Parece ser que los políticos europeos empiezan a despertar de su letargo ante la situación en que se encuentra la UE, pero no sé si con buen o con mal pie. Antes de nada deberían utilizar un lenguaje sencillo que pudiera entender todo el mundo. Hablar de “Europa a la carta”, de “Europa a varias velocidades” queda literariamente muy bonito, pero apenas es comprensible para el 50 % de la población, ese porcentaje que se encuentra fuera de órbita, cuando se habla de la Unión Europea. Lamentablemente, los políticos populistas y xenófobos suelen hablar un lenguaje más claro, y, por eso, arrastran a mucha gente.
¿Qué quiere decir “una Europa a la carta”, “una Europa a varias velocidades”? Gramaticalmente sí sabemos lo que quiere decir, pero políticamente hablando yo tampoco lo entiendo. ¿De qué velocidades nos hablan? ¿10 Km, 50 Km, 1.000 Km? ¿Velocidad de bicicleta, de coche, de avión? ¿Velocidad de tortuga o de guepardo? Hace ya más de 40 años que Willy Brand lanzó idea de Europa a varias velocidades en un discurso pronunciado en París -1974-. Jacques Delors hace también muchos año que viene hablando de un núcleo duro de la UE., del motor de la UE, que podría estar formado por los países que quisieran ir más deprisa en el proceso de integración. Este núcleo central estaría abierto para los países que quisieran ir adhiriéndose después. Al parecer es de crear este núcleo duro del la UE, de lo que nos hablan ahora los políticos
Dar a entender que toda la UE ha ido hasta ahora a la misma velocidad es casi un eufemismo, pues no solo no es verdad sino que durante las dos últimas décadas la UE ha estado casi siempre en punto muerto. Es más, desde que entró en vigor Tratado de Lisboa en el año 2009, la UE ha ido marcha atrás. Puedo demostrárselo. Solo dos ejemplos: En el Tratado de Lisboa se aprueba que los parlamentos nacionales puedan controlar al Parlamento Europeo. ¿Mayor aberración? ¿Un parlamento haciendo de juez o de policía de otro? ¿Qué diríamos si el Parlamento español intentara controlar al Parlamento andaluz? Otro ejemplo: antes del Tratado de Lisboa (permitidme que aclare que el Tratado de Lisboa es la última modificación de los Tratados de la UE) era imposible abandonar la UE. Cuando un país solicitaba el ingreso en la UE, sabía que no había marcha atrás. Para quienes la UE es un club económico simplemente, esta posibilidad de abandonar la UE será quizás algo positivo. En un club uno puede entrar y salir cuando le parece bien. Sin embargo, para quienes la UE significa mucho más que un club, para quienes vemos en la UE un paso de gigante en el proceso democrático, un intento por acabar con las guerras, por tratar a todos los hombres por igual, independientemente del país donde hayan nacido, un intento por derribar muros y fronteras, “una unión cada vez más estrecha de los ciudadanos”, como dice el Tratado de la UE, la posibilidad de abandonar la UE es algo muy negativo. Uno no puede dejar de ser demócrata o ir cediendo grados de democracia cuando le da la gana y decir que esto es algo positivo. Al menos teóricamente, la UE significa “igualdad de todos los ciudadanos” y “no discriminación por razón de la nacionalidad” – principio fundamental de toda democracia -, y salirse de la UE significa, al menos teóricamente, “querer ser o creerse algo diferente”.
Por tanto, que nos digan claramente a qué velocidad quiere ir la Europa rápida, si esa Europa a gran velocidad quiere llegar a una auténtica Unión Política, es decir a unos Estados Unidos de Europa, o a una Europa Federal, qué papel va a jugar el ciudadano o si va a estar de mero espectador, como hasta ahora, y que nos digan si va a ser una Europa de nacionalismos discriminatorios o de ciudadanos iguales.
Se nos está insinuando que en esta Europa a gran velocidad, que en este motor de Europa estarían en un inicio Alemania, Francia, Italia y España, y que después se podrían ir integrando los países que lo quisiesen. Está bien que se formulen esta posibilidad y creo que ya va siendo hora de que pasemos de la posibilidad a la realidad, pero lo que se debe hacer en primer lugar es informar a los ciudadanos de lo que democráticamente hablando significa el proyecto de integración europea, es formar al ciudadano en los valores que encierra este proyecto, es demostrar que la UE está pensada para promover el bien de los ciudadanos, no el bien de los partidos políticos. Somos muchos los que defendemos unos Estados Unidos de Europa o una Europa Federal, pero una Europa Federal que hayamos elegido nosotros y una Europa sin discriminaciones por razón de la nacionalidad, pues “discriminaciones por razón de la regionalidad” ya tenemos bastantes en España. .