Ciudadanos Leganés, quien, adoptando el discurso de la marca, se viste de opción regeneradora negaba hace unas fechas respuesta a este medio sobre una cuestión de interés público. Concretamente, en el abundamiento de su posicionamiento de voto en la investidura, donde sus tres ediles, José Manuel Egea, portavoz y a quien se abrió una investigación por un presunto delito contra la Hacienda Pública, Enrique Morago y Begoña Cortés, a quien le preguntan públicamente sobre una moción de censura y no se entera de que no hay nada sobre la mesa y contesta como si tal cosa, dieron su voto a Llorente. Cs Leganés rehusó dar todas las explicaciones, tirando por tierra sus halos construidos de transparencia por bandera.
Especialmente, hicieron oídos sordos a la cuestión de a cambio de qué era ese apoyo. Quizá pensaron que tanto los vecinos como la prensa comprometida tenemos aún edad de tragarnos que son por amor al arte y a cambio de nada.
Así que ya que este medio no puede ofrecer las respuestas, porque al portavoz, Egea, no le vino en gana contestar, sí que contó con la negativa con que nos encontramos. Ello suscitó un escozor notable en Cs Leganés. Y esa percepción se basa en que una de las responsables de Prensa de los ‘naranjas’ en la Comunidad de Madrid, la misma que escurría gestionar la respuesta, Beatriz, llamó en siete ocasiones para hablar con nosotros. Pero todas ellas condensadas en una horquilla de 60 segundos. Todo un ataque de histeria.
Es impresentable huir de las explicaciones y sí llamar incontroladamente cuando nos publican las vergüenzas. Más allá de saber contenerse, hay cosas innegociables. Y entre ellas está la de dar la cara. Es absolutamente de interés público conocer los entresijos que llevaron a Cs, que en media España se entiende con Vox aunque intenta a toda costa, como en Madrid, eludir la foto con los de la ultraderecha, a dar su confianza al socialista Llorente, máximo cuando su líder supremo, Albert Rivera, niega a Sánchez día sí y día también.
La prensa valiente y comprometida en la dirección correcta, el interés y necesidad de sus lectores, no le impresiona semejante número de llamadas en tan poco tiempo, más allá de que tanta insistencia denote carencias y nerviosismo ante la verdad plasmada en este periódico.
Ante el silencio de los que vienen a dar vitamina naranja, queda ser vigilantes y observadores. Resta ver cómo se comportan en el pleno y comprobar cómo orientan sus votos en según qué cuestiones; ya que niegan, no en realidad a este medio, sino a sus lectores y, en consecuencia, a la ciudad, la transparencia alardeada.
Más dar respuesta, que es vuestra obligación, y menos freír a llamadas. Que no estamos en el después de una noche adolescente, sino en algo mucho más serio: los destinos de la gente.