LEGANÉS

Leganés: Mónica y su hijo Ángel, de 8 años y enfermo, pueden quedarse en la calle

Mónica Carrasco y su hijo Ángel

Que haya familias con niños en la calle, y el alcalde de cachopos, es lamentable y vomitivo. Una vergüenza

► Me siento totalmente desamparada por todos los servicios sociales del Ayuntamiento de Leganés y por su alcalde, Santiago Llorente

► Alfonso Lechón, Jefe de Sección de Educación del Ayuntamiento de Leganés, en lugar de ayudar a esta familia les dice que los medios sólo queremos “carnaza”

Ángel, vecino de Leganés, es un niño de ocho años. Ángel convive con una parálisis cerebral, diplejía espástica, trastorno del espectro autista, hiperactividad, alergia a la proteína de la leche… Mónica Carrasco, vecina de Leganés, es la joven madre de Ángel. Ellos dos forman esta familia. Si las cosas no cambian, a ambos los van a desahuciar en junio. Para que eso no ocurra, Mónica está luchando con todas sus fuerzas, mientras recibe también el apoyo de la PAH. No está siendo fácil porque quienes deberían allanar ese camino, el ayuntamiento, Servicios Sociales o equipo de Gobierno, están actuando de una manera muy alejada de lo que cabría esperar.

Su tono de voz refleja a la perfección por lo que está pasando. Para darse cuenta, basta con hablar durante unos segundos con Mónica, a quien ya no le queda, siquiera, la opción de las medicinas gratis para su hijo.
Hay muchas cosas que sorprenderán (a los que no estén curados del surrealismo en que nos mantienen los representantes públicos) en este reportaje. Sin ir más lejos, trabajadores del Ayuntamiento de Leganés ordenaban a Mónica no ir a los medios de comunicación a contar su historia. Más adelante, desgranamos esto. Ella no obedeció y por eso me cuenta la historia de la que aquí sí nos hacemos eco.

Los cuidados y horas que requiere un niño en la situación de Ángel son muchos y distintos. Las citas médicas se amontan y después quedan los ejercicios en casa. Mónica, desde que nació su hijo, se ha dedicado a cuidarlo en cuerpo y alma. Ahora, su madre poco la puede ayudar en ese sentido, “ella también está en una situación económica muy mala. Y quedarse con el niño puede un rato, pero tampoco mucho. Le dieron quimio, le afectó bastante y,además, Ángel es un niño con hiperactividad y no para”, afirma.

No en vano, ahora está trabajando dos horas a la semana. Sin embargo, esto ha dado lugar a un problema. Da igual que estés dado de alta como trabajador 40 horas semanales o tan sólo dos, como es el caso que nos ocupa, que las medicinas ya no salen gratis. Los tratamientos de Ángel requieren de varios medicamentos, pañales o inyecciones. “En casa, tiene que haber una inyección porque tiene alergia a la leche de vaca y si come algo por accidente que la contenga hay que pincharle. Pues no la he podido comprar porque son 35 euros”, cuenta su madre.

Los únicos ingresos con los que cuenta esta familia ascienden a 442 euros, provenientes de la Ley de Dependencia por cuidados en el entorno familiar. Así las cosas, la opción que queda es la de realizar malabares diarios para sobrevivir. Mónica, quien afirma “a día de hoy, no tengo solución y me veo en la calle”, iba siendo consciente de su situación hace un tiempo y según explica, “llevo dos años solicitando una vivienda. Es que yo a servicios sociales ya había ido muchas veces y llevaba pidiendo, como digo, una ayuda hace casi dos años, igual que la vivienda en Leganés. Me dieron una en Moratalaz, pero no la acepté por el niño. A causa del trastorno del espectro autista, el cambio sería un paso atrás muy grande en su enfermedad. Lo tuve que rechazar y por eso me dijeron en Adjudicaciones que me tenían que haber penalizado y no darme casa nunca, por no haberlo aceptado”. El cambio de colegios, logopeda, médicos o rutinas conformarían un retroceso en su tratamiento, el piso que buscan, por tanto, ha de ser en Leganés. Hablo con Mónica sobre la innegociable tesitura de decidir entre pagar el alquiler o la salud de su hijo, no hay, obviamente, debate. Ella se ha quedado sin comer en algunas ocasiones y me añade con rabia que “me siento totalmente desamparada por todos los servicios sociales, por el ayuntamiento y por el alcalde, Santiago Llorente”.

