► Los tres ediles de Cs votaron sí al alcalde socialista en junio
► José Manuel Egea, portavoz de Cs Leganés, está imputado por delito fiscal
Con Rivera, sí; ha ejecutado el alcalde de Leganés, el socialista Santiago Llorente, este lunes. Era sabido desde hace unas fechas, pero la oficialidad se ha rubricado este 9 d septiembre. La gerencia de las dos empresas públicas del municipio, EMSULE Y LG Medios, recaerán en Cs, formación que en varias comunidades autónomas del país se ha puesto de acuerdo con Vox.
La vuelta al cole en la localidad pepinera ha arrancado con juntas generales de accionistas de las empresas municipales. Era un mero trámite, tanto los socialistas como los errejonistas y los naranjas iban a oficializar que dos miembros de Ciudadanos, sin experiencia ni formación académica contrastable para ostentar semejante responsabilidades, tomarían las rindas de la gerencia de EMSULE Y LG Medios. Son Jesús Monroy y Agustín Andrés Pérez. Cada uno cobrará 54.000 euros anuales.
«Asco»
Entre ambos actos apenas han estado sus señorías 10 minutos en el salón plenario. De hecho, ni siquiera han tenido a bien realizar intervención alguna, salvo del presidente y portavoz de ULEG, Carlos Delgado, quien ya llevaba unas fechas mostrándose radicalmente en contra en redes sociales de lo que ha calificado como “asco“. Entendemos que se está cometiendo una manifiesta ilegalidad, señalaba el representante independiente.
Cs Leganés votó sí a Llorente en la investidura, toda vez que su líder absoluto, Albert Rivera, se ha jugado a una carta su estrategia nacional. Ni agua al sanchismo. Monroy ha operado de testaferro de un constructor de Leganés que invirtió dinero en la campaña de José Manuel Egea, portavoz de Cs en Leganés e imputado por presunto delito fiscal.
Cs Leganés afirmaba a la desesperada a este periódico que votaba sí a Llorente por no bloquear la ciudad. La realidad unas semanas más tarde es bien distinta. Ha comenzado el baile de los favores, que ha provocado el entendimiento entre quienes se reclaman progresistas y quienes se juntan con Vox en distintos puntos de España, sin ir más lejos en la propia Comunidad de Madrid. Eso sí, con euros sacados de las costillas vecinales.