► Cristina González cambió el nombre del grupo de whatsapp ‘compis candidatura’ por ‘compis Getafe’ y borró a Ángeles Guindel, número nueve de la lista electoral del PSOE de Getafe en 2015 y posible sustituta del edil dimitido, Álvaro Gómez. De momento se conoce que Sara Hernández se ha entrevistado con el número diez, Antonio Martínez
De forma sorprendente, el responsable de Educación y Binestar Social del Ayuntamiento de Getafe, Álvaro Gómez, dimitía de su cargo este lunes, una semana antes de la fecha prevista [este domingo día 19] para la elección del Comité local de los socialistas de Getafe —que componen 31 de los más ‘destacados’ militantes—, un proceso ‘democrático’ —a todas luces negociado entre Sara Hernández y José Manuel Franco para justificar la retirada de la alcaldesa de la carrera a la Secretaría General del PSOE-M—, lo que habría dejado ‘vendidos’ al sector que apostó por Pedro Sánchez en el municipio. No hay, ni podía haber, candidatura alternativa a la alcaldesa. Así lo pactaron y sellaron Franco y Hernández.
El sector ‘sanchista’ en Getafe, liderado por el propio Álvaro Gómez — considerado el ‘elefante blanco’ para sustituir a Sara Hernández en términos de estrategia política—, y por la concejala de Cultura, un sector que se partió la cara con ‘susanista’ y ‘patxistas’, por el actual Secretario General del PSOE, se ha visto obligado a no plantar batalla contra la alcaldesa. La política, sin lugar a dudas, es el arte de la traición; y del engaño. Fuentes de este periódico han asegurado que la mayoría de afiliados al PSOE de Getafe, reuniendo al sector que apoyo a Pedro Sánchez y a los susanistas, término hoy en desuso, liderados por Pedro Castro, tendrían mayoría suficiente para desbancar a Sara Hernández al frente de la Agrupación Socialista de Getafe. Pero no; y habrá que buscar ahí las causa más importante de la huida política de Álvaro Gómez.
Tachados más de la mitad de la lista de ‘consenso’
Sin embargo, este sector para no presentar batalla le presentó a Sara Hernández una relación de 15 militantes para conjugar una lista de unidad en el Comité Local. Fuentes de la agrupación socialista local han confirmado que Sara Hernández tachó, o vetó claramente, a más de la mitad de la lista propuesta por los críticos. 8 rayas sobre quince nombres que dan cuenta del sectarismo de la mujer que rige, sin rumbo ni destino, a los vecinos de Getafe.
La dimisión de Álvaro Gómez en las filas del PSOE getafense se suma en las últimas semanas a la renuncia de Vanesa Lillo en la candidatura de ‘unidad popular’ Ahora Getafe, y a la algarada y desobediencia de los dos ediles del POSI a la disciplina del mismo grupo municipal, algo que ya se conocía a primeros de septiembre. Ahora Getafe saltaba en añicos después de las largas jornadas de reflexión veraniega. El otoño encara la recta final de una legislatura agitada y caliente, con unos buenos nubarrones e incógnitas tanto en el PSOE como en los ediles de Ahora Getafe, reconvertidos en Podemos.
Dimisión ‘por cuestiones personales’
Álvaro Gómez ha hecho pública su decisión de dimitir y renunciar al acta de concejal, un paso motivado —según ha declarado el propio Gómez—, «por cuestiones personales». Una decisión «dura y difícil de adoptar, reflexionada profundamente antes de dar un paso tan trascendental, después de estos más de dos años al frente de las delegaciones de Educación y Bienestar Social». Esa es su versión oficial, que incluimos en esta crónica para que no todo sea hurgar entre las sombras y rebuscar las incógnitas.
En su despedida, Álvaro Gómez ha tenido palabras de agradecimiento para el personal municipal, «especialmente a aquellos con los que he tenido el placer de compartir proyectos», para los miembros de la Corporación «con los que siempre he intentado mantener una relación de respeto mutuo dentro de la lógica confrontación de ideas», a los medios de comunicación, a los vecinos y a sus compañeros socialistas, «que confiaron hace dos años en mi persona para representarlos».