La casa actual ya no es una opción para Mónica y su hijo. De hecho, el dueño la denunció al mes de que ella dejase de pagar, “sé que tengo que dejar la vivienda actual, pero que me proporcionen algo de Emsule o del Ivima. Es que si tengo que ir a juicio, con el dueño, me van a reclamar meses de alquiler, de penalización, se me va a hacer una deuda muy grande. Le dije al dueño que necesitaba un tiempo para buscar una casa del Ivima y que yo no quería perjudicarle. Él me dijo que me daba 15 días, pero que no podía más. Me llegó la denuncia y pone que me tocará pagar las costas del juicio y habrá que añadirle el abogado. Todo, todo, se me va a hacer una deuda…” y termina incidiendo en que “yo fui a Servicios Sociales a decirle a la chica que esto se me avecinaba porque yo veía que la situación iba complicándose. Le decía que iba a tener que dejar de pagar porque no iba a poder… No me hicieron ningún caso”.

 

“Me sentí intimidada, ninguneada”

El asunto de Mónica salió en algunas televisiones nacionales. Ello le derivó en una reunión en el Ayuntamiento de Leganés. En este encuentro, en la Casa Consistorial, están la directora de Servicios Sociales, la concejala de Educación, Virginia Jiménez, Alfonso Lechón Piedehierro, Jefe de Sección de Educación, Infancia, Servicios Sociales, Discapacidad, Inmigración y Voluntariado, y la propia Mónica, quien entraba con unas esperanzas, que pronto se truncaron. “Me sentí muy intimidada, ninguneada… Yo fui con la ilusión de hablar y de poder encontrar alguna solución, pero salí de allí con un gran estado de nervios. No paraba de llorar”, reconoce.

Me cuenta Mónica que, nada más entrar al lugar de la reunión, la directora de Servicios Sociales le cogió su propio bolso dejándolo en otra mesa por si acaso había dentro algún aparato que grabase. Además, le cuestionaban si su móvil también estaba realizando esa función, comportamiento que ella no duda en calificar, “me sentó fatal. Entiendo que si ellos no tienen nada que ocultar no les molestaría”. Para entender mejor lo que allí ocurrió es imprescindible conocer el comportamiento que derrochó Lechón Piedehierro. “Yo me sentí muy atacada por el señor Alfonso Lechón. En la reunión, el único intento de este señor era que yo no fuera a la PAH ni a los medios de comunicación. Decía que me estaban perjudicando y que yo lo estaba haciendo muy mal y que cómo podía haber llegado a eso… Mira, yo tengo una pequeña cantidad de dinero que me han dejado mi madre y una amiga para comer y que tendré que devolver, son 200 euros. Pues la directora de Servicios Sociales, me dijo que cómo me iban a dar la renta mínima y le pregunté que por qué no”. Ahí, con tono muy prepotente, dijo Alfonso Lechón, “sí, sí, díselo, díselo”. Y me dicen que era porque yo había tenido unos ingresos y eso era debido la pequeña cantidad que acabo de comentar”. También Alfonso Lechón me dijo que “aunque me presentase con miembros de la PAH no me iban a dar nada”, recuerda Mónica.

Pero, todavía quedaba un comentario de Alfonso Lechón Piedehierro que superaba los anteriores y del que se desprende su concepción de los medios, “su único afán era que yo no saliera en los medios de comunicación, que eso no me iba a ayudar en nada y que estos sólo buscaban carnaza y que también hay mucha gente que se está hundiendo en el fango”, narra esta vecina leganense. Y después de todo esto, le preguntan a Mónica que qué sensación le quedó tras el encuentro; lean: “el trato por parte del ayuntamiento lo califico de lamentable. Es una situación desesperante y en esa reunión pretendían que yo dejara de luchar por mis derechos. Yo les dije que ya sé que les da igual que nos vayamos a vivir a la calle, pero que voy a seguir por mi hijo para que tenga una calidad de vida buena”.

