► “Hoy en día estamos para cubrir los gastos”
► “Pago la misma tasa de autónomo que el tío del Corte Inglés”
La realidad de una ciudad la conforman sus calles y las historias que construyen sus gentes. Buceando en ellas encontramos, en la actualidad, que uno de los sectores más sacudidos por la crisis ha sido el pequeño comercio. Tener una pequeña tienda, bar o negocio ya no es sinónimo de prosperidad. Más bien es al revés. Significa vivir casi al día con la incertidumbre de qué ocurrirá mañana.
Esmeralda Álvarez tiene un bar con su marido, Manolo. Está al lado de la famosa glorieta de los Cabezones de Leganés, es el Bar-Bodega Felipe. El negocio familiar les lleva muchas horas al día. Manolo también hace una suplencia de grúas en Leganés. En esas horas es Esmeralda quien toma el mando tras la barra. Él lleva en la Bodega Felipe desde el año 74 y ella desde el 84.
Una de las cosas que más repite Esmeralda durante nuestro encuentro es que ahora la situación está “para cubrir gastos”. Esa es la cruda realidad de los valientes dueños de un establecimiento local que aún hacen que lata el corazón de su negocio mientras derrocan a los más temidos dragones; es decir, a los impuestos asfixiantes con los que conviven las modestas tiendas de barrio. Y es que todo cambia cuando el número de chapas de los botellines ya no es el que era…
Pregunta: ¿Cómo está la situación en el bar?
Respuesta: Pues ahora mismo muy mal. Esto ya no es lo que era. Hoy tenemos para cubrir gastos y gracias, porque hay meses que ni para eso da.
P: ¿Tan mal está la cosa?
R: Y tanto. Tener un negocio propio es quitarte la ilusión. Estamos deseando que nos salga algo porque a fin de mes echas cuentas y no ves beneficios. Antes, igual la gente se tomaba cuatro botellines y ahora uno. Los bares de barrio estamos muy perjudicados.
P: Y, ¿de ese botellín qué te llevas tú?
R: Pues te vas a reír… Cobramos el botellín a un euro y nos quedan limpios 20 céntimos. Ten en cuenta que el botellín también lo ponemos con un aperitivo. Puede sorprender pero, claro, hay que descontar las cámaras donde se guardan las cosas. En luz pagas un dineral. Lo que te comentaba, echas cuentas y da para los gastos.
Si al menos pusieran los impuestos más equitativos a lo que ganas… Les da igual si tienes para comer o no, quieren sacar el dinero de dónde sea.
P: Precisamente son los impuestos uno de los temas que más quejas reciben por la asfixia que suponen al pequeño empresario….
R: Dicen que Hacienda somos todos, ¿no? Bueno, ahora hemos visto que no… (en referencia a Cristina de Borbón) Que sólo somos los curritos.
Lo que sería razonable sería pagar en base a lo que se gana. Es que paga de tasa de autónomo lo mismo el tío del Corte Inglés que nosotros. Te pones malo y ¿qué derechos tienes? Si es menos de 15 días, nada. Cierras y dejas de ingresar. Si estás un mes te dan algo, unos 300 euros…
P: Más o menos para pagar el autónomo, ¿no?
R: Efectivamente. Ese mes, como digo yo, te comes el recibo del autónomo a la plancha. Manolo tuvo una hernia que se complicó un poco y tuvimos que cerrar. Además, tú no puedes hacer trampa porque a ti sí te pillan y a Rato no…
P: La luz está muy cara pero ahí están las puertas giratorias…
R: Eso es de traca. Mejor ni sacar el tema. Ya hemos visto las elecciones… Con la luz yo digo que voy a pasar a poner unas velas y que quede todo más romántico.
P: Imagino que la Ley del Tabaco también habrá perjudicado al negocio….
R: ¿Perjudicado? A los bares pequeños nos ha hundido. Ya no hay bar en el que el dueño pueda elegir. Tú entras a un bar y ahora es verdad que no huele mal pero siendo negocios privados, al menos, creo que se podría tener derecho a elegir. Antes veían el partido de fútbol con la cerveza y el cigarro. Ahora que ya no pueden pues de esas 20 personas del partido se compran las cervezas y se lo toman en el salón de su casa. Yo te diría que la Ley del Tabaco ha hecho casi más daño que la crisis.
