Visitar Roma es un placer para los sentidos y es un recorrido por la Historia y el Arte. Al caminar por las calles y plazas de la capital de Italia se respira belleza y esplendor. Es como volver al pasado y a la vez sentirse parte de un mundo imperecedero. Las sensaciones son casi indescriptibles.
El Coliseo nos espera con su mole enorme y tanto su interior como su exterior nos asombra todavía a pesar de haber transcurrido casi dos mil años desde su construcción.
Las formas del Arco de Tito al lado del anfiteatro nos recuerdan la grandeza de Roma y su imperio. La cantidad y calidad de magníficos restos del pasado nos envuelven por todas partes. Desde las grandes basílicas principales hasta los palacios.
El Foro y el Palatino conservan los ecos de una historia gloriosa. El mercado de Trajano, su columna y foro son otra muestra de la inmensa belleza que ofrece esta gran ciudad. Con la particularidad de que se puede entrar dentro del mercado del emperador de origen hispano.
Lo extraordinario de Roma es que se mezclan lo moderno con lo antiguo en una simbiosis perfecta. Por ejemplo, el monumento a Vittorio Emanuele es muy bello y en sus formas respeta el pasado clásico antiguo. La enorme escalera de la plaza de España es otro de los espacios icónicos y lo increíble es que son muchos. La casa de Augusto que está bien conservada es otro de los espacios a visitar.
La contemplación del terreno en el que estaba el Circo Máximo nos llena de rememoraciones espléndidas de carreras de cuadrigas ante una multitud de espectadores que podían llegar a ser 200.000.
La estatua de Giordano Bruno en Campo deiFiori es otra de las visitas recomendables. La catacumba de San Calixto es realmente admirable y deja impresionados a los que la observan, ya que son cinco pisos bajo tierra con unas 500.000 tumbas y a unos cuarenta metros de profundidad. Unos veinte kilómetros de galerías.
En las termas de Caracalla el frigidarium tenía las dimensiones de 24 por 54 metros. El aforo de los baños era de unas 1.600 personas simultáneamente.La Domus Aurea de Nerón se conserva al lado del Coliseo. El Castillo de Sant’Angelo es una maravilla ya que está al lado del río Tíber y posee una situación privilegiada. Desde él se podía llegar al Vaticano por un pasadizo secreto.
El teatro Marcelo es otra de las joyas de Roma que, si sus paredes hablaran, nos contarían importantes acontecimientos políticos y sociales.
La biblioteca vaticana contiene alrededor de 1.600.000 documentos. La Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos son inigualables. En ellos están numerosas obras de arte, entre 65.000 y 75.000, que son auténticos tesoros del arte occidental.
La Basílica de San Pedro puede albergar en su interior a 50.000 personas. Esto da una idea de sus grandiosas dimensiones. En la basílica de San Giovanni Laterano que es la más antigua está La Escalera o Escala Santa con parte del pretorio de Pilatos que Jesús de Nazaret tuvo que subir y bajar varias veces, según la tradición, en su interrogatorio.
El Panteón es otro de los edificios extraordinarios de la época romana que siguen presentes para el disfrute de todos. Tanto su interior como su exterior son magníficos. Capítulo aparte merecen las fuentes en Roma. Son muchas y de una belleza sublime especialmente la Fontana de Trevi. En cuanto a los museos son numerosos y, por tanto, ofrecen a los visitantes todo tipo de arte desde el antiguo al contemporáneo.La basílica de San Pablo es otra de las visitas imprescindibles si se va a Roma. También se puede ver una parte de la famosa Vía Apia.
En el Palazzo Barberini los que lo visitan pueden admirar sus obras de arte y pueden disfrutar de la contemplación del retrato original del rey Enrique VIII de Inglaterra y también el del humanista Erasmo de Rotterdam.
Roma es una ciudad grande y tiene mucha actividad. Uno se llena de asombro ante tanta belleza a disposición del contemplador o del ciudadano. Es prodigiosa. Considero que no tiene rival en todo el mundo. No me extraña nada que sea la ciudad más visitada del mundo por los turistas. Posee una cantidad increíble de monumentos, edificios históricos y obras de arte. El encanto y la belleza de Roma hay que vivirlo disfrutando de su hospitalidad.