Sin embargo, esa escueta explicación y la falta de transparencia del grupo municipal socialista y del PSOE local hace sospechar en razones aún inconfesadas que habrá que relacionar, sin duda, con las tensiones generadas desde hace más de un año en el grupo municipal y en la agrupación local por los vaivenes de Sara Hernández como Secretaria General del PSOE-M y como alcaldesa. Álvaro Gómez renuncia a su cargo apenas cinco meses después de transcurrida la mitad de la legislatura con la intención de regresar a su anterior ocupación como profesor de Educación Secundaria. ¡Albricias, un concejal que tiene una profesión y una historia laboral no dedicada exclusivamente a la política; dicho lo cual, muchos ciudadanos creen que así debería ser siempre y en todos los casos: una ocupación temporal. Un matiz que, en este caso, no es baladí. Muchos ediles, cargos de confianza, o la misma alcaldesa no podrían presumir, ni siquiera pensar en marcharse con esa dignidad y esa educación, valga la metáfora. Oh… ¿A qué se dedica esta gente, las alcaldesas y el resto de ediles, fuera del Ayuntamiento, fuera de las reuniones, los ágapes, las maquinaciones, las traiciones, las fotos, los discursos vacíos, las concentraciones, los lemas, la propaganda,…?
La dimisión del edil de Educación, uno de los más valorados y, a la vez, discretos del Ayuntamiento es, como ya se ha dicho, realmente sorprendente. Resulta difícil de entender, aunque, de momento, basta su justificación. Cualquier decisión responde a motivos personales. Dicho así, no aclara nada al lector ni al periodista de esta crisis sobrevenida. A tiempo de encarar el final de la legislatura y con el curso escolar en los institutos abocado al final de su primer trimestre… Quizás algunos ediles, como el caso que nos ocupa, empiezan a sentir en el cogote el cansancio lógico de la gente que entra a cambiar el mundo, el pueblo y el resto de cosas desde una posición de simples vecinos, sin ser profesionales de la política, y se topan con la pared de los intereses, las corrientes, las traiciones y las mezquindades de esa actividad pública. Tiempo al tiempo para conocer las auténticas razones de la segunda espantada del grupo municipal socialista tras el cisma provocado por la rebelde Mónica Cerdá.
Las dos ‘alcaldesas’
Tras la crisis desatada con la dimisión de Pedro Sánchez y su regreso triunfante, Álvaro Gómez —al contrario que Sara Hernández que no duda en traicionar a cualquiera, se llame Sánchez, Castro, Gómez, López o Rico, mostró públicamente sus diferencias con la primera edila y su apoyo invariable a Pedro Sánchez, —en un primer momento junto a Raquel Alcázar. Pero algo vino a enturbiar esa claridad en el panorama getafense; las primarias del PSOE-M en las que Sara Hernández estaba condenada a la defenestración por ‘traidora’ y en las que ganó José Manuel Franco, han renovado la tensión política a causa, quizás, del pacto logrado por la alcaldesa ‘para no dar guerra’. De esa negociación, Sara Hernández dijo que solo quería ‘dar salida’ a su secretario de Organización, Pedro Rico; y así lo cumplió. Le dió salida [a su casa] con una nueva traición que incrementa el catálogo de afectados. Pedro Rico se quedó fuera del nuevo socialismo madrileño rumiando en secreto contra la exsecretaria general.
Sara Hernández , como es habitual en ella, solo pensó en su sillón en Getafe y en el enchufe de Cristina González en la Ejecutiva Regional como asunto innegociable. Puzle completo; dice todo el mundo [en los ambientes políticos más solventes] que la que piensa realmente y la que manda es la consejera, que Sara no tiene capacidad, empatía ni cerebro para dirigir esta ciudad; o que en todo caso, Getafe está gobernado por dos alcaldesas, la castaña y la rubia. Jo, qué ma…los. ¿Qué pasó con el triunvirato?
Sin proyecto, sin rumbo y sin destino
Seguramente habremos de buscar las razones de la dimisión de Álvaro Gómez en las tensiones provocadas por las primarias del PSOE a nivel nacional y a nivel regional. Y se produce, justamente, antes de la elección del nuevo Comité Local de los socialista getafenses. Sara Hernández, única candidata. No habrá competencia; ni Álvaro Gómez, ni Raquel Alcázar. Supone una decepción importante, forzada la derrota y el silencio, en las huestes sanchistas de Getafe, sobre todo de los que, al margen del sueldo del ayuntamiento, tienen otra forma de ganarse la vida que con la política.
También se ha dicho en las sobremesas de los cenáculos del pueblo que Álvaro Gómez, responsable de dos de las delegaciones más difíciles en los tiempos que corren de escasez y recortes como son Educación y Bienestar Social, estaría cansado —la expresión es harto— del desbarajuste municipal, de los volantazos, de los cambios de opinión y del inexistente rumbo de Sara Hernández y de su doble en la sombra, Cristina González; harto incluso del funcionamiento del propio Ayuntamiento, de la interventora… Diríamos, para no extendernos, que a simple vista parece una víctima, un afectado más del sectarismo personal y político de la ‘gran traidora’, o traidoras.
