Si no sabemos comportarnos como vamos a evolucionar, el incivismo crece por momentos, las grandes ciudades están llenas de papeleras rotas, basura por los suelos, grafitis, heces caninas, violencia, robos… no se respetan los horarios destinados a depositar la basura, no se respeta el reciclaje, no se respeta el mobiliario urbano, no se respeta nada. ¿Hacia dónde vamos? Siento envidia de algunas regiones Europeas donde se cuida el medio ambiente, donde el civismo es enseñado desde que son niños. Ciudades donde se cuidan las calles igual que sus domicilios porque nuestros parques, aceras o jardines también son parte de nuestro entorno y se deben cuidar igual que nuestro hogar. Ciudades donde se respetan a las personas mayores, se respeta el descanso vecinal, se respeta y se cuida el transporte público.
Como anécdota decir que los suecos cuando llegan al trabajo, el primero en llegar es el que aparca su coche más lejos de la oficina. En Suecia hace mucho frio pero este detalle hace que los empleados que llegan más tarde puedan aparcar cerca y no perder tiempo buscando sitio. Pero buscamos culpables, siempre buscamos excusas, llenamos las Redes Sociales de mensajes y quejas pidiendo más Barrenderos, más Policía, más Jardineros, más y más. Pero nunca es suficiente. Nunca hacemos auto critica y señalamos con el dedo a los verdaderamente culpables. Los culpables no son siempre los políticos, los culpables somos nosotros que no sabemos cuidar lo público, no sabemos cuidar lo privado y en ocasiones no sabemos cuidarnos ni a nosotros mismos.
Tampoco sabemos organizarnos, no sabemos hablar, no sabemos ceder, no sabemos ganar, perder, perdonar, ayudar, no sabemos quejarnos, ni manifestarnos, somos apáticos, desconozco hacia dónde va el mundo, no se hacia dónde nos dirigimos, pero en España no pinta bien. El nivel que tenemos como sociedad es un reflejo exacto del nivel que tenemos de nuestros políticos. Politicos que no saben hablar, no saben pactar, no saben llegar a acuerdos pero sobre todo no saben pedir perdón. No señalo a nadie, ni derechas, ni izquierdas, ni centro, pero es una chapuza tras otra y aquí seguimos trabajando para sobrevivir. Creo saber hacia dónde vamos… Nos vamos a la mierda.
