No es preciso demasiado. El suficiente. Cuando uno lleva un tiempo siguiendo de cerca la actualidad municipal se da cuenta de muchas, muchas, cosas. Y ya digo, no se requiere de años y años. A veces, ni se disimulan. Ocurre que vivimos en una sociedad adormecida o que no quiere molestarse en ver.
Efectivamente, en la labor del periodista está el denunciar lo que molesta al poder y lo que rodea a éste. Todo lo demás es pastelear y ello está alejado de esta profesión, aunque también abunde. Ver los enjuagues entre políticos y medios de comunicación podría dar para ciertas bromas, pero produce dolor. Mucho dolor. Siempre me pareció súper interesante, desde la Universidad, el debate de la publicidad institucional en los medios. Hoy me sigue pareciendo de interés y, por supuesto, saludable.
Hay que saber que las inserciones no se distribuyen de manera proporcional entre los medios existentes. Se distribuyen por afinidad e intereses que confluyen comúnmente. Es la realidad.
Las cantidades no son ninguna tontería. Primero, porque ninguna cantidad que venga de lo público es menospreciable. Sin embargo, hay algunos que con la tontería, y con el tonto útil del político mediante, viven de la sopa boba y cobran más que profesores, médicos…
Lo tienes fácil, mira en los perfiles del contratante. Infórmate. Interpreta la libertad en la relación a lo que aflojó en ese medio, de la chequera pública, el político de turno. Mientras tanto, acuérdate de tus apuros. Acuérdate de que para las vacaciones, como la mayoría, has estado mirando las ofertas más económicas posibles. Acuérdate cuando trabajas horas y horas para sacar adelante tu vida.
No te pido, en esta oportunidad, que pienses en las sobresalientes nóminas de los representantes públicos. Te pido que pienses en lo que invierten e invierten en según qué publicaciones. Todo un chollo. De 18.000 en 18.000. Y así sucesivamente. Desde luego, hay voces que no dudan en señalar que esto es robar. Con contratos menores apañamos la casa. Luego, para lo demás ya se verá si hay o no. Políticos y amigos viven bien a costa de tu sudor. ¿Hasta cuándo vas a seguir dormido? Ellos a ti no te van a perdonar que faltes a la cita con tus tributos.
Son prácticas nauseabundas de tiempos anteriores. Desde luego, viejas. Lo Nuevo reside en el compromiso. En el compromiso con los vecinos y vecinas, comerciantes y en la denuncia al poder. Porque lo Nuevo sabe vivir, informar y hacer periodismo sin cheques de dinero público ni de publicidad institucional. Quizás, para eso último hay que valer. Bueno, y para lo primero… también.