► La obra ha sido publicada por Bohodón Ediciones.
► Éxito rotundo: Marisa Pinta está viajando por todo el país con su obra
Marisa Pinta (1971, Madrid) lleva dentro una gran escritora desde niña. La autora vuelve a su género favorito: la novela histórica. Páginas repletas de personajes, anécdotas y fuerte dinamismo. Con la gran maestría de su escritura, Marisa nos lleva a la época de Alfonso XII. El argumento, hasta ahora oculto, se lo contó su abuelo. Ella ahora lo destapa para el público. Linajes, ocultamiento de bastardos, la corona… Los personajes son reales; sus nombres han sido cambiados. Una trepidante y vibrante obra que está causando un furor sin precedentes en su género por toda la geografía española. Conversamos con Marisa Pinta…
«Detras de la verdad va por quienes no pudieron desvelarla y por mi abuelo»
—Vuelves al género que tanto te gusta, pero antes tocaste el erótico…
—Yo empecé haciendo género histórico como con esta novela. Pero, tuve la suerte de que en la editorial no había nadie que escribiese erótico y fui la primera escritora de Bohodón Ediciones de ese género. Y me decidí a intentarlo y, por lo visto, se me dio fenomenal. Fueron Juegos de Poder y Juegos de Poder olvidados.
—Detrás de la verdad, un título, además, muy periodístico…
—Tanto con el título como con la portada di muchísimas vueltas, seguramente por la carga emocional del libro, que he tardado en escribirlo ocho años.
—Hablando de Historia y de la que abarca la obra: ¿te resulta más interesante el siglo XIX que el XX? Porque las primeras páginas son históricas…
—Yo me preguntaba al escribir que si todo había pasado en el XIX. En menos de 60 años, dos repúblicas, dos monarquías, un rey que no sabe ni el idioma, una dictadura… Me encanta este siglo.
—No obstante, y lo dejamos claro; no es sólo un libro para historiadores…
—Efectivamente. Es para todos. Además, yo siempre digo que si a partir de la página 40 no te has enganchado, no sigues. Y aquí la gente continúa adelante. En Detrás de la verdad, tendremos dinamismo y anécdotas de la época. Y se narra con conversaciones noveladas.
—Tus personajes, Marisa, quieren todos la verdad, pero algunos para descubrirla y otros para taparla… Tendremos intereses cruzados…
—Por supuesto que sí. Todas las épocas por las que pasa España políticamente le vienen mal al personaje principal. Es una vida entera detrás de la verdad, intentando que salga a la luz. La novela va contando esa trama. Y todas las épocas por las que pasa España políticamente le vienen mal al personaje principal… Y por esa verdad vive el personaje, sus hijos, nietos y yo…
—Es buen momento de contar el germen del libro…
—Fue por mi abuelo. Yo le decía que era escritora y que tenía que contarlo. Eso sí, me decía que mientras él estuviera vivo no lo hiciese. Cuando le hacían análisis y era difícil la extracción, les decía a las enfermeras que tenía la sangre azul. Yo me creí que él era bastardo cuando investigué.
—¿Estoy entrevistado a alguien con sangre azul?
—Eso decía mi abuelo y de la historia que él contaba trata esta novela.Detrás de la Verdad va por quienes no pudieron desvelarla y por mi abuelo.
—Personaje, por cierto, vital en la obra… Creo que te parece buen rey y también su sobrenombre…
—Justo. Empieza con su nacimiento, se cuenta el exilio… Alfonso XII me apasiona y sí, estoy de acuerdo con lo de “El Pacificador” y Mercedes, creo, tiene también un papel bastante grande. No lo tuvo fácil para reinar. Dejó de lado a su madre, igual que años más tarde hizo con Juan Carlos I con su padre.
—Tenemos al novelado marquesado de Almenara y Salermo…
—Ha existido, pero ahora no lo tiene nadie. Es ficción. Y sus nombres también son ficticios.
—Presentemos a Margarita y Mariano…
—Ella es como una camarera de la reina y siempre estaba con Isabel II. Incluso va a Francia con ella. Pero, cuando tiene a Lucía, vuelve a Madrid. El marido se va a las guerras de Cuba. Alfonso tiene un romance con la hija de esa marquesa y de ahí nace Mariano. Cuando se entera Isabel II, le dice que marche porque éste ha de casarse con María Cristina. Alfonso XII nunca llega a saber que tiene un hijo de él. Isabel lleva a su sobrino al hospicio y lo tiene en los mejores internados. A él le empezarán los problemas cuando Isabel no le pase la pensión. La parte de los borbones se acaba ahí.
—Tendremos, por ahí, un final trágico…
—Empieza a morir gente. El honor y el linaje eran muy estrictos. Hay muertes que se ocultan. Lucía se casa a cambio de intereses de este tipo. Tendremos papeles, que se custodian, pero que darán muchas guerras después. Incluso quieren matar a alguien sin solicitar títulos suyos. Entregan esos papeles y sólo podemos desvelar que, aunque hay muertes, no son todos, pues yo estoy aquí para contarlo.
—Frenética actividad promocionando la obra…
—Sí, he estado en ferias de Valladolid, de Valencia; ahí la gente va a comprar. También he estado en la Feria de Madrid, que es una de las más prestigiosas.
—Hemos hablado de anécdotas del libro. Sabremos, por ejemplo, por qué el chotis está en Madrid. Pero, cuéntame la del reloj de las Campanadas…
—Un relojero español, con mucha amistad con Isabel II, marcha a Suiza. Le manda a la reina el reloj de la puerta del Sol. Al principio va fatal y abajo estaba el lugar de entonces de reunión del gobierno y los madrileños decían que el reloj de la puerta del Sol funcionaba tan mal como el gobierno. Siempre a medianoche daba campanadas y eso lo dejaron para el cambio de año. Nace esa costumbre de reunirse en esa fecha a esperar la bajada de la bola.
—Por último, ya que no podemos desvelar más, decir, eso sí, que las críticas, inmejorables…
—Todo el mundo que lo ha leído opina que cuando Lucía entra no pueden dejar de leer. Cuando entra Lucía, comienza la historia de mi familia.
Una anécdota de Alfonso XII
Cuando él estaba en París le gustaba mucho montar a caballo porque no era muy buen estudiante, como todos los borbones, incluida ésta. Cuando está en París no tiene dinero para tener un caballo, pero el marqués de Alcañices que era muy amigo de Alfonso, una de las veces que va a Francia para animarle (él tiene problemas con el idioma, con el clima, entra en una especie de depresión) y le lleva un caballo. Y ese es el caballo blanco con el que entra a Madrid cuando lo proclaman rey. Esa es una de las anécdotas que te decía que se cuentan en el libro.