► Tendrá techo hasta 2021 gracias al programa solidario de ‘Housing First’
No han sido unas navidades fáciles para Sebas, vecino getafense de 49 años y que desde hace una década lidia con una discapacidad de casi un 70% que le imposibilita su verticalidad. Con una pensión que apenas alcanza los 500 euros, Sebas ha vivido los últimos meses de 2019, noches al raso frente al Consistorio mediante, en una habitación de Buenavista que le procuraron los Servicios Sociales municipales; anteriormente pasó cuatro años en un garaje abandonado y repleto de inmundicia. No en vano, el propio afectado denunció a Crónica que la solución de Buenavista le volvía a dejar en la calle “tras un engaño del propio Ayuntamiento”. La incertidumbre volvía a apoderase de su sino, hasta que a principios de enero apareció ‘Housing First’.
Sebas ha podido pasar página de lo que él ha calificado como “el piso patera en que me metió el Ayuntamiento duramente unos meses y donde me hicieron un contrato que no se cumplió”. La gota de agua en su arenosa travesía le llegaba de la mano de ‘Housing First’, un programa solidario que combate al sinhogarismo con el apoyo de RAIS Fundación. Era el mejor regalo de Reyes. Suponía, ni más ni menos, que un año de techo garantizado.
“Pasado Año Nuevo hablé con ellos. Conocieron mi situación y conversamos. Es por eso que ahora, y hasta inicios de 2021, estoy en un piso de la calle Mérida de Getafe; no lo comparto con nadie y tampoco está adaptado”, expresa Sebas a esta publicación, mientras agrega que “yo tengo que pagarles 150 euros cada mes y hacerles un recibo. Ya arreglé todo con el banco para que la mensualidad se haga efectiva cada día 1. Es lo que hemos acordado y firmado en un papel”.
Más allá del agradecimiento y del respiro que esto ha supuesto para Sebas, prefiere mostrarse cauteloso. “He vivido cuatro años en el infierno”, vuelve a recordar doliente en referencia al deshabitado garaje sito en las proximidades de la estación de tren de Las Margaritas. Podríamos decir, tras entrevistarnos con él, que su visión es más cercana a una tregua que a una victoria; “¿y después de un año, qué?, lanza amargamente al aire. Acto seguido, zanja la respuesta él mismo, “una persona como yo necesita una estabilidad, y esa la encontraría con el IVIMA, pero no tiene viviendas. Porque ya en el Ayuntamiento de Getafe no creo. Pero bueno, iremos viendo dentro de 12 meses qué pasa”.
Delicada salud
Antes de que ese vencimiento llegue, Sebas tiene una cita con su salud. Más allá del lamentable estado de su espalda, es una batalla constante en su día a día. Recientemente le avisaron de que debía ser intervenido de urgencias del colón. En las últimas informaciones publicadas por este medio, el protagonista reconocía que si se quedaba en la calle no pasaría por quirófano, pues “podría coger una infección en el postoperatorio que acabaría conmigo”. En febrero, con su nueva situación, sí se operará del posible cáncer. “Por lo que ya me han explicado, parece que bueno no será. Aunque al menos puedo ir al médico, porque en la indigencia ni eso”. Las bregas no cesan en el camino de Sebas, aunque por duras y oscuras que hayan sido ha demostrado tirar hacia adelante en compañía de una sonrisa. Seguro que esta próxima no será menos.