A la hora de titular un reportaje como el que nos ocupa surge la tentación de hacerlo mucho más largo para que el lector entienda el alcance de la información. Habría que haber añadido que el concejal de Deportes, Francisco Javier Santos Gómez, y su consejero adjunto, Ignacio Martín Trejo Carmona, se ‘han hecho un traje a medida’ con las obras de remodelación del estadio del Polideportivo Juan de la Cierva. Han manipulado y modificado sin atender a los informes, el proyecto y la obra ejecutada, para beneficiar presuntamente al que fuera su club de toda la vida: el Club Polideportivo Getafe. Y, para colmo de irregularidades, el consejero Adjunto, Martín Trejo, incumple descaradamente la dedicación exclusiva por la que el Ayuntamiento le paga 45.988,18 euros anuales.
No resulta difícil entender los problemas y las dudas que han suscitado las obras de ‘Reforma y adecuación en la pista de atletismo y el campo de césped del polideportivo Juan de la Cierva’ y que tantas sospechas suscitan en el grupo del PP del Ayuntamiento de Getafe, aunque bastan dos o tres clicks en la página del Perfil del Contratante del Ayuntamiento de Getafe para obtener información suficiente sobre las irregularidades de Santos y Martín Trejo.
La información de esta crónica se nutre de esos informes oficiales, de los expedientes de tramitación, de la publicación en los boletines oficiales y de algunas fuentes que conviene mantener en el anonimato para evitar las represalias de un concejal dado a las ‘vendettas’ con los que discrepan o los que discrepan de su gestión.
Ya en el número anterior, esta publicación sacó a la luz los gastos de publicidad de la concejalía de Deportes a un mismo grupo empresarial. Los exabruptos y las descalificaciones del edil, mal dirigidos, vieron la luz hasta en el facebook, como si los que escriben tuvieran la culpa de las corruptelas y las chapuzas. Mal político; y peor gestor. Y aunque le quedan solo dos años, intenta hacerse un fortín político y económico para cuando acabe esta época de ‘vacas gordas’.
A los datos. En el Perfil de Contratante, pestaña de los contratos de servicio, buscamos el expediente 37/16 relativo a la redacción del proyecto. Allí encontramos lo que interesa para dar luz a este asunto; se trata del Pliego de Prescripciones Técnicas, y dentro de este pliego, su Anexo número 2 ‘Programa de Necesidades’.
En este anexo, constatamos la tabla de requisitos que, de acuerdo con la norma UNE-41959-1IN sobre ‘Superficies deportivas de hierba natural’, ha de cumplir el campo de rugby incluido en el proyecto de reforma, porque de ese elemento concreto se trata el meollo de las irregularidades de esta obra, y de forma más concreta, todo relativo a sus condiciones de drenaje que ha de ser mayor o igual a 20 mm./h.
El anexo termina con una valoración del presupuesto que no interesa porque el importante es el aprobado definitivamente de acuerdo con el proyecto de los técnicos redactores. Una vez adjudicado el concurso a la empresa getafense Línea Estudio de Arquitectura SLP, que redactó el proyecto, este se incorporó al expediente 107/16, que puede examinarse en la carpeta de contratación de obras del Perfil del Contratante.
La Memoria del Proyecto (pag 9) contiene un informe técnico sobre el estado del campo de rugby realizado por la empresa especializada EUROGREEN SA que, entre varias deficiencias, señala que «las pruebas realizadas [sobre el césped existente] demuestran que la velocidad de infiltración del agua es prácticamente nula»; es decir igual a cero. En base a ello, el informe determina, la necesidad de un nuevo sistema de drenaje.
A pesar de lo anterior los redactores del proyecto —cómo son los arquitectos e ingenieros— realizan una extraña declaración en una parte de la memoria (pag. 12) llamada ‘Bases del proyecto‘ en el que afirman de manera literal que «se proyectarán todas las fases de trabajo para la realización del campo de hierba, según el Informe, incluidos los de la fase de drenaje»… ¡Ojo, que ahora viene lo bueno!: «Las partidas correspondientes a los trabajos de drenaje no formarán parte del Presupuesto de Ejecución Material, al ser un trabajo prescindible según la Delegación de Deportes y quedando estos a expensas de una posible modificación de contrato durante la Ejecución de la Obra, a partir de la toma de datos que se realice tras el movimiento de tierras».
