♦ El pasado mes de julio entrevisté a Santiago Llorente. Fue en su despacho del Ayuntamiento de Leganés. Había pasado, tan sólo, un mes desde que fuere investido. No en vano, ya eran varios los asuntos sobre los que tratar y preguntar. Tuvimos que hacerlo deprisa. En el mismo momento de la entrevista nos comunica que dispondríamos sólo de 15 minutos. Tenían un acto con la lideresa del PSM, ya se sabe, hay que rendirle pleitesía y ser puntual.
Como señalaba, la entrevista pretendía revisar diversos asuntos. Pero, por encima de todo uno: el empleo. Lo dice la gente, los políticos, los periodistas y el CIS. Es uno de los temas más preocupantes en nuestra sociedad. El empelo, o más bien la falta de éste.
Se pregunta mucho por las cifras del paro. Pero, rara vez se les pone cara, voz, olor y sentimiento a esas cifras. Es por eso por lo que decidí que un leganense (que ha vivido toda su vida en Leganés y está en la veintena) me acompañase.
Quería que Llorente presenciase en vivo un de los muchos rostros de leganeses parados. Le contó su historia. Una persona preparada, con estudios universitarios, trabajadora y sin embargo con un panorama laboral inquietante.
No se pareció inquietar mucho Santiago Llorente. Le proporcionó una palmadita en la espalda y le recomendó paciencia. Ahí quedó la cosa.
No debió recomendar paciencia porque es muy razonable que se pierda ante situaciones como la siguiente. Hace ya unas semanas que el alcalde de Leganés decidió nombrar en puesto de libre designación a Juan M. Borreguero y convertirlo en jefe de asesoría jurídica.
Este señor, militante socialista y participante activo en la campaña electoral, cobra 84.000 euros al año. Una cifra que quiebra la hipócrita paciencia que solicitaba Llorente a sus parados. Porque si él es el alcalde, ellos son sus parados. Él nombra cargos a 84.000 euros al año mientras hay 17.000 personas en desempleo en el municipio.
Es una auténtica patada al estómago estos desorbitados salarios, que emanan de las arcas públicas, en los contextos socio-laborales que nos tocan sufrir. Da exactamente igual que haya una legislación que los permita. Las angustias y precariedades por las que pasa tanta gente invita a cambiar legislaciones y leyes. Y, sobre todo, a tener sensibilidad. Es nula la empatía de Llorente para con los ciudadanos cuando decide estas cosas.
Carece de sentido que un puesto de libre designación (escogido a dedo) cobre más que el presidente del Gobierno. Me lo comentaba un concejal popular de Leganés (ahora en la oposición), “quienes participan activamente en las campañas electorales, pegan carteles… hay que devolverles el favor”.
¿Se están pagando favores a militantes con el dinero de los leganenses? De ser así, la moralidad del máximo responsable del Ayuntamiento brilla lo mismo que las luces de una caverna.
Sí, hay partidos que se han opuesto a esta patada al estómago y lo han expresado. Leganemos está totalmente en contra tanto por su salario como por su método de nombramiento. También ha expresado su rechazo Uleg. ¿Es el Ayuntamiento de Leganés la casa de los amigos del primer edil? ¿Hay que ser amigo de Llorente para procurarse un buen futuro?
No pasa nada por pasear por las calles alcalde. Además, el ejercicio físico fortalece y es altamente recomendable. Dé usted un paseo, hable con la gente y conozca su realidad. No es digerible tener a un señor cobrando esta barbaridad mientras hay gente que lo pasa mal en Leganés.
Pongamos salarios más acordes al contexto. Más acordes… ¿al socialismo?
En definitiva, basta pisar la calle y ejercitarse para conocer que no predominan, entre los leganenses, las nóminas de tal calibre. Salga del despacho y ganaremos todos. Quizás pierda un poco Borreguero, el de los 84.000 euros, pero es una pérdida que estamos dispuestos a asumir.
PD: Señor Llorente, la paciencia que usted pidió a esta persona en paro expiró, y el enfado de ella se apoderó.