Cuando necesitamos información o imágenes, y falla el archivo propio, acudimos a [papá] Google para que encuentre aquello en el menor tiempo posible. Si estamos seguros que esa información gráfica [libre de derechos] existe, le ayudamos al buscador introduciendo parte de la ruta. Así, a veces, aparece datos inesperados a pesar de la política de privacidad y del ‘derecho al olvido’.
Pero una cosa es el derecho a la disposición personal de la imagen, y otro la obligación o la condena al olvido que, en este caso, se intenta imponer desde el rencor. Para localizar una foto de Sara Hernández y de su mentor, el exalcalde Pedro Castro, le sugerimos a Google que se dé una vuelta por el gabinete de prensa del Ayuntamiento. El robot cumple su función. Ofrece una página, o más, de imágenes relacionadas por algún ignoto algoritmo. Allí aparecen juntos.
Al pinchar en la imagen [de Sara Hernández y Pedro Castro], nos manda a una nota de prensa municipal —pongamos que del año 2010—, cuando Sara aún disimulaba ante su jefe [al que, solo ahora conocemos, odiaba de lo lindo]. Perfecto. Aparece el comunicado, pero el único enlace disponible es el que redirige a la imagen de la alcaldesa; el resto están rotos. Sara Hernández ha borrado de la web municipal todas las imágenes en las que aparece con su antecesor y con el resto de ediles de aquella legislatura. Una ignominia que no ha cometido [de momento] con Juan Soler.
Repetimos la búsqueda una y otra vez; siempre igual, como en el pantallazo, la única imagen ‘viva’ es la de Hernández; Pedro Castro está condenado al olvido, en un intento de ‘matarle’ digitalmente, cercenando su imagen de ‘eterno regidor’ getafense. Sepa el lector que la alcaldesa actual no saluda a su compañero y mentor; Castro se queja por los rincones de la villa. Maldita la hora que la coloqué de becaria en ‘mi’ alcaldía, piensa Castro. Suya fue la elección, el entuerto y la responsabilidad. Buen ojo, lo que se dice buen ojo, no tuvo; y su ceguera la pagamos todos.
Abundando más, y rayando en la obsesión que la corroe, el caso es que Sara Hernández no se ha conformado con mandar a la papelera digital las imágenes municipales de su ‘compi’ de partido y exalcalde. Su trayectoria política está marcada por el sectarismo y la traición. Le faltó tiempo, tras resultar elegida Secretaria General del PSOE de Getafe, para ejecutar una de sus primeras medidas ‘ideológicas’: retirar los cartelones, fotografías y retratos colgados en la ‘Casa del Pueblo’ de la calle Cuenca.
Cuando Pedro Castro conoció el extremo, se dirigió al secretario de Organización y le reclamó ese patrimonio gráfico en un intento vano por rescatar fragmentos de la historia del socialismo local y nacional. Parece que Sara Hernández —según relata el propio Pedro Castro—, ordenó que se llevaran todas las antiguallas al punto limpio. ¡Hala, a la basura con Felipe González, con Alfonso Guerra y Javier Solana, con Gregorio Peces Barba,… y claro, a la basura también con Jesús Prieto y Pedro Castro! Nunca se han encontrado.