► Especialmente, Ganar Leganés y ULEG intentaron fiscalizar al Ejecutivo, sin éxito
► Incumplimientos de las adjudicatarias, Festejos y Cultura, La Cubierta; puntos del día
► Uno a uno: Llorente, el “regateador”; Ayllón “de boda”; Martín de la Sierra, el gracioso; Aranzana, perseverante y Cruz, insistente
El alcalde socialista, Santiago Llorente, ha celebrado en varias oportunidades plenos a puerta cerrada. Situaciones en las que, más allá de prohibir el paso a los vecinos, no se dejó desempeñar su labor a los periodistas. Obviamente, una realidad que evidencia la transparencia y democracia del Ejecutivo. De aquellos barros, estos lodos. Así las cosas, cada vez más, eran menos las ocasiones para controlar la labor del Gobierno. 2017 ya tuvo varios plenos extraordinarios y 2018 ha vuelto con ellos. No en vano, la tónica del alcalde es muy similar; un Llorente taciturno, esquivo y que sigue mostrando, sin pudor, que le molesta convocarlos. Sin ir más lejos, expresó, en un nivel de excusa bastante limitado, que “estos plenos tienen como objeto presionar al alcalde”. Santiago Llorente parece no entender (o más bien, rechazar) la necesaria labor de control. El cargo y “sus cargas” no sólo se recogen en la nómina. De hecho, el primer edil confundía, por ejemplo, el término fiscalización por falsificación, que posteriormente tuvo que corregir…
El concejal de ULEG, Carlos Aranzana, sabedor de la actitud de Llorente, le aseveraba “si le pregunto sobre el Lega, seguramente se habría extendido mucho más que hablando de Sostenibilidad” y le reprochaba que “digan que van a prorrogar porque le deben favores a la empresa. Parece ser que usted es el único que no ve los incumplimientos de la adjudicataria. Y diga que vamos a perder tres millones de euros con esa prórroga. Y, otra cosa, ¿incumplió la plaza de toros en los encierros? Sí. ¿Le han multado? No”.
En cuanto a La Cubierta, Aranzana agregaba que “¿14 días gratuitos? ¿Qué gratuitos, señor Martín de la Sierra? Gratuidad, ninguna… Fíjense hasta donde le hacen el caldo gordo que le preguntamos por lo que recoge el pliego de los encierros de San Nicasio y responde el señor Martín de la Sierra que no es tradición. Entonces, ¿para qué se recogen las cosas en los pliegos? ¿Para qué ponemos una serie de cuestiones si al final yo soy la ley y hago lo que quiero? Aquí no pasa nada por las relaciones de PSOE y PP con quienes han gestionado La Cubierta. Usted tapa mucho de cómo se gestiona el coso. Y siga mirando el reloj”.
Para que vean la muestra palpable de la disposición de Llorente, éste se limitaba a decir “usted, tiene mentalidad de cacique de la Edad Media” (¿?) y negó relación alguna con empresas.
Más adelante, Rocío Cruz, edila de Ganar Leganés, y también sabedora del talante de Llorente, declaraba que “no tengo ninguna expectativa de que su excelentísimo responda, igual que no ha respondido a lo que se le ha preguntado en las anteriores. Aún estoy esperando a que me responda por escrito a otras cuestiones. Pero, nuestra labor es intentar fiscalizar la labor del gobierno. Su paso por la alcaldía supondrá algo triste, se ha dedicado a continuar con las políticas del PP”. Cruz interrumpía su alocución para pedir que Llorente le escuchase y dejase de hablar con otros y terminó preguntándole por la falta de seguimiento de las contratas adjudicatarias de las obras, los trabajos de mantenimiento en dependencias municipales, el centro cultural de Arroyo Culebro, el Cadenas…
Convine apuntar que Rocío Cruz se dirige a Llorente con el término excelentísimo como consecuencia de un reglamento “que tenía mucho interés en que se aprobara y es la forma de llamarle”. En el debate, Aranzana vuelve a interrogar sobre los expedientes sancionadores de los incumplimientos de La Cubierta de agosto y denuncia que “cada vez que alguien pide un expediente, se tarda casi un año en que den acceso”. En su línea, un taciturno Llorente alega que no le molesta lo de excelentísimo y tira de manta para meterse en la posición de voto de concejales de la Oposición. Cruz, en un enésimo intento, sentencia, “no es que me conteste a mí, sino a la ciudadanía que es a quien tiene que rendir cuentas. Yo voto en contra de sacar los dineros vinculados a la realización del centro cultural de Leganés Norte para realizar el centro de mayores de El Carrascal. Es un criterio político. Estoy en contra”.
Ayllón, ‘de boda’ y Martín de la Sierra, el gracioso
Ya lo hemos avisado y probado; Llorente lleva muy mal los plenos extraordinarios donde fiscalizan su labor. Tal es así que, en pleno desarrollo de la sesión, pidió adelantar un punto con tal de que la concejala Elena Ayllón, delegada de Cultura, estuviese presente porque en unos minutos tenía que ir a oficiar bodas civiles. “usted, señor Llorente, fija el día y la hora y es responsabilidad suya la elección del pleno y sabrá lo que hacen sus concejales. Evidencia falta de control interno de gestión de ciudad. Los demás le vamos a salvar los muebles”, le recriminó el portavoz de ULEG, Carlos Delgado.
Seguidamente, Mercedes Condés, de Ganar Leganés, preguntó varias cosas al máximo responsable de Cultura y Festejos, el reprobado y salpicado por el Caso Carmen, Luis Martín de la Sierra; “¿por qué cantidades asignadas a Cultura no se gastan?, ¿cuál es el estado de la sala de exposición cultural de las Dehesillas, cerrada desde hace mucho tiempo al público? ¿Por qué tanto gusto por el maltrato animal en Festejos?”. Martín de la Sierra se escapó vivo y empleó su tiempo de réplica en pretender hacerse el gracioso diciendo cosas que nada tenían que ver y faltando el respeto a lo que se tiene que tratar en semejante cámara, “el portavoz de ULEG me guiña el ojo y me tira besos” y demostró su poca preparación para poner un excusa medio decente al esgrimir que “como no sé qué me van a preguntar, no me puedo preparar las respuestas”. Condés le recordó que “le he preguntado cosas de su concejalía, muy sencillitas, que usted debería saber, no de física cuántica”.
Por último, Delgado, por alusiones, puntualizó que “respetando los gustos de todo el mundo, ya sabes usted que siempre hay un roto para un descosido, le puedo asegurar que no es mi tipo”. Martín de la Sierra, creyéndose el graciosete de la clase, volvió a participar, “no es mi palo y yo sí estoy seguro”. Esta vez, ahí están las imágenes del pleno, el edil de Cultura se quedó solo riéndose y Delgado no volvió a intervenir, pero sí miró al alcalde. Una mirada y gesto que bien podría traducirse por algo así como “¿eres consciente del nivel de tu concejal?”