♦ La primera crisis del ejecutivo local de Sara Hernández viene a constatar de forma clara la ausencia de un proyecto de ciudad. Tras nueve meses de embarozoso gobierno en minoría con errores graves [e incumplimientos del acuerdo] en sus relaciones con la organización que la aupó a la alcaldía, Sara Hernández, solo ha dado a luz a una minicrisis por el control sin discrepancias de GISA, la empresa pública más opaca a la opinión pública y la que más dinero destina sin ningún control municipal. Dinero para publicidad a los medios afines, dinero para extraños patrocinios sin concurso ni criterio… En fin, lo mismo que pasaba con Pedro Castro y su hijo; lo mismo que hacía Juan Soler y sus distintos peones; lo mismo hace Sara Hernández. Lo malo es que los anteriores primeros ediles [los tres] tenían un proyecto de ciudad; bueno, regular o malo. Sara, simplemente no tiene. Además de sus asusencias, su idas y venidas como Secretaria General de los socialistas madrileños solo se constata la falta de transparencia, el aumento del sectarismo político y algunos ‘chanchulleos’ que empiezan a aflorar en su empeño por borrar la memoria histórica de Getafe; todo se justifica con la archimanida participación ciudadana: minúsculos y envejecidos grupitos vecinos aburridos… Si al menos dieran bocadillos gratis o el típico vino español llenarían los centro cívicos. El resto de ediles del gobierno no dan abasto a cubrir las espaldas de la alcaldesa, ni están capacitados.
Sin proyecto de ciudad
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