DESDE LA DOBLE A

Más que una reivindicación sin perder el Norte

 

Fue emocionante lo de Leganés Norte. Fue emocionante ver a un gran número de vecinos y vecinas (entre el medio millar y los 800) unirse y salir a la calle por una misma causa. No es fácil ver semejante articulación frente a un objetivo común. Por eso mismo, y con toda justicia y razón, la manifestación de hace unas fechas en este barrio puede calificarse de histórica y exitosa. Lo último, básicamente, porque ha conseguido frenar algo que no era lo más lógico, necesario ni, por supuesto, lo que tantos años han estado reclamando los habitantes de Leganés Norte.

Obviamente, me estoy refiriendo a la lucha por evitar el regalo de suelo público a una empresa privada. Hoy en día, el sentido común es un bien que no pasa por su mejor momento. Sin embargo, desde este barrio han dado una lección sobre éste y eso es algo que, precisamente, más ha conseguido emocionarme; la necesaria capacidad de distinguir razón y corazón.

La noche pareció confundir a algunos hace unos meses cuando se inyectaron millones de euros públicos al C.D Leganés. No era algo aislado, sino una de las múltiples ayudas que se han ido prestando al club. Pero, en este caso no. No era lo más sensato dar la única parcela, destinada para uso deportivo, a una empresa privada. Llevan dos décadas estos vecinos sin un polideportivo y piscina cubierta de carácter público. Y tampoco lo más ideal era esperar, otra vez, cuatro años para tener fútbol. Personalmente, me apasiona el calificado como deporte rey; pero, un polideportivo lleva el prefijo griego “poli”.

La causa, que también apostaba por mejoras generales que precisa el barrio, generó un gran apoyo y ha conseguido frenar lo que se pretendía. Ello no se significa, en absoluto, que la reivindicación quede o muera aquí. Sigue existiendo algo que todavía queda por ganar. Eso es, ni más ni menos, que la parcela de la que estamos hablando no siga desnuda por los siglos de los siglos. No es justo que si estos vecinos quieren ir a estudiar a una biblioteca tengan que trasladarse a C.C. Rigoberta Menchú o al Saramago. Tampoco irse a otros lugares si quieren practicar deporte. Hay que ponerse manos a la obra, aunque con el director general irregular, según la Justicia, de este área no es fácil.

No es sólo por su barrio, sino un lección colectiva. Una muestra de luchar por lo que es de justicia y no permitir que los beneficiados, a costa de todos, sean siempre los mismos. Esta vez la cuerda no se rompió por el lado, supuestamente, más débil. Cuando se han echado para atrás, de algo considerado como negocio por muchos, por algo será.

Soy aficionado y abonado a un club de la mejor división europea desde hace muchos años, más de la mitad de los que he vivido. Pero, ello no consigue cegarme. Hay que saber diferenciar entre lo primordial y lo ornamental. No es una guerra contra el Lega, ni muchos menos, que tiene todo el mérito deportivo por sus extraordinarios logros. Es todo un derecho para este barrio, que sin perder el Norte y sin consignas, ha sabido levantarse para demandar lo que es suyo. Y todo esto, emociona. Sin duda, es algo más que una reivindicación.

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