Se supone que la nueva concejalía de Transparencia y Calidad que llevará la ‘defenestrada’ Mónica Cerdá, facilitará a los ciudadanos de Getafe algunas dudas y zonas oscuras de la administración local getafense; por ejemplo: conocer los ‘curriculos’ de todos los ediles y, además, los nombres de los gerentes de GISA, ALEF y EMSV, las empresas públicas del Ayuntamiento de Getafe.
Actualmente, además de las quejas del PP reclamando las nuevas contrataciones de LYMA, auténtico pozo de reciclaje de aguas negras y pesebre ideológico desde los tiempos en que el candidato del PP, Juan Tomás Esteo, recalara en el punto limpio en pago a algún servicio al PSOE, suponemos, se desconocen —imagine el lector— los gerentes de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda y el de Getafe Iniciativas; qué no pasará con los simples curritos o mandos intermedios.
Ademas de las personas, los méritos que les han llevado a los máximos puestos ejecutivos de las empresas públicas. Será uno de los primeros servicios que debería acometer la nueva concejalía. Y aclarar dudas sobre el funcionamiento ‘opaco’ de esas empresas… como los libros que edita y patrocinan, o sobre los criterios —espurios y presuntamente prevaricadores— del reparto de la publicidad institucional camuflada.
¿Transparencia o sectarismo? Tiempo al tiempo; para se advierta que es un solo una concejalía ficticia, un simple cargo, una fábula de los que quieren inventar los nuevos tiempos políticos, una mención de cara a la galería; mantener las áreas opacas sin luz y que no se pueda decir que son cómplices de las fechorías que se comenten…