En linea con estos condicionantes, tan extraños inicialmente, tanto los planos como el resto de la documentación del proyecto contiene toda la documentación relativa al necesario drenaje del campo de rugby pero con la sorprendente particularidad de que los precios de las partidas correspondientes no tienen ningún valor, es decir, figuran todo tipo de condiciones técnicas para su ejecución pero sin el necesario presupuesto.
Estas decisiones del proyecto se complementaban con la cláusula nº 4 del Pliego de Cláusulas Administrativas del expediente 107/16 que habla de una posible modificación del proyecto para adecuar las necesidades del drenaje por un importe máximo de 223.679,26 euros, que deberá entenderse como el importe necesario para ejecutar las partidas sin presupuesto incluidas en el proyecto para ejecutar el drenaje.
Todo esto es extremadamente anormal. Supone, según expertos jurídicos, un verdadero fraude de ley porque utiliza torticeramente previsiones legales para cumplir objetivos irregulares, si no resulta [presuntamente] prevaricador. Habrá que valorar igualmente las difíciles relaciones [y las tensiones] entre los políticos que han gestionado la obra, la constructora y los técnicos. ¿Los redactores del proyecto han sufrido presiones para redactar un proyecto mordido políticamente, lleno de juegos malabares y en el que han primado injustificadamente unas actuaciones frente a otras…? ¿Conocen los Técnicos municipales las particularidades y los recovecos del proyecto y de la obra a ejecutar?
La decisión del concejal de Deportes y del consejero Adjunto de primar la pista de atletismo en lugar del campo de rugbi resulta evidente si se comparan los gastos previstos inicialmente y el presupuesto final del proyecto:
En las cifras del cuadro está claro que se ha quitado de los presupuestos previstos para todos los elementos menos para la pista de atletismo que pasa de 128.948,40 euros a 308.102,49 euros, a lo que hay que añadir otros 45.000 euros de una modificación aprobada exclusivamente para otra mejora adicional de dichas pistas, que prácticamente han acabado triplicando la inversión inicialmente programada.
Amigos para siempre
¿Para qué necesitaba el concejal y su ‘amiguete’ el consejero Adjunto de Deportes cometer todas estas irregularidades? ‘¿Cui prodest?’, que se preguntaría el filósofo latino. ¿Quién se beneficia?
Todas estas obras han estado coordinadas por Ignacio Martín Trejo Carmona, que hasta finales de 2015 fue presidente del Club Polideportivo Getafe, dejando el puesto al ser nombrado cargo de confianza de la Delegación de Deportes del Ayuntamiento de Getafe. Sin embargo, sigue siendo entrenador del Club Polideportivo Getafe, y tiene sin ninguna duda intereses particulares en esa entidad. Martín Trejo se encuentra en una situación descarada e ilegal de simultaneidad de funciones incompatibles. Sobre todo cuando puede trajinar a su antojo, modificar y cambiar, en un contrato en el que podría resultar beneficiado económicamente el club al que pertenece y él mismo por sus ingresos como entrenador.
Ignacio Martín Trejo junto con su amigo, compañero de trabajo en LYMA y concejal de Deportes, Javier Santos Gómez, son prácticamente los dueños del Club Polideportivo Getafe, ‘próspero club sin ánimo de lucro’ pero que permite vivir a costa del atletismo sobre patrimonio municipal. La entidad que solo abona las menguadas tasas municipales por uso de instalaciones, ingresa las matrículas y mensualidades por las actividades formativas sujetas a unos precios sin control [que deberían ser públicos en vez de ocultos], las subvenciones por la realización de actividades para la Delegación de Deportes y los convenios de colaboración. En fin, parece otra trama más tejida alrededor del Club Polideportivo Getafe que se nutre del dinero público que chorrea de la Delegación de Deportes.
