Suben las temperaturas, se alargan los días, los vecinos salen a la calles, los niños están de vacaciones, llega el verano. Y con su llegada comienza una época de mucho trabajo para los operarios de limpieza de Getafe quienes desde el más profundo anonimato, se ocupan de limpiar la ciudad. Trabajadores que bien uniformados y equipados “patean” las calles por la mañana, por la tarde y por la noche, soportando el calor y la acumulación de basura “extra” que se genera durante esta época del año.
A pesar de algunas críticas vecinales por hacer ruido, soplar cerca, molestarles mientras duermen o hablan en las terrazas, Lyma trabaja para lograr que la basura quede reducida a nada, trabaja por el cuidado del medio ambiente de Getafe, por facilitar la recogida de enseres, por acercar los puntos limpios a los vecinos, por atender sus incidencias, por aproximar la recogida de aceite usado, de bolsas para heces caninas, hidrolimpiezas, vaciado de contenedores, etc.
Tras cada noche de verano en el suelo cercano a los bancos de las plazas y jardines hay de todo: botellas de vidrio, vasos de plástico, latas, envases, colillas, y demás cosas que ya podréis ir imaginando, sin embargo poco a poco y no sin esfuerzo van desapareciendo, hasta dejar las calles lo más limpias posible. Este trabajo se endurece por las altas temperaturas, el aumento de tránsito de personas o la falta de civismo de algunos vecinos, pero en Lyma no se para nunca de trabajar. Operarios quienes durante el verano tienen que soportar la dureza del calor de la calle, trabajan el doble de lo habitual, quitando basura y otros restos derivados (muchas veces) de la mala educación ajena. ¿Es por desconocimiento?, ¿por apatía?, no lo sé, pero me pregunto cómo es posible que a la salida de los colegios, los aparcamientos estén llenos de zumos y restos del bocadillos, los contenedores llenos de escombros, muebles tirados en la calle, bancos llenos de botes de refrescos o cervezas a su alrededor, cuando al lado hay una papelera, la cena del chino, pizza, kebab o Burger… Tampoco es culpa de LYMA. Ni las heces caninas sin recoger o los restos de orines en las calles. Sin duda es un problema patente en todos los barrios y creo que LYMA no tiene la culpa de ello.
Gracias a la profesionalidad de sus operarios todos disfrutamos de calles más limpias, este “ejercito” de limpiadores es un referente en la Comunidad de Madrid, pocos municipios en España cuentan con esta calidad y variedad de catálogo de servicios donde destacan medios como Hidrolimpiadoras, barredoras, sopladoras, puntos limpios, etc. Operarios formados y cualificados que sufren en sus carnes la doble dureza del verano, por ello como vecino que soy darles desde aquí, una pequeña muestra de reconocimiento y de agradecimiento a ellos. Esos “currantes” que hacen un trabajo en la sombra que pocos ven y que permite que muchos vecinos disfrutemos día a día de parques infantiles, jardines, dependencias municipales, sendas, aceras o aparcamientos limpios de todos los restos de la noche anterior.