♦ Si lo recomiendan nuestros abuelos, poca discusión hay. Ellos son fuente que emana sabiduría. Después de comer hay que bajar lo ingerido, no hay discusión. Consejo muy saludable.
Santigo Llorente , alcalde de Leganés y en su haber 17.000 parados y puestos de libre designación que cuestan al erario público 84.000 euros al año, se va tan feliz de comida a costa de todos los leganenses.
El alcalde de Conchalí (Chile) visitó Leganés. Las recepciones, los hermanamientos están muy bien. Hasta las comidas lo están. Pero es de vergüenza cuando éstas son costeadas en los contextos en los que nos encontramos por los vecinos. Una total irresponsabilidad. El alcalde de Leganés y el resto de los 26 concejales cobran lo suficiente como para comer ellos de su bolsillo y no tener nosotros que pagarles las comilonas. Una irresponsabilidad y un espaldarazo al pueblo. Además, de una contradicción con los valores del Socialismo y unos cuernos de órdago a su eslogan electoral con el famoso cambio.
Liado está el concejal de Hacienda, Pedro Atienza (otrora concejal que no apoyó a los trabajadores de CocaCola de Fuenlabrada o también conocido por apoyar el Sarkomóvil de Montoya y otras peripecias), con los presupuestos. Espero y confío en que no haya partidas especiales para las comilonas. Presupuestos que habrá que ver cómo y de qué forma se aprueba y si se tiene en cuenta al pleno.
La comida se celebró en un famoso restaurante de Leganés. No ingirieron el menú raso de los 10 euros. Los hay en Leganés que esperan todos los días en la puerta del comedor social Paquita Gallego, que hace una función loable y muy necesaria al municipio.
No sé qué harían después. Pero, estas comilonas conviene bajarlas. Está claro que un paseo no es mala idea. Pero, es que Santiago Llorente no parece que ande mucho. Un alcalde que recorra las calles de un municipio con tal cifra de parados no tendría la sangre fría de dar 84.000 euros públicos a colaboradores electorales (convertidos hoy en puestos de libre designación), comer a costa de los vecinos…Si se come y no se ejercita uno después, mala cosa. Esto según la teoría de nuestros abuelos, claro. Cada cual atienda a lo que le pida el cuerpo.
“Si gano irán mejor las cosas que con el PP”, me decía Llorente en bastidores de un debate televisivo en mayo. No hace ninguna gracia que la media de los vecinos miren y cuiden su cesta de la compra y que nuestros impuestos vayan directos a vuestros estómagos.
Para colmo, desde el PSOE de Leganés me afirmaban esta mañana que “quizás el próximo año viene otro alcalde y se le vuelve a invitar”. Olé. Silencio.
Hay aún partidos con responsabilidad y empatía social. ULEG me afirmaba que “es una vergüenza el incurrir en estos excesos injustificados. Esas comilonas han de correr a cargo de cada comensal”.
Mientras que desde Leganemos expresaban que “nuestra postura es de total rechazo. Fuimos a la recepción y nos negamos a ir a la comida, ya que preguntamos quién la costearía, y se nos respondió que el Ayuntamiento. No vamos a ir a ninguna comida que no paguemos de nuestro bolsillo”.
Es preciso bajar las comidas por salud y bajarlas (eliminarlas) de los euros públicos. Esperamos que la cena de hoy se la paguen ellos.