Hace unas semanas dije que el Mediterráneo podía ser el cementerio del proyecto de Unión Europea, o de lo que aún queda de UE. Me hubiera gustado haberme equivocado. Todas las grandes ideas que encarna el proyecto de la UE, y que son muchas, están a punto de ser devoradas por un monstruo marino que no está precisamente en el Mediterráneo. Los movimientos populistas/xenófobos se sienten eufóricos y rampantes en toda Europa: Austria, Francia, Alemania, Holanda, Dinamarca… Seguro que Hitler se estará frotando las manos en su tumba.
Pero no sólo el proyecto de UE, también el proyecto de nuestra democracia puede ir a la tumba. “Es muy importante que votéis”, nos dicen los políticos. Y yo no voy a negar esto, pero nosotros también les estamos diciendo a los políticos que es muy importante que gobiernen y que lo hagan pensando en los ciudadanos, no pensando en ellos mismos. ¿Nos han hecho caso? ¿Nos lo van a hacer?
La UE no se está hundiendo porque hayan llegado los refugiados. La democracia en España no está en peligro porque a Venezuela o a Irán se les haya antojado apoyar a un partido político español. El proyecto de UE se está desmoronando porque los partidos políticos vienen fomentando desde hace décadas un nacionalismo puro y duro. Les ha interesado mucho más mirar hacia su país y hacia su partido que mirar hacia el bien de los ciudadanos europeos. Lo único que les ha preocupado es conservar su cuota de poder en unas instituciones económicamente fuertes. Y me refiero también a los partidos en la oposición, porque cuando estuvieron en el poder hicieron lo mismo que los actuales gobernantes. El ciudadano europeo se ha cansado de ver cómo los partidos políticos nacionales que gobernaban en Europa han sabido defender los intereses del gran capital, mientras la capacidad adquisitiva del ciudadano europeo se iba reduciendo cada vez más. Y el ciudadano español se ha cansado de escuchar “apretarse el cinturón, que vienen tiempos difíciles”, mientras sus políticos hacían lo contrario. Serían muchos miles de millones de euros los que se podrían ahorrar, si los partidos políticos se aplicaran un mínimo de austeridad, como se ha demostrado en Linares a instancias de CILUS.
No, el ciudadano no está obligado a deshacer los entuertos de los políticos. El ciudadano sabe muy bien lo que hace, Y si vota al partido en el gobierno, es porque piensa que los otros lo van a hacer peor. Y si vota a un partido antisistema o a una partido radical, sea de extrema derecha o de extrema izquierda, es porque está harto de todos los demás partidos y piensa que ya no tiene nada que perder.
No, mientras los partidos políticos no cambien de forma radical, la UE se nos irá hundiendo y nuestra democracia se nos irá “venezolando”. La xenofobia y las dictaduras no surgen por casualidad. Los partidos políticos son el Leviatán marino actual que les ha ido preparado el camino. Unos porque se han venido engullendo nuestra democracia y otros, porque se la quieren engullir .Y lo dice alguien que pertenece a un partido político y que cree en la necesidad de los partidos. Ese es la misión del ciudadano actual, vaya o no a votar, actuar de San Jorge y enfrentarse con la espada a ese monstruo marino.
Félix de la Fuente Pascual, Presidente de CILUS – Ciudadanos Libres Unidos
