Tanto el PSOE como los errejonistas con responsabilidades en el Gobierno municipal, Muñoz Murillo y Martínez Borrega, querido que la publicidad y retransmisión de las comisiones plenarias tanto de Urbanismo como de Medio Ambiente no existan. No en vano, los de Leganemos cuando estaban en la Oposición tenían el discurso cambiado.
Ya en la legislatura pasada el socialista Santiago Llorente, en un quiebro hacia el oscurantismo y lesión a la calidad democrática, ordenaba la celebración de plenos a puerta cerrada y sin posibilidad alguna de cámaras ni de asistencia periodística. En esta ocasión, en la que 30.000 vecinos han refrendado su candidatura, vuelven las telas negras sobre cuestiones de interés general. Al menos las dos comisiones citadas anteriormente no serán accesibles para la ciudad.
También los socialistas se han abstenido en que tengan carácter público las comisiones de Asuntos Sociales y de Participación Ciudadana. En consecuencia, unas sí será públicas y otras no. La pregunta es obvia, ¿qué tiene, por ejemplo, la de Urbanismo, con el ladrillo de protagonista, para que se la quiera opaca? Ahora ya no es el PSOE en soledad quien lo decide, sino que Leganemos, quienes se reclamaban como “el cambio” hace cuatro años y pregonaban la necesidad de abrir ventanas y sacudir alfombras, lo avala y suscribe.
