Si tus lemas, tus ideas, tu idiosincrasia, en definitiva el ADN de tu empresa no guarda concordancia con el mensaje que lanzas este no será creíble, tu comunicación se convierte en un fiasco. El mensaje que lances tiene que ser creíble de puertas para dentro, tiene que ser respetado y difundido por los propios trabajadores, esta es la única manera de que tu mensaje cause el efecto deseado en todos los receptores. Admiro a los líderes de la comunicación porque con sus palabras llegan a la gente de forma precisa y logran un efecto en ellos, una fidelidad, un cambio en su modo de pensar o actuar, parece casual pero no lo es, la comunicación se trabaja, se perfecciona.
La comunicación dentro de la empresa hace que las sinergias sumen, que se gane valor añadido y que la cultura de equipo sea mayor. Si se trabaja en equipo se trabaja más, se trabaja mejor y se llega a objetivos con mayor facilidad. Uno de los puntos más importantes para que una empresa funcione correctamente y con total garantía es la comunicación interna. Sin comunicación es imposible que todos los integrantes vayan en la misma dirección.
Dentro de la comunicación interna quiero resaltar la comunicación vertical ascendente, esta modalidad nace en los empleados y finaliza en los equipos directivos. El fin de este tipo de comunicación es que los superiores conozcan los problemas de los trabajadores en primicia, pero no solo sus problemas, también sus quejas, sus ideas y sugerencias. Así se consigue que los trabajadores se sientan parte de la organización y no meros “esclavos”, el empleado que se involucra rinde más y si el empleado está contento trabaja más y mejor. Difícil ecuación pero ser líder lleva su tiempo. Creo que en cierto modo se nace con ese don, eso es evidente pero también se trabaja y se mejora con el tiempo.
Este tipo de feedback hace que la empresa avance, hace que un trabajador se sienta importante, que se quede un rato más si es necesario, que trabaje y no se escaqueé, que aporte y amplíe su formación, que cuide la empresa y se sienta parte de ella. En definitiva hace que la empresa sea una especie de familia con los empleados más competitivos e involucrados. La comunicación mejora el compañerismo, un buen director de comunicación planea sesiones, salidas, reuniones, lima asperezas y se encarga de generar fluidez en el entorno laboral.
También existe la comunicación vertical descendente, es decir la antítesis de la ascendente. Esta es la que tiene su origen en los directivos y su fin en los trabajadores. Lógicamente este tipo de comunicación es más frecuente que la ascendente. El problema es que debe utilizarse el lenguaje correcto. No vale el ordeno y mando, se debe escoger el canal correcto, la forma adecuada y el momento exacto. La figura del director de comunicación ( DIRCOM ) tiene que asesorar a los responsables y guiar/ orientar en sus mensajes.
Por último destacar la comunicación interna horizontal, es la que se origina entre personas que están en un mismo nivel jerárquico, es decir, la comunicación entre diferentes departamentos, entre personas de distintos departamentos, es básico el buen trato entre jefes y compañeros, se debe fomentar la convivencia y el compañerismo para que las áreas trabajen al mismo ritmo y en la misma dirección. Todo se trabaja, nada ocurre porque sí, en las grandes empresas todo se canaliza y no se deja nada al azar.
Resulta elemental que la comunicación esté bien canalizada, sabiendo elegir en cada momento y situación cuál es el mensaje a dar y cómo se debe lanzar, ya que una mala comunicación puede llevar a una mala interpretación, la solución desde mi punto de vista pasa por fortalecer uno de los departamentos más importantes de toda empresa, un buen DIRCOM hace casi milagros, el mensaje lo es todo, no tengáis duda, hablamos para cambiar cosas en el resto.