Fotografía de la alcaldesa y del concejal de Limpieza en el nuevo órgano de propaganda del Ayuntamiento dirigido a las personas mayores
► La alcaldesa quiere que la oposición apruebe en el pleno un despilfarro de 22.200 euros para pagar a la empresa que distribuyó por Getafe cartas y panfletos propagandísticos del Gobierno socialista
► Esos 22.200 euros se suman a los 800.000 euros en publicidad que el PSOE de Sara Hernández quiere gastar en 2018 y a los 100.000 euros que la alcaldesa destina a organizar sus fracasados presupuestos participativos
El Partido Popular de Getafe ha anunciado que se opondrá en el próximo pleno a la pretensión de la socialista Sara Hernández de que los vecinos de Getafe paguen de su bolsillo la propaganda del PSOE.
La alcaldesa quiere que los grupos políticos avalen, a través de un reconocimiento extrajudicial de crédito, sus derroches en autobombo y aprueben el despilfarro de 22.200 euros para pagar a la empresa que distribuyó por Getafe cartas y panfletos propagandísticos del Gobierno socialista.
Ese gasto corresponde a los meses de octubre y diciembre de 2015, así como a enero y febrero de 2016, en los que se disparó el dispendio en propaganda con el reparto de folletos y el envío masivo de cartas de Sara Hernández a los vecinos con el único propósito de criticar al Partido Popular de Getafe por no apoyar sus subidas de impuestos.
El Partido Popular ha calificado de especialmente sangrante es el derroche del mes de febrero de 2016, en el que la alcaldesa gastó 250 euros al día en buzonear pasquines y en distribuir la propaganda de su Gobierno municipal por todos los barrios de Getafe. La suma total fue de 6.994 euros en 28 días.
Sara Hernández ya trató el pasado mes de septiembre que la oposición le aprobase ese mismo gasto en la sesión plenaria de ese mes, pero la alcaldesa fracasó en su intento de que los vecinos paguen su propaganda partidista.
Esos 22.200 euros se suman a los 800.000 euros en publicidad que el PSOE de Sara Hernández quiere gastar en 2018 y a los 100.000 euros que la alcaldesa destina a organizar sus presupuestos participativos, que, dado el fracaso de las convocatorias, no interesan a absolutamente nadie.
