Ludwig Wittgenstein afirma en su Tractatus que “La muerte no es un acontecimiento de la vida. No se vive la muerte”.
♦ Antes, mucho antes que el derecho a una muerte digna, es el derecho a una vida digna para todos, para los de arriba que no deberían estar arriba y para los de abajo que no pueden elegir, que se les impone un vivir que a veces es indecente llamarlo vida. Morir no tiene nada que ver con la vida y por eso a nadie se le debería obligar a sufrir lo imposible sin necesidad desde que nace hasta que se muere. En esto tienen razón todos aquellos que están a favor del derecho a una muerte digna si es que no hay más remedio, si es que el vivir es un sin vivir, un sufrir sin sentido y sin futuro. Y ¿quién no, cuando ese morir dignamente se refiere a uno mismo? Los demás, que se aguanten, sostienen más de uno con más costra de hipócrita que un lagarto.
¿Pero tiene sentido en sí la vida? Hay quien se cree que ha nacido con una misión, es decir, que ha sido enviado no se sabe por quién a cumplir no se sabe bien que tarea providencial en este mundo. Eso es una gran mentira, se vive porque se vive, nada más. Cuando se llega a la vejez, cuando ya no sirves para trabajar ni tampoco para cuidar de ti mismo, lo más importante es prepararse para morirdignamente. Es la mejor de las situaciones. El acto más importante que te queda por pasar en esta vida es el momento de tu muerte, lo último que te queda por vivir; por eso mi consejo es que además de irte lo más dulcemente que puedas te organices tú mismo tu propioentierro o cremación, así como elmejor funeral que puedas imaginarte, que reúna a la gente que te ha querido, que les has importado algo y celebren haberte conocido. Tu funeral no deberías dejarlo en manos de nadie.
Ludwig Wittgenstein afirma en su Tractatusque “La muerte no es un acontecimiento de la vida. No se vive la muerte”. Por supuesto, se vive la vida y lo que está por venir ya se verá si es que hay algo que ver que merezca la pena. Cuando alguien muere lo más importante es lo que ha vivido no lo que le espera por vivir más allá de la muerte. En la vida que vivimos es en donde nos la jugamos, por eso no viene a cuento consolarse con esa estupidez de pensarque si volviera vivir haría un montón de cosas que nunca me he atrevido a hacer, como por ejemplo, viajar hasta el borde del Gran Cañón del Colorado y quedarme extasiado ante la grandiosidad del paisaje sin tener que lanzarme al vacío como hicieron Telma y Louise al final de la película. Sería necesario un buen puñado de razones para hacer algo así tan definitivo, tan sin vuelta atrás.
¿Y cuándo la vuelta atrás es imposible, el dolor es insoportable, la enfermedad es irreversible como le ha ocurrido a Andrea, una niña gallega hace apenas unas semanas? Su madre lo tenía muy claro al declarar con todo el dolor de su corazón: Permitir que muera mi hija es un acto de amor. La vida es como una corriente de agua que inundanuestro corazón, cuando ese agua se congela, la vida se detiene. Hay más de uno que el agua de su corazón es duro y frío como el hielo, como las piedras.