► El libro cuenta con autores de la talla de Antonio Gamoneda, Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Pedro Cordero o el propio Modesto González
► ” En la obra hay sonetos que hablan de las guerras de las galaxias, de astronautas…”
► ”Estoy escribiendo ahora sobre qué pasa con la gente que vive en la ciudad”
Modesto González Lucas es un poeta local, quien, durante toda su vida profesional, ejerció el periodismo en Leganés. Ya jubilado sigue inmerso en la poesía y más concretamente en los sonetos, técnica que domina y en la que sigue peleando. De hecho, conversamos sobre Sonetos para el Siglo XXI, obra de la que es antólogo y en la que también se encuentra, como personaje local destacado, el autor Pedro Cordero. Además, Modesto nos habla de otros libros y futuros proyectos. En esa línea, el creador leganense se ha dejado seducir por los encantos de la ciudad y busca en todos los rincones de la urbe para tejer poemas. Es curiosa y muy interesante la parte periodística inherente a su ser que aporta a cada poema. Es algo que podemos comprobar en esas crónicas de lugares que le marcaron. Entre todo esto, también hay espacio para sus investigaciones sobre Unamuno y Ávila o para dialogar sobre la salud del género y su futuro…
Pregunta: Modesto, ¿qué es Sonetos para el siglo XXI?
Respuesta: Se trata de una antología de sonetistas actuales españoles. Está Antonio Gamoneda, Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero y yo, entre otros. Ese es el último libro que ha salido. Ellos habían hecho uno de los 50 Sonetos de la lengua castellana. El editor ahora tenía interés en sacar un libro de sonetistas actuales y vivos. Es con la editorial Vitrubio. Salió hace dos años, pero se va presentando cada cierto tiempo, aquí en Leganés también se hizo una. El trabajo de selección lo hicimos un poco entre los dos. Digamos que soy el antólogo.
P: ¿Cómo desempeñaste esa labor?
R: Debía elegir cinco y conectar con estos señores para que estuvieran de acuerdo. Les ha parecido bien mi criterio y quedaron contentos conmigo. Me he llevado por la intuición, por los que tenían más actualidad en el Siglo XXI. Hay sonetos que hablan de las guerras de las galaxias, de astronautas… Son clásicos, pero con temas también relacionados con nuestra era. Hay un dedicado a Joaquín Sabina. Pedro Cordero es más clásico, parece que ha salido del XVI, pero está vivo y tiene calidad. Y hay dos mujeres sonetistas.
P: ¿Y los tuyos?
R: Con los míos hay un problema de imprenta, me sacaron sólo cuatro. Se ve que soy alguien que ha sido periodista y no lo puede remediar. Son sonetos que casi son crónicas. Uno dedicado a Florencia, otro al monumento de Salvador Allende, otro a la muerte de mi hermana Pilar y otro dedicado a Jerusalén. No me atengo a los datos concretos, pero tampoco me salgo de ellos.
P: ¿Cómo se conforma?
R: Hay cinco sonetos por cada autor. Los que están aquí son Premio Nacional de Poesía. Añadir que Castelo, que también era periodista, murió mientras estábamos haciendo el libro, pero dijo el editor que se le ponía. También, que no lo he citado antes, tenemos a Pedro Cordero, que está ligado a Leganés. De la zona somos él y yo.
P: ¿Cómo está ahora el soneto?
R: Quizás no es ahora mismo la poesía más popular, pero tiene mucha importancia como género. El último libro que estaba escribiendo García Lorca era de sonetos o Machado o Blas de Otero…
P: En cualquier caso, ¿por qué esta técnica?
R: Es una forma poética que tiene 700 años y siempre los grandes poetas españoles lo han cultivado. Salvo en el siglo XVIII y XIX, un poquito. Pero, en el Siglo de Oro, todos. Los grandes como Garcilaso, que es quien trae el soneto a España. Nace de alguna manera en Italia, en Sicilia, en la Corte de Federico II. Quien lo consagra es alguien que ha marcado la Historia de la poesía como Petrarca. También están los sonetos de Shakespeare o Baudelaire… Aquí, especialmente, a partir de Unamuno. También Machado, Gerardo Diego y luego la Generación del 27, que los escribió a punta pala. Digamos que el soneto es tradición.
P: ¿Ha sido tu técnica por excelencia?
R: Yo empiezo con Cordero una amistad en una tertulia. Me interesaba el soneto. Tú bien sabes que en el periodismo se escribe y se va muy rápido, entones, como contraposición, no solamente poemas, sino sonetos. Lo más duro podíamos decir, 14 versos; dos cuartetos, dos tercetos. Yo podía estar un año para escribir un soneto.
