempos de Tomás Gómez, debe anotarse a la mala gestión y a la mala ‘idea’ de no defender lo público en contraposición con los intereses personalistas y particulares.
Para este camino, el que ha recorrido desde el pasado 14 de noviembre que resultó elegida con todo tipo de polémicas, carrerillas, dimes y diretes, Beatriz Arceredillo no necesitaba alforjas. Para este decepcionante resultado, lo mejor es que se hubiera ido a su casa y hubiera continuado su estela de ‘oveja negra’ discrepante… Ahora ya lo sabemos.