Las obras ejecutadas en el Polideportivo Juan de la Cierva permitirán una mayor capacidad al ‘negocio’ que ya disfrutan con alguna ventaja adicional que se deriva del presunto y casi seguro fracaso del campo para la práctica del rugby. No hay ningún interés en que pueda llegar a buen puerto el campo de rugby junto con los dos campos trasversales de fútbol 7, porque eso supondría tener que compartir las instalaciones de atletismo con las escuelas de rugby, además de las pistas exteriores, los vestuarios y hasta el aparcamiento.
La decisión de instalar de forma precaria [y malversadora] el césped, sin el necesario drenaje, acabará por degradar el campo de hierba de rugby. Así todo quedará en casa; casi en exclusiva, Cuando se constate la chapuza de Santos, lo más probable es que ya no sean concejal [a no ser que quien no le conozca que ‘lo compre en el guallapop’], y que siga con su amigo en el negocio del atletismo… ¿Y las responsabilidades también se disipan, se secan como el césped?
De momento se ignora si, a la hora de recepcionar la obra, se han obtenido certificaciones de la norma UNE para campos de hierba natural del Polideportivo Juan de la Cierva, emitidas —claro está— por alguna entidad de control debidamente acreditada. A la vista de las fotografías, lo dudamos. La chapuza es de las grandes. Y el dinero público seguramente malversado.
Presupuesto final
Finalmente las obras se adjudicaron a la empresa Alvac SA por un importe de 451.515 euros. En el mes de abril se amplió el plazo de ejecución en más de un mes y se aprobaron unos precios contradictorios de 45.000 euros para partidas no contempladas. Y no ha sido, precisamente, el drenaje del campo de hierba.
¿Favor por favor a los amigos a la hora de pagar?
En los últimos días la marejada de críticas en la que se ve envuelta la Delegación de Deportes suscita las preguntas más ácidas en las redes sociales. Preguntas que pueden ser motivo de requerimientos de información del PP o de Ahora Getafe para ‘verificar las noticias’.
¿Es posible que el Ayuntamiento haya cobrado 700 euros por el uso de las instalaciones municipales para la celebración del Campeonato de Madrid de Gimnasia Trampolín? ¿Sería posible que, al contrario, que la Delegación de Deportes del Ayuntamiento no haya cobrado nada a la Federación Madrileña de Atletismo por el reciente Campeonato de Atletismo Juvenil? ¿Como se llama a esa figura penal? ¿Se lo han dado gratis gracias al cargo que mantiene en la FMA el consejero Adjunto?
Querido troll que preguntas en twitter, solo hay una respuesta: demasiada promiscuidad; amiguismo, favor por favor e inmundicia política.
El consejero de Deportes incumple la dedicación exclusiva
Ignacio Martín Trejo Carmona es, además de la hermana, el otro cargo de confianza del concejal de Deportes, Francisco Javier Santos Gómez, como Consejero adjunto de Deportes. Amiguete de toda la vida y compañero de fatigas políticas en LYMA y atléticas en su Club, Trejo fue nombrado el día 11 de febrero de 2016 aunque se publicó en el BOCM cinco meses después. El decreto establecía la jornada a tiempo completo, dedicación exclusiva y un salario de 45.988,18 euros anuales.
Martín Trejo dejó de ser presidente del Club Polideportivo Getafe al ser nombrado cargo de confianza del edil de Deportes aunque no ha dejado de ejercer como entrenador del Club Polideportivo Getafe, como se puede comprobar en la página web de esta entidad, ni tampoco ha dejado de ser el responsable de tecnificación de medio fondo de la Federación Madrileña de Atletismo, cargo que le obliga a una cierta dedicación y a desplazarse fuera incluso de la Comunidad de Madrid para atender esas responsabilidades.
Ignacio Martín Trejo Carmona no ha solicitado el pertinente permiso al Ayuntamiento para compatibilizar sus ocupaciones, aclarando si cobra o no por esas dos actividades. De todas maneras se antoja incompatible que el consejero de Deportes pueda tomar decisiones sobre las subvenciones y la cuantía de dinero público que reciba un club sea el expresidente de la entidad y actual entrenador, una dedicación —estamos seguros— que no realiza de manera altruista.