“No hay horarios en un bar”
P: ¿Cómo es vuestra jornada? ¿Es un trabajo muy sacrificado el de sacar un bar adelante, verdad?
R: Sí, muchas horas y antes más. Antes cerrabas a la una de la mañana y ahora a las 22h te estás yendo. No hay gente. Abrimos a las 8,30 hasta las 15h; luego por la tarde y hasta que el cuerpo aguante, no hay horarios. Y si alguien está jugando a las máquinas no puedes cerrar hasta que quiera por si toca…
Ahora Manolo está con la sustitución por baja en la grúa. Él está allí y yo en el bar y en su ratos de descanso viene a echarme una mano. Si no fuese sustitución y fuese fijo, dejábamos el bar.
Además, sus turnos son rotativos. No podemos hacer planes, vivimos el día a día para comer y pagar las universidades y máster a nuestros hijos. Es un trabajo muy esclavo y sacrificado que en su época tenía beneficios. Un mes puedes sacar mucho y otros dos no… las vacaciones no son pagadas y ese mes hay que tener cuidado por cómo puede venir septiembre. Y no hay paro, por eso no cierro.
Por cierto, si te cuelan un billete de 50 euros falso porque quieren cambio para tabaco ya tienes el día fastidiado.
P: En general, ¿todo el pequeño comercio está en situación similar?
R: Mira la tienda de Santi de ultramarinos, la de aquí al lado. Vende pan, fruta y está como nosotros. No hay nada de barrio. El comercio local español está hundido.
P: En concreto, ¿el español?
R: Nosotros al ser bodega podemos vender alcohol para exterior pero hasta las 22h. Los chinos lo están vendiendo a las dos de la madrugada. Yo tengo una máquina de tabaco. Pago impuestos de la máquina, la propia máquina… Por cajetilla te quedan unos céntimos. Los chinos, ¿cómo lo venden? De estraperlo. Yo digo que todos deberíamos ser iguales.
“Antes se notaba alegría en los bares”
P: Un bar es foco de tertulias. ¿Estar detrás de una barra capacita para hacer una radiografía de lo que tenemos?
R: Historias de todo tipo, se escucha de todo. Los abuelillos mucho sobre sus épocas, la guerra… Los no tan mayores pues gente que se compró un piso y lo malvendió para hacer frente a la hipoteca, irse con sus padres…
Se toman la cerveza y están amargados. Antes se notaba en el bar la alegría y ahora no. Aunque hay clientes que tienen que sacar tres hijos adelante y están jodidos y aún y así transmiten alegría.
P: Es incluso, a veces, una profesión de riesgo…
R: Sí. Un noche entraron dos hombres como dos armarios. Bebieron demasiado hasta que les dije que ya no les ponía más. Estaba sola con ellos. Yo que soy pequeñita, fíjate… Se pusieron muy agresivos y que me iban a esperar… Yo tenía el móvil en la mano pero por suerte entraron dos clientes habituales y me ayudaron. Una mujer parece que no impone como un hombre…
Pero, en la bodega Felipe también hay hueco, físico y temporal, para la verdadera pasión de Esmeralda. Ella es maestra de reiki. Estudió astrología y parapsicología, es su lado más personal.
“Me apasionan el reiki y la meditación. Pero, no me anuncio, es el boca a boca. Tenemos un cuarto en el bar donde hacemos la sesiones de meditación. Un máximo de ocho personas. Pongo velas, incienso, música… Pero, !no te vayas a creer que es una secta! Es algo muy normal y saludable. Y después de la meditación nos tomamos algo.
El reiki te hace ser más tolerante porque a veces te dan ganas de salir de la barra y estamparle a alguien la botella (dice entre risas). Y esas pasiones las compagino con el trabajo”, cuenta Esmeralda.
Y así se sucede la vida de quien apostó en su día por un negocio de barrio y hoy sufre para mantenerlo. Una pequeña radiografía de la maltrecha salud del desarrollo del comercio local. Todo lo que trabajaron antes les hace aguantar hoy para poder mirar al mañana con optimismo.
Pingback: Rubén Bejarano: «Con 17.000 parados en Leganés, tenemos que acometer medidas reales de empleo» | elbuzon.es