Los pusilánimes nunca conseguirán nada. Los decididos se podrán equivocar 100 veces, pero a la 101 acertarán y triunfarán.
Nuestra sociedad está llena de pusilánimes. Estas líneas no van dirigidas a ellos. Hoy quiero apelar a esos jóvenes inquietos que dominan los recursos de la informática y a quienes nuestra pasividad y los partidos políticos han condenado a la precariedad, a la emigración o al servilismo. Sí, una de las pocas salidas que encuentra la juventud actual, fuera del trabajo precario y de la emigración, es apuntarse a un partido político por ver si cae alguna migaja a costa de perder la libertad de por vida. Desapareció la esclavitud hace tiempo, es verdad, pero continuó el servilismo y el enchufismo.
Por otro lado, actualmente disponemos de muchos recursos para poder alcanzar ese cambio democráticamente cualitativo que tanto necesitamos: tenemos, como nunca, un hartazgo de los partidos políticos, una necesidad mucho más urgente que nunca de mirar por nuestros hijos y por la futuras generaciones; contamos con una juventud más preparada que nunca y con muchos millones de pensionistas dispuestos a echar una mano a los jóvenes; tenemos unos medios informáticos que nos permiten trabajar desde casa pero también estar conectados todos los que estamos preocupados por los problemas sociales; y, además, hemos aprendido a convivir con las personas que no piensan como nosotros, incluso con las personas que defienden ideas contrarias a las nuestras. El ejemplo lo tenemos en Cataluña. Estoy seguro de que el 95% de la población catalana intenta convivir pacíficamente con sus vecinos y de que los únicos que fomentan el enfrentamiento son los partidos políticos.
Es este espíritu de convivencia y de solidaridad el que debe sacarnos del atolladero. Los problemas sociales nos afectan a todos. Somos los ciudadanos los que debemos concienciarnos de que debemos unir fuerzas prescindiendo de nuestra ideología y, sobre todo, prescindiendo de las directrices que nos quieren imponer los partidos políticos. Son los jóvenes los que tienen que implicarse, pues el problema lo tienen, sobre todo,ellos, pera sabiendo que, si se trata de algo limpio e idealista, pueden contar con la ayuda de muchos pensionistas.