Regresan al Bogui Jazz dos figuras clave del jazz «de aquí», el pianista cubano Pepe Rivero y el saxofonista norteamericano Bobby Martinez, quienes, tras presentar hace unos meses oficialmente en el mismo local su nuevo trabajo discográfico, ‘Quizás Quizás Quizás’, y vuelven con este repertorio en una noche que promete, ‘quizás’, ser mágica. Miércoles 13 de diciembre, a las 21 horas. Bogui Jazz (C/. Barquillo, 29. Madrid)
Pepe Rivero PIANO
Bobby Martínez SAXO TENOR
«Son dos músicos de mundo, por mucho que lleven con orgullo su incontestable cubanía. Efectivamente, por la sangre de Pepe Rivero y Bobby Martínez, Bobby Martínez y Pepe Rivero, bombea el alma, la piel y el corazón de Cuba, pero esa condición artística innata no es nada con respecto al amor que ambos profesan por la música sin nombres ni apellidos. Sólo así se entiende que sean capaces de reinventar partituras clásicas o lanzarse al vuelo libre de la improvisación, entregarse a la cadencia de un tango o morir en un blues. Agitadores principales de la escena jazzística española en general, y madrileña en concreto, estos dos músicos de fina ley se reúnen de nuevo para soñar juntos una colección de temas que desde hace tiempo tienen en sus respectivas cabeceras, temas de su ayer que les acompañan hasta su hoy, y que bien pudieran quedar resumidos en ese saludo inicial, el bolero Obsesion, donde el sonido sabe a ron y huele a hierbabuena. El disco lleva por nombre genérico el título del clásico de Osvaldo Farrés, Quizás, quizás, quizás, que también acaba protagonizando el cierre de un viaje musical henchido de belleza. De esta una de las grandes piezas del cancionero cubano la pareja hace una exquisita versión, entregándonosla con emociones nuevas, que ya es decir…
»Otros monumentos del imaginario cubano y… del mundo son también regalados con gestos distintos, audaces fraseos y diálogos poéticos, caso del Drume negrita de Eliseo Grenet o Tú no sospechas de Marta Valdés, lo cual sirve para destacar el respeto y la admiración del pianista y el saxofonista por autores y autoras nunca suficientemente reconocidos. Dentro del cocinado lento de todo el lote destaca el explícito homenaje a McCoy Tyner, McCoy Forever, el tema donde más lucen juntos, con una extraña complicidad y energía. Deliciosos igualmente son los números de Ojos de caramelo, En la nube y Cuban Skies, donde a Pepe Rivero se le distinguen maneras de Lecuona o Bola de Nieve, mientras que Bobby Martínez, empleándose a fondo con el tenor, comparece como el Sonny Rollins cubano que ha sido siempre y es.
»Feliz encuentro el de estos dos músicos monumentales en torno a una conversación natural y sin artificios. Aquí no hay ni el más mínimo atisbo de presuntuosidad, al contrario, lo que agita verdaderamente la música es el mero placer de su escucha, que acaba en todos los momentos en el corazón. En estos días de éxito mal entendido, de velocidades de vértigo, de palabras huecas, la charla entre estos dos artistas se antoja un bálsamo de sentimiento y honestidad. A ambos, ya se ha dicho, nuestro jazz les debe mucho, especialmente a Bobby Martínez, que llegó antes que Pepe Rivero; la reflexión no alude a los hechos musicales, que también, sino sobre todo a la manera con que nos han enseñado a vivir la música, a discutirla, amarla. Quizás, quizás, quizás… una certeza: la de dos hombres buenos».
Texto: Pablo Sanz (El Mundo/Scherzo)