Ángeles Guindel, trabajadora municipal
La siguiente en la lista del PSOE es Ángeles Guindel, situada en el puesto número nueve de la candidatura que encabezó Sara Hernández en los últimos comicios. Una lista que, tras batir el récord de haber obtenido menos concejales de la historia del PSOE en Getafe, se ha visto convulsionada, primero, por el conflicto desatado entre la propia alcaldesa y Cristina González con Mónica Cerdá, una desavenencia que acabó con la última en el grupo de ediles no adscritos de la Corporación; segundo con el conflicto en LYMA y la falta de recursos políticos del edil responsable [Ángel Muñoz] y su compromiso incumplido de dimitir en caso de imputación; y de la falta de capacidad del resto de componentes del gobierno municipal donde destacan por ello, por su inutilidad, el edil de IUCM, Javier Santos (más conocido como el tonto útil o el tránsfuga )la compañera de viaje de Álvaro Gómez y responsable de Cultura, Raquel Alcázar, que valdría más como funcionaria del García Lorca, el primer teniente de alcalde y delegado de Seguridad, Herminio Vico, un hombre de paja que ni pincha ni corta, y… punto pelota. Nada más. El gobierno local está bajo mínimos, mostrando ante los vecinos sin pudor una falta absoluta de proyecto de ciudad, de altura intelectual, incluso de trabajo y dedicación. Getafe no merece tan poco.
Fuera del whatsapp de los ‘compis’
En un principio se especuló con la posibilidad de que la crisis provocada por Mónica Cerdá en el grupo socialista con acusaciones terribles entre las tres mujeres acabase con la dimisión, que se produjo, y con la renuncia al acta que no firmó. La siguiente en la lista era, como vuelve a pasar ahora, Ángeles Guindel. Y, aunque no ocurrió, la posibilidad de que sucediera en modo alguno satisfacía a Sara Hernández que veía como, siendo Secretaria General del PSOE-M, sus tropas en Getafe se le sublevaban. Una edila en el grupo de no adscritos y otra que no era para nada de la misma cuerda.
A Cristina González, ‘alcaldesa’ en la sombra y auténtica mano rectora del socialismo local, tampoco le gustó esa posibilidad. De hecho, fue ella misma la que cambió el nombre del grupo de whatsapp de la candidatura socialista de 2015, llamada irónicamente ‘compis candidatura‘, por ‘compis Getafe. Y no solo eso; además, para ir cortando flecos que molestan, elimió del grupo —como demuestra la imagen que amablemente nos ha enviado un lector del que no damos más datos para que no sufra las iras de la ‘asamblea de mujeres’— a Guindel, con la esperanza de que siguiera ejerciendo como eterna candidata en ciernes, o incluso que se cansara y se fuera del partido.
A punto estuvo la número nueve de la candidatura de satisfacer a Cristina González y hacer trizas su carné de militante socialista a causa de los desaires de las dos gobernantas. Fuentes de la agrupación socialista desvelan que valoró seriamente su baja, con el papel en la mano, y que fue persuadida por algunos amigos para que no llevara a cabo esa drástica decisión personal.
En los corrillos y mentideros se creía, a pesar de todo, que Ángeles Guindel había dejado de ser militante y que no aceptaría el acta de concejal. Nada se sabe de lo piensa en su fuero interno. Lo único claro es que le toca el turno aunque la alcaldesa no quiere verla ni en pintura y ya se ha entrevistado con el número diez de la lista, Antonio Martínez, para ver su disponibilidad y la posibilidad de forzar la renuncia de Guindel. Piense el lector que Ángeles Guindel trabaja en el Ayuntamiento de Getafe, en concreto como coordinadora del Centro Cívico de San Isidro, tras lograr una plaza en una oposición convocada por ALEF. Cualquier desliz político o desaire hacia Sara Hernández o Cristina González podría costarle un disgusto laboral. Ya conoce la represión laboral y el castigo, al al ser, movida, agitada o trasladándola de Centro Cívico en Centro Cívico ¿Renunciará Guindel para mantener la tranquilidad y su puesto de trabajo o asumirá su responsabiliad como nueva edil? De Cagancho a Manolete.
Dicen los que conocen a Ángeles Guindel, aunque sea someramente, que tiene el carácter fuerte de una mujer a la que no le cuesta soltar las verdades y enfrentarse con lo que considera injusto o arbitrario. En el caso hipotético de que opte por convertirse en la sustituta de Álvaro Gómez, hay quienes no se sorprenderían, casi estarían por apostar, a que Guindel acabará en el grupo de no adscritos junto a Mónica Cerdá, incluso reunidos en apacible convivencia plenaria con los dos ediles del POSI. Vaya final de legislatura que nos van a brindar los grupos políticos del Ayuntamiento de Getafe. Un panorama nada alentador para los vecinos. Inestable y circense; ustedes ya saben.