Cándido Maroto junto a la alcaldesa de Getafe en un acto celebrado en
La «no bajada de la Virgen de los Ángeles» en las pasadas Fiestas de Getafe ha desembocado en la dimisión «irrevocable» del Hermano Mayor de la Real Congregación de Nuestra Señora de los Ángeles, Cándido Maroto López. La imagen de la Virgen no presidió las fiestas patronales único que bajó fueron las aguas revueltas en el seño de la Congregación y de una buena parte de la diócesis. La decisión consensuada entre la alcaldesa y el obispo para no bajar la imagen, a pesar de los preparativos de la Congregación provocó una agria polémica con acusaciones cruzadas de la alcaldesa, de un [presunto] topo de la hermandad o, según otras fuentes, del Ayuntamiento y de algunos miembros de la Congregación, mientras el obispo se plegaba al deseo municipal de celebrar unas fiestas locales, exentas de la religiosidad y la pasión que despierta la imagen de Nuestra Señora. Unas fiestas paganas.
Cándido Maroto
En un escrito del pasado día 23 de septiembre y hecho público en las últimas horas, Cándido Maroto, el Hermano Mayor de la Congregación, aclara la confusa situación creada por el Ayuntamiento, con la alcaldesa y el concejal de Cultura a su cabeza, con el silencio cómplice del obispo de la Diócesis de Getafe ante la bajada de la Virgen. Moroto contesta al comunicado que el Ayuntamiento de Getafe y el Obispado dieron a conocer en relación con la estancia de la Virgen de los Ángeles en la Santa Iglesia Catedral, en el período del 9 al 20 de septiembre, donde se exponía que, dada la situación sanitaria, era preferible posponer la bajada multitudinaria de la Imagen de la Patrona, y aclara que, «en ningún momento, la Congregación pretendía, ni había anunciado, realizar la tradicional procesión de bajada del Cerro de los Ángeles de Nuestra Madre a la Catedral, sino que se realizaría en transporte especial hasta la puerta de la misma, tal y como se confirmó al Concejal de Cultura el día 6 de septiembre, con quien se había mantenido comunicación fluida en el periodo de prórroga de las fiestas patronales, informándole también del programa que habíamos consensuado con la Catedral y el propio Obispado, únicas instituciones con jurisdicción para decidir que imágenes se veneran dentro de la Catedral de Santa María Magdalena, llegando a un acuerdo verbal con él, que la Virgen estaría del día 9 al 16 de septiembre en la catedral, para no interferir en los días principales de las fiestas de Getafe».
«Del mismo modo —continúa el escrito dirigido a los congregantes y al pueblo de Getafe—, no se celebraría ningún acto especial, únicamente las misas habituales añadiendo una eucaristía y un rosario a primera hora de la mañana, con el fin de evitar aglomeraciones. Esta programación había sido aprobada, junto con la presencia de la Virgen en la Catedral y la confirmación de la asistencia de nuestro obispo en una misa solemne el día 12 de septiembre. Para evitar concentraciones, tanto en el interior como en el exterior de la Catedral, cumplir con los protocolos sanitarios y control de aforo, la Congregación, mediante la contratación de personal extra de seguridad, velaría por el cumplimiento de la norma y el amparo de los asistentes».
El Hermano Mayor de la Congregación getafense acaba pidiendo disculpas por no haber podido acercar la Sagrada Imagen a Getafe, «por causas ajenas a mi voluntad, para que todas aquellas personas que no pudieron acompañarla en mayo, hubieran podido estar ahora con Ella, así como, pudiera haber estado Nuestra Señora en Getafe durante las Fiestas Patronales prorrogadas, que se celebran en su honor».
Cándido Maroto finaliza su escrito justificando su decisión. «Es por este motivo, por el que he presentado mi dimisión irrevocable como Hermano Mayor, al Excmo. y Rvdmo. D. Ginés García Beltrán, Obispo de la Diócesis de Getafe».