Ángel

 

La “carnaza” y los cachopos

Sigue mi conversación con Mónica. Aún sigo asombrado por las últimas declaraciones de Lechón que ella me relata con detalle. Así que hilo temas, y, por tanto, hablando de carnaza, le pregunto si está enterada de que el alcalde, Santiago Llorente, equipo suyo y afiliados socialistas han comido, con nuestro dinero, cachopos, mariscadas y distintos banquetes. Ponemos en contraste ambas fotografías y… “Sí, sí. Claro que lo sé. Que haya familias que se estén quedando en la calle con niños y a estas personas les dé exactamente lo mimo y se vayan de cachopos es lamentable y vomitivo. Una vergüenza. Ellos gastándose el dinero de los demás en comilonas y sin dar soluciones encima habiendo viviendas vacías”. En este tema, el de las casas cerradas sin habitar, hace hincapié la protagonista de este reportaje, “podemos afirmar que sí hay viviendas vacías en Leganés, tanto de Emsule como del Ivima. Se podrían solucionar los problemas habitacionales de mucha gente, pero es una cosa de voluntad y de ponerse en el lugar de los demás, si no es muy fácil comer cachopos y vivir como reyes”.

Recientemente, ha tenido otra reunión con el director de adjudicación de la vivienda. No varió mucho la cosa. “Fueron tres cuartos de lo mismo. Él no me podía dar una vivienda a dedo y que si el prevarica, lo meterían en la cárcel. Yo le dije que para nada venía pidiendo que nadie prevarique, simplemente que tuviese en cuenta nuestra situación, que nos sentíamos desamparados y que no teníamos solución de nadie. Entonces, me dijo que no había viviendas vacías y yo le dije que sí y que le podíamos llevar el informe de registro y me dice, “ah, ¿pero, que hay viviendas vacías”. Obviamente, a nadie se le escapa que, tanto si es desconocimiento como ironía, es muy grave esta pregunta.

Sin embargo, todo se puede volver más inentendible cuando las partes ni se ponen de acuerdo, “resulta que fui a servicios sociales y les digo que había hablado con el coordinador de Emsule y que me explicó que para yo acceder a una vivienda de Emsule es Servicios Sociales quien tiene que enviar un informe explicándoles mi situación para que yo tuviese la opción a una adjudicación de la vivienda. Eso se lo expliqué a Alfonso Lechón, que en Emsule no tenían ni idea de mi situación y que vosotros tenéis que enviar un informe para que gente en mi situación pueda acceder a una vivienda de la empresa pública. Me dijo que el procedimiento no era así cuando el coordinador de Emsule me dijo que sí y que, incluso, me lo daba por escrito. Alfonso Lechón me dijo que si quien me había informado así era un cualquiera que pasaba por ahí o un amigo mío. Este hombre es un prepotente”.

Tras llevar un rato conversando con Mónica, me queda preguntarle lo siguiente: ¿qué razón hay para que te traten así y no quieran solucionar tu caso? “Pues no encuentro explicación, somos una familia de dos personas y una es un niño con minusvalía. Ángel es un niño que necesita muchos aparatos. Lo único que quiero es encontrar una casa para el niño, por su bien, y es que nos vamos a quedar en la calle… Ya me quedo sin comer, tengo recibos de luz atrasados y es una situación para tener un poco de humanidad…”, me responde. El cierre es todo un agradecimiento de Mónica hacia la labor de la PAH, “es quien me ayuda, quien me asesora y quien sí tiene humanidad. Me aconsejan en todo, me quitan el miedo, me calman la angustia porque yo no duermo… Con el estado de nervios que tienes, piensas mucho…”

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