P: Pero, al cabo de los años, cuentas con muchos…
R: El primero que escribo es Sonetos del descampado, una serie de sonetos que hice al mismo tiempo que era periodista y en ellos recojo las problemáticas que conciernen a Getafe, Leganés… El descampado, esa tierra que quedaba sin cultivar. Era un como un lugar salvaje pendiente de que alguien lo urbanice. Es un informe poético.
P: Vendría más…
R: Sí, en 1988, soy galardonado en el Premio Ciudad de Leganés. Mi libro era Fe de vida. En el segundo, recojo los viajes. Si he estado en Nueva York, pues me surge un soneto dedicado a esta ciudad. O a Salamanca. En vez de traerme un recuerdo comprado, me salía un soneto. No de todos los lugares. Se llama El paisaje en la mirada. El tercero es diferente. Yo tengo orígenes en Ávila, está dedicado al paisaje e Historia de Ávila. Y, entre medias, otro que es sobre la Hepatitis C.
Ávila y Unamuno
P: Hablando de Ávila, ¿qué pasa con esta ciudad y Unamuno?
R: Yo estoy en Ávila y allí se habla mucho de que Unamuno había escrito mucho sobre Ávila. Yo he investigado qué dijo Unamuno sobre Gredos. Qué poemas publicó, dónde… Me he recorrido estos años su obra completa, sobre todo buscando esa relación de este escritor con la Sierra de Gredos.
P: ¿Qué encuentras?
R: A partir de ahí doy con personajes muy interesantes como José Somoza, un ilustrado del XVIII de Piedrahita que para mí escribe un poema dedicado a la Sierra de Gredos, al paisaje. Otro poeta muy importante es Gabriel y Galán, pero no hace referencia al lugar concretamente. Habla mucho de la gente, pero no del paisaje, por eso no lo incluyo a fondo.
Luego hay otro poeta muy interesante es Dionisio Ridruejo, cuando vuelve de la División Azul muy delgado y mal va a reponerse a Gredos unos días y escribe un libro sobre su sentir. Así como Unamuno no era del Régimen de Franco, Ridruejo sí que lo era, pero se enfrentó a él. También hay otros de la zona republicana y otros no afectados por la guerra como Quirós o Andrés Sorel, un comunista más a la izquierda que Anguita.
Entonces la idea fundamental es por qué se dice que Unamuno es el poeta más grande de Gredos, que no es para tanto, no es como Machado a Soria. Este libro saldrá dentro de unas semanas, es un ensayo.
Poesía y futuro
P: Volviendo al de sonetos, ¿a quién va dirigido?
R: A todo el mundo, pero sobre todo a quienes se interesan por la poesía en serio. El contraste está en esa poesía fácil que se hace hoy, con versos libre a lo bestia….
P: ¿No te gusta el verso libre?
R: A mí sí me gusta, pero no lo cultivo. Quizá porque yo tengo mal oído y me cuesta escribir verso libre, pero cualquier día me animo. Lo he intentado, pero no me siento a gusto.
He pasado del soneto a hacer octosílabos. En ese sentido, escribo sobre qué pasa con la gente que vive en la ciudad. La problemática de la ciudad, los fines de semana a dónde van, el ir de Leganés a Madrid en Cercanías cuando hay un encuentro amoroso entre dos jóvenes o el atentado de Barcelona, cosas de la ciudad. O la gente que viene de jóvenes a vivir a estos lugares y luego quieren retornar y que los entierren en sus pueblos, ese es el libro en el que estoy trabajando.
P: Por último, ¿crees que la poesía se encuentra en eterna crisis?
R: Claro, lo más parecido a un poeta es un político. Siempre que el político sea político.
P: Explícame esa comparación…
R: El poeta es una persona que a partir de una experiencia de su realidad personal sueña con dar un enfoque diferente al futuro, no desde los negocios o intereses. Y si un político no es capaz de soñar por su comunidad no es político.
P: Al menos, así debería ser…
R: Hombre, salte del terreno periodístico. ¿Qué esperas de un poema? Que lleve a otra realidad, a una sociedad ideal, con otros ojos… Pues del político igual debería ser.
Lo que salva en estos momentos de tanta confusión social y política es la poesía. Los poetas son los que han marcado cada época. Virgilio, Machado… Los novelistas son distintos. El poeta ahonda en el sentimiento y creo que el político así debería ser. O por lo menos no dejar de pelear por un sueño…