Para muchos, hoy, día de la Lotería, da comienzo de forma oficial la Navidad. Y hoy, algunos son un poquito más felices al ser agraciados con los décimos. Para los demás, siempre queda el bien más preciado y el recurso más usado: la salud.
Pues bien, si llevamos ese símil al terreno político podríamos decir que todos y cada unos de los principales partidos deben, que no es poco como en el caso del PSOE, conformarse con la salud. Y es que ninguno se ha llevado el Gordo, es decir, ninguno ha realmente ganado.
Queda claro que el bipartidismo sigue ocupando muchos asientos en la cámara parlamentaria si bien su deterioro es paulatino. El PP ha bajado drásticamente y ya no tiene lo que en democracia más se asemeja a una dictadura; una mayoría absoluta. Su campaña fue tranquila, tal como pretendían, pero el resultado es claramente un desapego a las políticas de duros recortes, austericidios y medidas antisociales. No en vano el candidato más votado ha sido el que mandó sus fuerzas a Bárcenas y que desde entonces, por mera catadura moral, tendría que haber dimitido.
Quizás otro que tendría que haber dimitido la misma noche electoral es Pedro Sánchez. Estará haciendo números para ver si puede de alguna forma gobernar, aunque sea merced a partidos nacionalistas. Con los resultados que ha obtenido solamente en Madrid (la cuarta fuerza política) no está avalado para ser presidente del Gobierno. Pero, ese batacazo socialista madrileño lleva consigo otra responsable. No es, ni más ni menos, que la lideresa del PSM, Sara Hernández. Hasta en su propio feudo, Getafe, ha sido derrotada. Previsiblemente, si no se van tanto Susana Díaz como Antonio Miguel Carmona podrían encargarse de que así lo hicieran. Las aguas en el Psoe están muy revueltas y la división en el PSM es clara y notoria desde que Hernández accedió al cargo. La política de listas donde imperó el márketing frente a la militancia no ha dado resultado. Nombres como el de Eduardo Madina no contarán con sillón.
Podemos ha conseguido un notable resultado, si bien un poco por debajo de lo esperado. ¿Son 69 asientos o 42? ¿Serán un grupo o más? Está por ver. Tener grupo en el Congreso es muy goloso y por ahí podríamos tener una situación de mezcla como la de AhoraMadrid. A veces, ni ellos mismos se ponen de acuerdo en cómo votar.
Hay un teoría que dice que el satisfacción es el resultado menos las expectativas. En ese sentido, Ciudadanos no puede estar eufórico. Sus expectativas, las encuestas, fueron a lo grande. Hasta empate técnico en alguna ocasión por el primer puesto. El resultado real, 40 escaños, discreto. Por tanto, la satisfacción; moderada. Albert Rivera, que ya no muestra la patita sino que la enseña directamente, ha expresado que ve razonable que ése que se fue de vacaciones en 2004 gratis merced a Gürtel o ése que mantiene a Gómez de la Serna gobierne.
Eso en cuanto a los cuatro fantásticos. Con otros como IU podemos resumir que lo han peleado bien pero que la injusta ley ha podido con ellos. Más que nunca queda claro que se debe modificar y cambiar. No es lógico que al PP le cueste conseguir un escaño 58,600 votos y a Garzón 461,000. Se habla mucho de si se hubiesen unido Podemos y Unidad Popular la fuerza que ahora tendrían. Pablo Iglesias no quiso; Garzón es muy buen competidor en unas primarias.
En cuanto a UPyD se ha certificado su muerte. No es una buena noticia. Es un partido libre de corruptos y que ha llevado a los tribunales causas muy importantes como las preferentes o el Caso Rato. Pero, la realidad es que el PACMA ha obtenido mayor número de papeletas que el partido magenta.
Y como se sabía, nadie dudaba de lo emocionante que iba a ser la noche del 20-D. Pero, al menos, estos dos meses que tenemos para investir presidente serán apasionantes. Se ha hablado, en pocas horas, de muchos pactos. Pero, ciertamente, se antojan un poco difíciles. Sobrevuela la sensación de una nueva vuelta, es decir, de una nueva convocatoria de elecciones generales en primavera. No la desestimen. Veremos si son capaces de ponerse de acuerdo o no. En todo caso, el panorama es el que es y se ha elegido de manera democrática por los españoles. Por tanto, puede ser una buena ocasión de ver cómo funcionaría una cámara tan fragmentada donde los acuerdos serían vitales. No es el fin del mundo; pregunten por Europa.
Lo que ha quedado claro es que la gente ha pedido cambio e ilusión por un futuro mejor. España seguirá escribiendo su Historia.