Desde luego, el origen del nombre dice todo; zarza y quemada. Hoy, arrasada. El título de este artículo de opinión está entrecomillado porque la frase textual ha sido pronunciada por la policía de Leganés. A fecha de 2017, ya no se destruyen zarzas. Lo que se lleva es vaciar casas. Y Leganés tiene graves problemas con esto más allá de que en casos como La Fortuna, el Gobierno (PSOE, IUCM, tránsfuga expulsado de Ciudadanos y PP en una sombra cada día más clara) se empeñen en negar la mayor. Así les va.
Uno de los barrios que está siendo asolado por los robos es Zarzaquemada. Cuando se tratan estos temas siempre hay algún notas que salta con eso de la alarma social. No hay espacio para esto en esta columna. Basta con decir que cuando se dan hechos objetivos y datos no es alarma social, sino cruda y dura realidad que ha de ser contada. Moleste a quien moleste.
Sin ir más lejos este fin de semana tuvo un lamentable saqueo en el barrio con más habitantes de Leganés. El hecho nos lleva, concretamente, hasta la calle Alpujarras. Y más concretamente hasta un cuarto piso. Este dato es muy revelador. Y digo esto porque los auténticos indeseables y malnacidos no se sirvieron de la puerta para firmar el robo. Entraron por la terraza; sí de un cuarto, y volvieron a bajar por ahí. Obviamente, mi máxima cercanía con las víctimas de este caso me ha dado la posibilidad de comprobar de primera mano la rabia e impotencia ante un suceso tal. Además, todo se agrava cuando también se han llevado objetos de gran valor sentimental. Lamentable.
Los agraviados salieron a última hora de la tarde de la vivienda para ir a cenar fuera. En ese momento, acecharon los ladrones para trepar, insisto, hasta un cuarto piso. La puerta de la terraza estaba cerrada y apareció forzada. Conviene dejarlo claro para que nadie piense que estaban las ventanas de par en par. Esto ya nos tiene que dar una idea de la situación y de la (in)seguridad con la que vivimos en Leganés.
¿Ni ir a cenar un fin de semana se puede ir tranquilamente?
Como buenos cobardes actúan con guantes y poco o nada puede hacer la policía científica más allá de enseñarte el rastro que dejan los propios guantes. No se puede digerir la situación. Ya no sé si como consuelo, pero lo cierto es que la policía comunicó a estas víctimas que “Zarzquemada está siendo arrasada en robos”. Una frase durísima y que, lógicamente, reclama una actuación. Detrás de todo esto, tenemos una clarísima responsabilidad política. Este suceso ha dado pie a que los vecinos comenten y he sido testigo. Comentar que no se puede vivir con esta inseguridad mientras el alcalde vacía nuestros impuestos en sus caprichos; cachopos, mariscadas y demás tropa agradecida. Es un alivio que esto se hable en la calle, es todo un signo de que la gente toma consciencia de quiénes (des)gobiernan Leganés. No en vano, también conviene añadir que el director general de Seguridad Ciudadana es un enchufado de partido cuyo puesto ha sido declarado irregular por la Justicia. ¿Qué esperamos? Agregar también, para más inri, que es el propio alcalde quien tiene asumidas las competencias en esta área. Sí, el mismo que se gasta una pasta (de los dineros públicos) en una publicación corporativa y nauseabunda que hace las veces de almibarado álbum de fotos de la familia socialista y en la que, huelga decirlo, no verás noticias de sucesos tan condenables como estos. Y, ¿si ese pastizal se invierte en más seguridad? Pues, tenlo en cuenta para mayo de 2019.
Por si fuera poco, cabrea sobremanera que el Ayuntamiento de Leganés a través de su Twitter (cuenta que maneja el PSOE) no tenga el más mínimo interés en responder a cuestiones de este asunto cuando los vecinos se lo solicitan y se limite a ofrecerles el más real portazo digital. La callada por respuesta. Algunos tienen mucha cara física, pero poca moral. Debe ser que las cuestiones del Cortijo les ocupan todo su tiempo.
No se puede seguir así. Es intolerable tener que escuchar que Zarzaquemada está siendo arrasada por robos. Lo repito, se trata de un cuarto piso en el que entraron por la terraza; no hay alarma, hay realidad. Merecemos poder salir a cenar tranquilamente (o lo que nos dé la gana) y volver a casa y encontrarnos todo en orden.
Deseo que dejen de arrasarnos lo que es nuestro, deseo que el Gobierno de Leganés tome cartas en el asunto ante tamaña circunstancia y deseo que los despreciables autores de este robo se gasten lo que se llevaron en farmacias.